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PROLOGUE ‧ੈ;๑↷ BEASTS IN HOGWARTS

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PROLOGUE ‧ੈ;๑↷ BEASTS IN HOGWARTS

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Junio 3, 1989.
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

"Dumbledore,

Aunque me parece que no es necesario brindar tantas explicaciones acerca de la situación, me hubiese encantado poder estar en persona para conversar sobre esto, sin embargo, lamentablemente mi esposa ha estado enferma y no podría dejarla sola ni por dos días. Me pareció lo correcto escribir una carta ya que mi querido aprendiz es algo tímido, y también algo torpe. Ha estado los últimos seis meses fuera del país buscando criaturas heridas o en necesidad de ayuda, y para esto le he prestado mi vieja maleta. Accidentalmente, varias de estas criaturas han escapado de sus manos, las rastreó y las ha encontrado ocultándose en el Bosque Prohibido del colegio. No sabemos por qué fueron hasta ahí, pero creemos que algo las estuvo atrayendo, realmente agradecería que le brinde ayuda de alguna manera al joven Howard a recuperar todas estas criaturas. Espero que recuerde el viejo favor que quedó pendiente, profesor. Nathaniel es un novato, pero ha estado aprendiendo mucho conmigo durante los últimos dos años, casi tres, y tiene mi confianza completa, espero que usted se la brinde también. Sin nada más que decir por el momento, se despide cordialmente,

Newt Scamander"

El profesor Dumbledore terminó de leer la carta de Newt, para después bajar el trozo de pergamino y mirar al joven castaño que mantenía la cabeza agachada. Nathaniel se encontraba más nervioso que nunca, jamás pensó en estar en Hogwarts y menos frente a Albus Dumbledore.

—Nathaniel Howard, ¿correcto? —habló Dumbledore.

—S-sí, señor.

—Oh, americano. Supondré que asistió a Ilvermorny, ¿qué casa?

—Pukwudgie, señor.

—Interesante —murmuró. Nathaniel asintió—. Bien, joven Howard, será mejor ponerse manos a la obra cuanto antes, si bien el curso está por terminar los estudiantes aún se encuentran dentro del colegio, y lo que menos querría es ponerlos en peligro. Tengo responsabilidades como director de Hogwarts, por lo que no podré acompañarlo a recuperar a sus criaturas, pero me parece que el profesor Kettleburn y nuestro guardabosques, Hagrid, estarán encantados en ayudarle, ambos están capacitados para controlar criaturas de cualquier clase.

—Claro, perfecto.

—Y dígame, ¿cuántas criaturas han escapado? Y más importante aún ¿qué tan peligrosas son?

—Aún no tengo un número exacto, señor, pero pueden ser quizás unas... treinta.

—¿Treinta?

—O cuarenta, no estoy realmente seguro, el señor Scamander ha expandido mucho la maleta y... —Nathaniel decidió cerrar la boca, estaba empezando a balbucear—. Y bueno, con respecto al nivel de peligro... hay todo tipo de criaturas, desde puffskeins hasta un... un wampus.

Dumbledore se quedó sin palabras. Soltó un suspiro y asintió.

—Será mejor que las recupere cuanto antes. No sería bueno que el Ministerio intervenga, o que lleguen a pasar más allá del Bosque Prohibido. Espero que pueda hacerlo antes de que inicie el próximo curso.

—Claro, señor. Haré todo lo posible.

—Imagino que en su maleta tiene todo lo necesario, así que ¿estaría bien si le brindo una habitación simple cerca de las cocinas?

—Estaría espléndido, señor.

—Muy bien —el profesor Dumbledore se levantó y se dirigió a unos cajones, abrió varios buscando algo y finalmente sacó una llave—. La llave lo guiará a la oficina, joven Howard. Le recomiendo no distraerse, el castillo es grande y podría perderse, no queremos eso.

—Claro, sí... muchas gracias, señor, en verdad. Hasta pronto.

Dumbledore asintió. Nathaniel hizo lo mismo, después vio como Dumbledore dejó la llave en la palma de su mano, para que al instante se elevará tan rápido como una snitch, salió volando a una velocidad algo rápida, aún así Nathaniel podía seguirle el paso. La llave lo guió por miles de pasillos y corredores, realmente no prestaba atención a nada, sólo estaba concentrado en seguir a la llave y llegar a su nueva habitación temporal. Era casi medio día, así que habían varios jóvenes andando por los pasillos, el chico castaño seguía concentrado en no perder de vista la llave así que temía chocar contra algún niño.

Finalmente, la llave cayó al suelo frente a una puerta simple en lo que parecía ser la entrada de un gran almacén lleno de barriles. La tomó, abrió la puerta y de inmediato empezó a idear un plan para poder capturar a todas las criaturas perdidas.

HOLY GROUND ━ cedric diggoryWhere stories live. Discover now