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𝐕𝐈. FORBIDDEN FOREST
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Febrero 16, 1990. Hogwarts.
Darcy's Point Of View.
Si alguien me hubiera dicho cómo terminaría este día para mi, no le hubiera creído ni en un millón de años. Empezó como cualquier otro; me vestí y subí a desayunar con mis amigos, luego tomé las primeras clases del día y al terminar me encontré con Annie y Daisy para almorzar, conversamos acerca de las pinturas que me habían enviado mis padres el día anterior y al marcar las 13:00 fui a la clase correspondiente. La última clase era la de pociones, y durante los primeros treinta minutos transcurrió de manera natural, estábamos aprendiendo a preparar la poción curadora de forúnculos y yo comprendí todo con tan solo leer el libro, no me fueron necesarias las instrucciones de Snape. Tengo que mencionar que soy la mejor de mi generación en pociones y herbología, así que naturalmente me llevo bien con los profesores de dichas materias, y estoy segura de que Snape me tolera un poco más que el resto debido a mi buen desempeño en la materia, y además de esto, ser parte de Slytherin y claro, una Malfoy.
Estaba sumamente concentrada en mi poción, pero muy atenta a mis alrededores también, ya que Diggory y su amigo habían decidido sentarse en nuestra mesa. Supe de inmediato que iba a responder a mi broma de la semana pasada, me burlé de su discreción antes de que empezara la clase y él no dijo nada.
—Profesor, no comprendí el paso tres, ¿podría ayudarme a entender? —el amigo de Diggory levantó la mano y se dirigió a Snape, yo prestaba la menor atención posible debido a que estaba por terminar mi poción hasta que escuché al profesor mencionarme.
—Señorita Malfoy, por favor ayude a su incompetente compañero Isaak a finalizar, a ver si logra terminar una poción con éxito para variar —quise oponerme pero sé que no me conviene contradecir a Snape, así que resoplé y me acerqué al chico.
—Mira, no está tan difícil, solo tienes que... —le empecé a explicar de la manera más detallada que pude, no tardé más de cinco minutos y en cuanto me dijo que había entendido perfectamente regresé a mi asiento. A mi poción solo le hacía falta el último toque de varita, y supe que Snape lo notó ya que se acercó a mi asiento, de vez en cuando usaba mis pociones para hacer una demostración de un trabajo aceptable.
—Ahora, estudiantes, verán lo que debe suceder si hicieron un buen trabajo —todos se voltearon en nuestra dirección, yo me erguí en mi asiento de manera orgullosa y esperé a que Snape demostrara la perfección de mi poción, pero por el rabillo del ojo vi a Diggory y a su amigo hacer movimientos exagerados y preocupados.
