Capitulo 5

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Me senté en la silla, esperando al profesor que me correspondía. Su nombre era Señorita White, y ella no tendría que ser una profesora porque déjenme decirles... la Señorita White no daba una maldita cosa sobre alguna maldita materia. Dudo que ella sepa lo que pasaba por lo menos en la mitad de tiempo en detención. Lo único que hizo fue sentarse en su mesa y leer un libro. Su olvido me era útil.

Vine 5 minutos antes. Nunca había ido a detención, pero por lo que escuche, no era como en las películas. La detención era una hora después de el colegio. Se nos permitía hacer tarea y cuando el tiempo terminara irnos a casa. La Señorita White estaba ahí solo para asegurarse de que nadie muera, lo que dudo que pase.

Mire al rededor de la habitación. Era en el aula 11 de biología. Las mesas eran largas, con la parte de arriba negra. Había frascos alineados en la punta de los gabinetes. Los especímenes dentro de los frascos estaban llenos de una especie de líquido amarillo. Los extraños, gusanos mutilados, exoesqueletos huecos, y los fetos no nacidos, me dieron escalofríos. Mire mas de cerca, notando capas de polvo en los frascos, como si nunca nadie se había molestado en limpiar ahí. Un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Ahora, más que nunca me quería ir a casa.

Mas extrañamente, no había ningún otro estudiante en el aula conmigo. Era como si todos decidieran ser buenos solo por hoy para no estar atrapados aquí. Saque un libro de mi mochila, todavía molesta en leerlo. Sentía como si alguien me estuviera mirando.

La puerta se abrió. Mire hacia arriba, esperando ver a la Señorita White entrar a la habitación. Sin embargo, no era otro mas que el mismísimo Scar.

Lo mire con confusión, viéndolo caminar con su cojera. Estaba sosteniendo un encendedor en su mano. Por una razón que no conocía, Scar decidido sentarse justo al lado mío, aunque toda la maldita aula estaba vacía. Me enfureció que haga algo como eso solo para molestarme, pero mantuve mi boca callada. La Señorita White seguía sin aparecer.

Pasaron unos minutos en silencio. Seguía mirando el reloj, pero el tiempo parecía pasar lento. Los segundos se sentían como horas para mi. Me forcé a leer el libro, pero mis ojos apenas podían hacerlo.

Mientras hacía eso, Scar aparentemente decidió que sentarse al lado mío no era suficiente para hacerme enloquecer. Oh no, claro que no lo era, no para el. Porque como ven, el ahora estaba apretando su encendedor, encendiéndolo y apagándolo. Una parodia continua de ver el fuego salir del pequeño agujero y morir instantáneamente.

Click.

Click.

Click.

Apreté el libro con mis manos, tratando de decirme que solo lo ignore. Pero se me estaba haciendo difícil y más difícil de hacer eso.

Click.

Click.

Click.

Finalmente, perdí.

"Oh mi Dios, puedes parar?!" Grité, parándome. Scar levanto la mirada hacia mi, un toque de diversión traviesa apareció en sus ojos. El apretó el encendedor, dejando la pequeña llama subir, y después bajar lentamente, solo para molestarme mas. Nunca perdió el contacto de sus ojos con los míos, torturándome. Quería arrancarle el piercing del labio y clavárselo en el ojo. El sabia lo que hacia, y el amaba verme así de furiosa.

Tome una profunda respiración, tratando de calmarme. Todo lo que Scar hacía, aunque sea lo mas insignificante, de alguna manera me molestaba sin fin.

"Por que?" Su voz era suave y sexy, distrayéndome con su voz musical. "Te molesta, kitten?"

Click.

"Si!"

"Bien."

Decidí tomar el asunto en mis manos. El encendedor estaba en su palma. Lo alcance y lo saque de su larga mano antes de que tenga chance de pararme. Antes de que pueda tirarlo a algún lugar, sentí sus calientes dedos clavarse en mi muñeca, privándome de hacer eso. Jadeé, sintiendo el calor subir por mi brazo solo por su simple toque.

"Déjame ir pedazo de estupido!" Aúlle, tratando de soltarme de su agarre.

"Genevieve." Su voz tenía un tono de advertencia. Ignore las mariposas que sentí en mi estomago por escuchar su nombre salir de sus labios. "No empieces algo que no puedes terminar. Kitten."

"No estoy empezando nada. Tu eres-"
"Mierda, no empieces a hablar de nuevo." Murmuró. "Obviamente no sabes cuando parar. Dame mi encendedor. Vecina loca."

Deje caer su encendedor de mis manos, y el soltó mi muñeca. Rápidamente, me moví, frotándome mi piel irritada. Su agarre fue extremadamente apretado. Scar me dio una mirada contendiente, y después me arrojo el encendedor. Tuve que agacharme para que no me golpeé.

Apreté mis puños. Ya era demasiado malo que yo este aquí por su culpa. Tampoco necesitaba que también me moleste en detención. Parecía que el se había metido en problemas solo para estar aquí conmigo. A pesar de que solo fue una suposición, me aleteaba el estomago de pensar eso. Pero probablemente estaba equivocada. Scar me odiaba lo mismo de lo que yo lo odiaba a el.

"Por que estas aquí?" Suspiré, sentándome de nuevo. "Es tu primer día. Como demonios te manejaste para llegar a detención?"

Scar se encogió de hombros. "Estaba fumando en el baño y entro uno de los profesores."

"Oh mi Dios, fumas? Scar, sabes lo peligroso que es eso? Te pueden agarrar muchas enfermedades. Incluidas, enfermedad en los pulmones, enfermedades coronarias del corazón, derrame cerebral, aneurisma de la aorta abdominal, lo que es peor para ti desde que te apuñalaron! Tu herida va a sanar de manera mas lenta. Puedes agárrate úlceras pépticas. Por no menc- que estas haciendo?"

Scar saco un paquete de cigarrillos de su bolsillo trasero y otro encendedor. Mire con disgusto como lo encendía, quemaba el cigarrillo e inhalaba profundamente.

"Es en serio?" Hervía.

Se volvió hacia mi y intencionalmente me soplo una nube de humo en mi cara.

Mordí mi lengua fuerte, mirando a Scar que tenía mirada de asesino en sus ojos. Me senté en silencio. Todavía quedaba 1 hora y media para que se nos permitiera salir. La Señorita White seguía sin aparecer, y asumí que ella tampoco lo iba a hacer.

"Cuantos años tienes?" Pregunté. La pregunta me estaba carcomiendo, y decidí que era el mejor momento para obtener algunas respuestas. Por alguna razón me sentía obligada a saber más sobre Scar. Me haría sentir... menos vulnerable.

Scar me miro, haciendo mi estomago temblar. Había algo en sus ojos que me decía que no tendría que haber preguntado eso.

"Diecisiete." Respondió de todas maneras. "Y si, vivo solo. No, no es legal. Ellos no sabían cuando dijeron que podía. Dije que tenía 18 y esos estupidos me creyeron. Ves lo inteligentes que son los policías?" Murmuró.

"Por que?" Pregunté. "Porque vives solo?"

"Porque yo realmente prefiero no ir a una casa adoptiva, kitten." Dijo, sonando molesto.

"Por que no?"

"Maldita sea, little kitten. Tomate un recreo de hablar. Por favor"

"En serio no puedes?" Espeté, perdiendo el punto de lo que él había acabado de decir. "No soy un maldito gatito. Ni siquiera me parezco a un maldito kitten, por el amor de Dios. Estas manos parecen patas? Son mis orejas puntiagudas? Es mi nariz rosa? No, así que yo realmente apreciaría si me puedes llamar por mi nombre real." Me detuve a mi misma antes de hacer algo peor. Ignorado su mirada divertida, continúe. "Espera, que hiciste para quedar involucrado con la policía?"

"Una pregunta mas y no seré el único al que apuñalaron, kitten."

The Bad Boy Calls Me Kitten (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora