Prólogo

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No tengo idea de cómo se irá actualizando la historia, pero está idea me gusta bastante.
Comenzamos.

Antes de todo no existía nada

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Antes de todo no existía nada.
Antes de todo, solo había una criatura que vivía solitaria en el vacío. En la nada.
Angustiado por su soledad, con el pensamiento los creó a ellos. Solo con un pensamiento les dio forma y vida. Como le gustó mucho lo que había creado, continuó adelante con su creación, y asignó a cada una de sus creaciones tareas y labores.

Como él había existido siempre solo, los diseñó a ellos en pequeños grupos, para que nunca estuvieran solos.
Para que siempre tuvieran a un compañero a su lado y nunca tuvieran que pasar por la soledad que él experimentó.
Les dio a unos lo que le faltaba a los otros. De ese modo se complementarían y estarían siempre a gusto al lado del otro. Fue así como ellos llegaron a existir.

Como el resto de las creaciones, Groudon fue concebido en el inicio de la historia, y a él se le asignó la tarea de unificar las tierras que estaban dispersas por el vacío. Compactó y dio forma a la tierra y a los continentes, y cuando todo el suelo estuvo terminado, llegó Rayquaza. A él se le dio la tarea de crear los cielos y el aire, y después de que estos estuvieron acabados, fue traído a la tierra Kyogre. Este era el menor de ellos.

Con el suelo y el aire listos, Kyogre pudo dar lugar a las lluvias que cubrieron por entero la tierra que Groudon había hecho, pero solo hasta donde su creador le indicó que hiciera. Cuando los ríos y mares estuvieron listos, la tierra fértil que Groudon había creado se humedeció con las lluvias de Kyogre, y Rayquaza se encargó de que los cielos dejaran caer estas aguas hasta que toda la tierra se llenó de vida vegetal: floreció entera y bellamente, llenándolos de felicidad a ellos y a su creador.
Con esto hecho, las tres grandes criaturas se dispusieron a descansar de su buen trabajo y a disfrutar de lo que habían hecho: Groudon se fue a vivir a las montañas, Kyogre al océano, y Rayquaza creó para sí un hogar en el cielo. Todo estaba perfectamente.

Pero con el pasar de los años, muchas otras criaturas fueron llegando, y entre ellas apareció la raza humana. Estas criaturas vivieron inicialmente en felicidad y armonía con el resto de la creación, pero con el tiempo fueron envileciéndose lentamente y pronto se hicieron superiores a todas las otras especies.
Esta soberbia por parte de ellos los llevó a adueñarse de todo aquello que las creaciones habían hecho, y que no les correspondía tener. Su ambición fue tal, que pronto desearon también hacerse con aquellos que habían colaborado durante la creación, por lo que comenzaron a perseguirles y asediarles.

Muchas de estas creaciones, por no decir todas, se marcharon prontamente y abandonaron a esta raza, buscando lugares solitarios y tranquilos en donde pudieran vivir. Sin embargo para Groudon la situación fue realmente complicada: Rayquaza era inalcanzable allá arriba, en los cielos, mientras que Kyogre podía esconderse fácilmente en las profundidades impenetrables del océano. Pero él fue presa fácil para los humanos, por lo que debió escapar a otras regiones para buscar tranquilidad. Pronto fue encontrado y se vio obligado a escapar otra vez, buscando ahora refugio en lo más profundo de la tierra. Dada su naturaleza el pokemon no atacó a sus agresores hasta las últimas instancias.

Durante algún tiempo pudo tener tranquilidad, pero esto solo fue temporal. Los humanos no cejaron en su búsqueda de las criaturas legendarias que habían ayudado a la formación de su planeta, por lo que con esfuerzos y con los pokemon que tenían por aliados o esclavos, consiguieron llegar al corazón del suelo y encontrarle. Finalmente Groudon no soportó más el asedio y castigó a aquella raza malévola y soberbia que se atrevía a molestarle. Les maldijo a padecer bajo un sol inclemente que él mismo convocó, y que azotó a la tierra durante muchos meses.

Pronto, toda la belleza y la vida sobre la tierra que él mismo había ayudado a crear comenzaron a perecer. Los humanos se arrepintieron terriblemente de haber acosado a la poderosa criatura, pero como esta buscara nuevamente refugio apartado de ellos, no pudieron ir hasta él a pedir su perdón.

El terrible calor que azotaba a la tierra pronto comenzó a afectar también a los océanos y sus animales. Muy en lo profundo de las aguas, Kyogre sintió como su delicado trabajo estaba siendo arruinado, por lo que herido y furioso, salió desde los mares para arreglar aquella situación. Convocó a la lluvia para restaurar el daño y volver a llenar las fuentes de la tierra, y cuando los humanos vieron esto, en vez de sentirse felices y agradecidos, desearon ese poder nuevo que no sabían que existía para así poder salvarse ellos mismos cuando fuera necesario.

Ante esta muestra inconcebible de ambición y maldad, Kyogre enfureció todavía más.
Ordenó a la lluvia que no dejara de caer sobre aquella raza peligrosa y malagradecida, y se ocultó nuevamente en lo profundo.
Esta vez la humanidad lamentaba nuevamente su codicia desmedida de poder mientras las tierras se convertían en lodazales, y las ciudades erran arrastradas por los torrentes, matando a humanos y pokemon por igual.

Varios meses pasaron. Muchas razas se extinguieron, y la humanidad ya vislumbraba su propio final. Sin embargo esto no pasó desapercibido para Groudon, quien escondido bajo las capas de tierra, sintió el clamor de muerte de las criaturas sobre él, y aún con el rencor que les había guardado por el asedio que habían cometido contra él, dejó su corazón ablandarse y salió para ir en su ayuda.

Cuando vio que ya nada quedaba de la tierra que él había levantado con tanto esfuerzo, rugió enfurecido contra el océano y su creador:

- ¿¡¿Qué has hecho?!?- exigió saber, en cuanto Kyogre respondió a su llamado.

-No eres quien para culparme-sentenció el gran pez -. Tú provocaste la muerte de miles con el calor, incluyendo a mis creaciones. ¡Eres tan culpable como yo!

-Si ambos nos hemos manchado con tanta sangre, entonces..-dijo el poderoso pokémon, encendiendo su gran cuerpo en abrasivas llamas- ¡¡Ninguno merece seguir con vida!!

Así es como una batalla cataclísmica dió inicio. Tan grandes eran los poderes enfrentados de Kyogre y Groudon, que ni el azote del sol ni las inundaciones se comparaban a su furia desmedida. Estuvieron así durante muchos días, destruyendo todo alrededor y causando las peores desgracias que la naturaleza embravecida podía demostrar. Cuando no ya no quedaba esperanza alguna para los pocos sobrevivientes de aquella época, los rugidos de furia y dolor de las dos criaturas despertaron a su tercer miembro: a aquel que aún descansaba en lo alto de los cielos, y vivía totalmente ajeno a lo que sucedía abajo.

Rayquaza despertó y observó lo que pasaba: sus hermanos luchando, destruyendo a todos y a sí mismos.
El dolor que sintió en su corazón no tuvo igual, pero su sabiduría fue mayor. Levantó los ojos a lo alto del cosmos y se dirigió a su creador. ¿Qué era lo que él, como parte de ellos, podía hacer? Recibió pronta respuesta y decidido a salvar a las dos creaciones y a los que sufrían por su furia, descendió desde los cielos y convirtiéndose en mensajero celestial, apaciguó a las grandes criaturas con el poder que había recibido desde lo alto, y las hizo caer en un largo y profundo sueño de miles de años.

Sintió pesar de solo imaginar lo que ocurriría cuando ambos despertaran del sueño, y recordaran todas las terribles cosas que habían hecho a la tierra y a sí mismos, movido por compasión hacia sus hermanos, quitó todo recuerdo sobre esto de sus memorias y ocultó bajo grandes capas de tierra y en lo profundo del mar a estás criaturas respectivamente. Eso era todo cuanto él podía hacer.

Agotado por el terrible trabajo y el gran poder que debió resistir recibido por parte de su creador, Rayquaza esperó lo mejor y regresó a su escondite entre las nubes. La humanidad aprendió de su terrible lección y guardó en la memoria el día en que buscaron su propia muerte, y sin embargo recibieron piedad y fueron salvados.
Desgraciadamente esta lección se perdió con el paso de los siglos, y pronto la ambición volvería a tomarse el corazón humano. Nuevamente comenzarían las persecuciones contra estas grandes criaturas y la historia se volvería a escribir, pero esta vez, las cosas marcharían de un modo muy diferente

Canción de las olas (KyogrexGroudon)Where stories live. Discover now