14. capítulo

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Los días siguientes, Breena apenas vio a André. Él desaparecía por la mañana y no volvía a aparecer hasta la noche. El hada sospechaba que se traía algo entre manos y preguntó varias veces a sus dos amigas, pero éstas se negaron a decirle nada.

Llevaba tres semanas en la casa que se habían pasado en un suspiro. No había sabido nada de los suyos, y tampoco de Akop, pero los vampiros estaban más relajados. Quizás, su padre había decidido entregar otra hada al demonio y éste se había olvidado de ella.

Esa noche, cuando estaba vistiéndose para cenar, la voz de André la sorprendió.

-Estás cada día más bella, hadita.

El tono ronco de voz era inconfundible, y a Breena una oleada de excitación la recorrió con solo oírlo. Hacía tiempo que había dejado de resistirse a él en la cama. Era absurdo no reconocer que era su amante. Y que lo sería mientras él quisiera. Luego, cuando se separaran, ella intentaría rehacer su vida.

-Hoy tenemos algo que celebrar-el vampiro le acarició los hombros desnudos desde atrás.

-¿Qué?-preguntó ella con la voz tan invadida de deseo como la de él.

André rio con suavidad.

-Te enterarás a su debido tiempo, cariño-aseguró deslizando los labios por el cuello femenino.

La subió la cremallera del vestido y la hizo volverse para besarla.

-Bajemos. Nos están esperando para cenar.

Bajaron al comedor. Bree se sorprendió cuando André la condujo al comedor de gala, en lugar de al más pequeño que usaban a diario. Cuando vio a su padre dentro, entendió el motivo.  La chica se soltó del agarre de André y se acercó a su padre. Él la miró con desdén y Breena se arrodilló delante de él.

-Hola padre-murmuró bajando la vista.

-Me avergüenzo de ti, Breena-el rey de las hadas ni siquiera se dignó mirarla-espero que tu boda limpie un poco esa vergüenza.

Miró a su padre confundida mientras oía a André soltar un taco entre dientes.

-¿Boda? ¿Qué boda?-preguntó temblando-creía que Akop no me aceptaría ahora.

-Oh, por supuesto que te aceptaría, siempre y cuando el vampiro no te haya preñado. Pero hablo de tu boda con el príncipe André, por supuesto. El acuerdo está listo para ser firmado tan pronto se celebre.

Breena se puso de pie y miró a André. La chica se acercó a él sin desviar la mirada.

-¿Quieres que nos casemos?-le preguntó.

-Sí-respondió él sin dudar.

-¿Porqué?

-Es lo mejor, Breena-respondió él-eso resolverá toda esta situación.

El hada pareció dudar un momento. Luego, pasó la vista por todos los que la contemplaban para fijarla en su padre y las dos hadas que le acompañaban.

-No voy a casarme con él, padre. Nada de lo que ninguno hagáis o digáis me hará cambiar de opinión. Estoy dispuesta a afrontar las consecuencias. Puedes recluirme en el templo el resto de mi vida, si quieres. Pero no me casaré.

La chica se dio la vuelta y salió de la sala con dignidad. Por un momento nadie se movió. Luego, Elise salió tras ella.

-Ha sido la peor proposición de matrimonio que he visto, hermano- le aseguró a André cuando pasó a su lado.

El vampiro apretó los labios con enfado.

-La convenceré-aseguró mirando a su hermano.

-Mejor será-amenazó el rey de las hadas-por que si no, habrá guerra.

-No me amenaces, Carelle-advirtió Damon-sabes que, en una guerra, tenéis todas las de perder.

El rey de las hadas sonrió con maldad.

-La diferencia está en que, a ti rey Damon, las víctimas inocentes te quitan el sueño. Y a mí no.

Se volvió hacia André.

-Tenéis 10 días para fijar una fecha para la boda. Si no lo hacéis exigiré que me devuelvas a mi hija para que reciba su castigo.

Carelle salió de la sala seguido por su séquito.

-Dios, André. ¿Por qué diablos no se lo has dicho antes?-preguntó Alexia al chico.

El vampiro suspiró.

-Creí que esta era la mejor forma de que no pudiera negarse. Al parecer, siempre estoy equivocado en lo que respecta a Breena.

-Pues soluciónalo, hermano-pidió el rey-o esto acabará mal.

André salió de la sala dispuesto a hacer lo que tuviera que hacer para convencer a su hadita.

Breena no había subido a la habitación. En lugar de eso, salió de la casa y se refugió entre los árboles. Elise la había alcanzado enseguida y se sentó a su lado en la hierba.

-¿Por qué os gusta tanto el bosque a las hadas?-la preguntó.

Bree sonrió.

-No es sólo el bosque. También el agua, las flores, la tierra. Todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Las hadas necesitamos el contacto con todo lo que venga de la naturaleza. Sin eso, en poco tiempo nos debilitamos. Un hada encerrada entre paredes puede llegar a morir.

-Breena yo,...tengo que pedirte perdón- murmuró Elise-yo le di la idea de la boda a André.

-Creía que eras mi amiga -dijo la chica dolida.

-Lo siento, me pareció una buena idea. La verdad es que nunca había visto así a mi hermano con una mujer. No desde Celine al menos.

-Pues debiste preguntarme. ¿Qué te hace pensar que prefiero a André que a Akop? Sigue siendo un matrimonio impuesto.

-Me lo hace pensar el que estás enamorada de él, Breena. Entiendo que no quieras admitirlo, pero no puedes engañarme al respecto.

-Estás diciendo tonterías, Elise.

-¿Sí? ¿Qué harías si te lo preguntase directamente? Las hadas no podéis mentir ¿Qué dirías, Breena?

La chica la miró enfadada. Luego bajó la vista con tristeza.

-No te respondería-dijo.

Elise la cogió la mano. Durante un momento permanecieron en silencio.

-Tenemos que irnos. André te estará buscando-dijo la vampira con un suspiro mientras se ponían de pie.

-No voy a casarme con él, Elise. No porque él crea que es lo que hay que hacer. No por política, ni para evitar una guerra. Escapé de mi casa por eso. No voy a hacerlo.

La vampira sonrió mientras veía como André caminaba furioso hacia ellas.

-Pues creo que mi hermanito está bastante decidido a que cambies de opinión, amiga-aseguró con una mueca.

Breena tuvo el tiempo justo de ponerse de pie antes de que André llegara hasta ellas y le hiciera un gesto a Elise.

-Fuera-masculló sin dejar de mirar al hada.

La vampira desapareció y André aplastó a Breena con su cuerpo contra un árbol y la besó con brusquedad. La chica se resistió un momento, pero cuando él la subió la falda del vestido y la acarició por debajo de la braga, no pudo evitar un gemido de placer.

André la cogió en brazos y se deslizó en un segundo hasta su habitación. Estaba tumbada de espaldas y con él encima antes de poder darse cuenta. La penetró de una sola embestida, haciéndola protestar por el dolor. Trató de empujarle, pero André la sujetó las manos a ambos lados de la cabeza y bajó la cabeza para besarla mientras seguía entrando y saliendo en su cuerpo con firmeza. La conocida sensación de tensión en el vientre la invadió y, enseguida, los dos se precipitaron en un intenso orgasmo.  André se dejó caer encima de ella jadeando.

-Eres mía y vas a casarte conmigo, Breena. Aunque tenga que arrastrarte al altar, nos casaremos-aseguró acomodándose en la cama.

La chica se acurrucó contra él.

-No lo haré, André. Nada me hará decir que sí.

-Ya veremos…

Breena (Saga Saint-Croix 3)Where stories live. Discover now