El futurista

Aether

—Basta, Loki —dijo Thor seriamente —. Tony, es sólo una ilusión de mi hermano.

Loki sonrió, con la sonrisa de Steve, Tony volvió a fruncir el ceño.

—Pues no te queda —farfulló éste último.

—Ya lo sé, el traje es muy ajustado —dijo Loki —. Pero siento la confianza, el espíritu patriótico fluye en mis venas.

—¡Ah, cállate, Steve no dice eso!

—¡Shhh! —Thor los empujó a ambos tras un muro y los tres escucharon el paso marcial de algunos guardias —. Tenemos que pasar desapercibidos.

—Díselo al hombre de hojalata —dijo Loki, ya en su propia apariencia —, que se puso histérico porque imité a su amiguito.

—Mira cuernitos, deberías tenerle un poco más de respeto a Steve.

Loki levantó una ceja.

—¿Disculpa? Él es el que debe respetarme, yo soy un príncipe. Y ahora que me acuerdo, me debe una.

—Mi amigo Rogers —intervino Thor —, salvó a nuestra madre. Fue herido en su lugar y está bajo cuidado y supervisión de nuestras médicas.

—De otra manera estaría aquí, pateándote tu principesco trasero —añadió Tony.

Loki rodó los ojos.

—Cómo sea, Thor, debes darme un arma.

—No le des nada—intervino Tony.

—No puedo ayudar, si estoy desarmado. Vamos, al menos mi puñal—Loki hizo como que no había escuchado al castaño a su lado.

Thor suspiró, compartió una mirada con Tony y, luego, se revolvió las ropas. Loki sonrió y estiró los brazos para tomar el puñal que su hermano le tendía, pero justo cuando lo tocó, éste se transformó en unas esposas que le ciñeron ambas muñecas.

—¿Qué...?

—Pensé que te gustaban los trucos —dijo Thor con una media sonrisa y reemprendió la marcha.

Tony lanzó una carcajada de burla y siguió a Thor, finalmente, Loki, rodando los ojos, los siguió.

A la mitad del pasillo se encontraron con Lady Sif y Jane, quienes caminaban a su encuentro.

—¿Tú eres...? —dijo Jane acercándose a Loki.

—Hola, soy Loki, tal vez...

Jane no lo dejó terminar, le sorrajó una cachetada.

—Esto es por Nueva York—le dijo molesta.

Loki volteó a ver a su hermano con sarcasmo en su gesto.

—¡Qué linda!

Justo en ese momento, escucharon el andar de más soldados, y vieron sus armaduras asomándose por unas escaleras aledañas.

—Váyanse, yo me encargo —dijo Lady Sif.

Thor agradeció y continuó la marcha junto a Jane y Tony, Loki los siguió unos pasos atrás, después de recibir una amenaza de Lady Siff, en caso de que se le ocurriera traicionar a su hermano. Se abrieron paso hasta una sala, donde los esperaba Volstagg guardando una de las naves que se habían estrellado en el palacio.

—Les daré todo el tiempo que pueda—dijo éste, mientras los otros se le aproximaban.

—Gracias —le dijo Thor estrechando su mano y guiando a los demás al interior de la nave.