-¡Acepta tu realidad! ¡Tu nunca podrás tener a un ídol de novio!- me gritaba una compañera de clases, haciendo que todos los de mi salón y hasta incluso mi profesora de turno se riera de mi.
-¡No es cierto!- exclame provocando que todos dejarán de...
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Pov Lucy:
La cabeza me dolía mucho, era como un punzón intenso que no paraba. Todo lo veía negro, intenté mover mis brazos pero los sentía pesados y sentía miedo.
Los recuerdos de lo que me pasó llegaron a mi mente de golpe, todo muy rápido en escenas de dos segundos. Otro tipo de miedo se implantó en mi corazón y al mismo tiempo un sentimiento de culpa. ¿Que iba a hacer ahora? Lo arruiné todo...
—Miren, esta llorando.
—¿Habrá recuperado el conocimiento?
—¿Lucy? ¿Puedes oírme?
Podía percibir voces distorsionadas, como si me hablaran debajo del agua. No supe decifrar quién exactamente me estaba hablando, pero eran sin duda las voces de las chicas.
¿Dijeron que estaba llorando? Pues entonces mis lágrimas salían sin control. Me sentía mal conmigo misma, por mi culpa todo se echó a perder.
No quería verlas, no podía dar la cara luego de aquel suceso, fallé.
Le fallé a mis amigas, al club de arte, y también me fallé. Estabamos descalificados del concurso, el club de arte sería clausurado. Flare, Lyon y Jake estarían obligados a cerrar el club que con tanto esfuerzo mantuvieron en funcionamiento.
No quería abrir los ojos, quería seguir aquí, en la oscuridad, sola, sin tener que afrontar las consecuencias de mi error, no les culparía si decidían dejar de ser mis amigos.
—Lucy, sabemos que estás despierta— el tono de la voz ahora se podía oír mejor, más claro. Era Levy la que me estaba hablando, fruncí los labios evitando sollozar.
—Lo siento...— dije en una voz ahogada, las ganas de llorar me estaban ganando.
—Queremos oír tu versión de la historia. ¡Ten fuerzas mujer, al menos danos la cara y miranos a los ojos!— esta vez fue Lissana la que habló.
Solté el airé que había retenido al evitar un sollozo, fue un suspiro largo, dejando salir todo.
Poco a poco fue abriendo mis ojos, viendo primero todo borroso, luego fue haciéndose mas nítido, el rostro de mis tres compañeras bloqueaban el techo.
Me senté en la cama—aún sintiendo mi cuerpo pesado—hasta quedar apoyada en el respaldo de la cama.
Agradecí internamente que me dejaran un momento para recordar todo a detalles, al menos no se encontraban enfadadas acusandome, aunque si eso pasará yo las entendería perfectamente.
—Chicas, yo...— gemí de dolor. ¿Como debía comenzar?
—Solo queremos oírte, Lucy. Todo lo que nos digas, será nuestra única verdad— dijo Juvia de manera rotunda.
Abrí grandemente mis ojos al saber que solo me creerían a mí, sea lo que les dijera. Creían en mi ciegamente, ellas...
—Pero no llores, tonta. Somos amigas, siempre estaremos de tu lado— intervino Lissana.
