❍光┆𝐄𝐥 𝐅𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐦𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐩𝐞𝐫𝐚. ;; bnha.

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Título: Descomposición.

— ¡No se abre! – exclamó un hombre desde la parte de alante.

— ¿¡Cómo que no se abre?! – otra persona habló antes de desatarse en gritos.

— Kaminari – La joven se dio la vuelta para mirar al nombrado – Hay una puerta trasera detrás del escenario, vamos – sin dejarle responder agarró su muñeca tirándole hasta llegar a la gran sala llena de butacas y de cosas por el suelo, dejándose ver el escenario vacío.

— Kora ¿Qué piensas hacer? – el joven se paró en seco quedándose ambos jóvenes en silencio en el pasillo.

Un grito desgarrador se escuchó desde el escenario, alguien que gritaba por auxilio.

— ¿Q-qué es eso? – la voz se le quebró a la castaña.

— Alguien se ha quedado aquí – el joven dio unos pasos hacia adelante hasta que. . .

— ¡Kora! – una tercera voz apareció por la puerta dejando ver a un medio albino.

— ¿S-shoto? – los colores no se pudieron ocultar en las mejillas de la chica ante la declaración echa hacie breves minutos.

— Ya han abierto la puerta ¡Vamonos! – fue un grito desgarrado el de el jóven.

La menor miró a Kaminari el cual le correspondió la mirada.

— Yo iré a por él, tu ve con Todoroki – mostró una débil sonrisa mientras ponía su mano en la mejilla de la menor.

— D-denki – escuchar su nombre saliendo de los labios tan débiles de su amada le rompió en pedazos.

— Shh – la mandó callar mientras la abrazaba. — Quiero que estés bien. . . –

— ¡Kora! ¡Vamonos ya! – Todoroki agarró del brazo a la joven con algo de fuerza.para poder separarlos.

— ¡Kaminari! – el chico agitaba su mano con cuidado en forma de despedida mientras veía a su amada irse agarrada contra su voluntad. — Yo. . . – sus palabras no salieron de su boca esta vez.

El rubio se dio la vuelta volviendo a escuchar los gritos desgarradores de lo que parecía una mujer y un niño, el joven cruzó el escenario con rapidez hasta meterse por detrás de este con rapidez, la adrenalina corría por su sangre haciendo que su corazón partiera más rápido que de costumbre.

— ¡Por favor! ¡Mi niño! – esa voz otra vez. . . Denki empezó a culparse por no poder ir más rápido debido a las cajas y muebles que había tirados a lo largo del pasillo.

No podía gritar ya que si era escuchado podría acabar él más mal que los sujetos. Por el trayecto el rubio tuvo la suerte de encontrarse con la pata de una mesa la cual cogió mientras esperaba fuera de la habitación mentalizandose.

— ¡Por favor! ¡Pare! ¡Pare! – se notaba que tanto la mujer como el niño estaban llorando, al igual que se escuchaban fuertes ruidos desde dentro.  Denki entró en la habitación con fuerza, sin embargo, esta estaba completamente a oscuras dejando ver una mesa con un videocaset del cual procedía el sonido.

— ¿Cómo? – esas fueren las únicas.palabras que articularon sus labios antes de sentir un fuerte empujón tras su espalda haciendo que callera encima de la mesa, al darse la vuelta vio a la oscura silueta sobre él mientras empuñaba un cuchillo.

Por suerte el rubio se pudo mover haciendo que clavar el cuchillo sobre la mesa, posición en la que el rubio aprovechó y le dio un cabezazo hechandolo para un lado.

— ¿¡Quién eres?! ¡Bastardo! – la voz del de rayo sonaba desgarrada.

*•••

— ¡Shoto! ¡Sueltame! – la joven apartó con fuerza su muñeca del agarra del joven mientras estaban en el vestíbulo.

— Kora – se dio la vuelta su acompañante viendo como el rostro de la joven estaba rojo de la ira y algunas tristes lágrimas que luchaban por no salir de sus cavidades oculares. — Escuchame. . .

— ¡No! ¡No te pienso escuchar! ¡Se ha quedado ahí solo! – gritaba la joven con ira.

— Kora. . . – volvió a intentar hablar.

— ¿¡Es que no te das cuenta?! – la menor agarró su pecho debido al dolor.

— Por favor escuchame –

— ¡No me toques! – la fémina apartó su mano de cerca de ella en un leve empujón.

— ¿No te das cuenta? – el peli blanco luchaba por no elevar la voz. — Quiero lo mejor para ti, porque te quiero. . . – la joven se quedó en silencio. — Tú me gustas. . . – ambos se quedaron en silencio, hasta que la menor soltó una vacía risa entre lágrimas.

— ¿Y me dices esto ahora? – se secó las lágrimas entre carcajadas. — ¡¿Después de haberme enamorado de alguien que sí me correspondía?! – la menor volvió a perder los modales. — ¡Tenias que esperar a que viniera el amor de mi vida para que te declararas después de haber estado enamorada de ti todo este tiempo! – la cara del joven parecía sorprendida.

— Pero. . . Kora. . . – su frase volvió a ser interrumpida.

— No, Shoto. . . No quiero saber nada más de ti ni de tus sentimientos – la menor limpió sus lágrimas mientras se separaba. — Voy a ir a por él y te juro que si lo intentas impedir vas a salir mal – amenazó antes de agarrar el velo de su vestido para poder correr hacia el salón de actos.

El bicolor se quedó sin palabras.

— ¿De verdad le gustaba? – el joven miró su mano con dolor, imaginando que podría haber estado entrelazada con los finos dedos de la joven.

*•••

El rubio perdió la pelea haciendo que en cuanto tuvo oportunidad, el villano de esta historia lo encerrara en la misma sala donde habían realizado los golpes.

— no, no, no, no ¡No! – gritaba el joven mientras corría hacia la puerta mientras empezaba a dar golpes contra la puerta.

— ¡Ayuda! ¡Por favor! – gritaba mientras daba fuertes golpes a la vez que limpiaba su nariz de sangre.

*•••
— ¡Kaminari! – la joven corría por el largo pasillo de butacas y asientos.

— Estupida niña – esa voz tan ronca y gruesa le hizo dar un escalofrío antes de sentir unas manos tras de ella, manos las cuales le estaban limitando el oxígeno cada vez más.

— ¿Q-que.  . .? – murmuraba la joven mientras intentaba forcejear por la liberación de su cuello arañandolo.

— ¡Podrias haberte salvado! – las manos apretaron más su cierre mientras levantaba el pequeño cuerpo de la joven. — Que bonito que vayáis a morir los dos enamorados –  esas palabras tocaron el corazón de la joven haciendo que empezara a derramar lágrimas hasta que todo se puso de un color negro para ella.

— Dulces sueños princesa – soltó a la joven dejando que callera su cuerpo sobre la moqueta roja que estaba sobre esa pasarela.