El futurista

Aether

La voz de Thor llegó a él con su nombre y aquello lo despertó del aburrimiento que gobernaba su celda en aquella prisión, ahora, semi vacía. Loki se había perdido toda la acción del ataque de los elfos, sólo había sido testigo de una pequeña parte. Sabía que Asgard era suficientemente capaz de resistir, pero aquel caos habría sido un deleite y una oportunidad para escapar. Ahora, sin embargo, se encontraba frente a quién menos esperaba en ese momento.

—Thor —dijo con clama —, después de todo este tiempo, ahora decides visitarme.

Se inclinó ligeramente, como escudriñando del otro lado de la invisible, pero presente, barrera entre ambos.

—¿Por qué? —añadió.

Thor se acercó y le miró con seriedad.

—Lo que sucedió, el ataque, se repetirá. Ellos volverán, Loki, y necesito tu ayuda.

Loki sonrió suave, pero cínicamente.

—Debes estar desesperado, si vienes a mí por ayuda —dijo.

Thor respiró profundo y cambió el peso de su cuerpo de una pierna a otra, un tanto incomodo con el comentario.

—No lo haría, si no fuera necesario. Y es necesario que salga de Asgard, y no hay nadie que conozca tan bien los caminos de este reino como tú.

—Y si no te ayudo, ¿qué?

—Ya te lo dije, volverán. Saben que el Aether está aquí y no descansaran hasta encontrarlo, aunque para ello tengan que destruir todo lo que en Asgard hay.

Loki se encogió de hombros.

—Y eso, ¿en qué es malo? —dijo sin apartar su media sonrisa.

—Sí, sé que no te importa. Pero Asgard no sólo es su gente o mi padre o yo... también está ella. Durante el ataque, Loki, casi perdemos a nuestra madre. ¿Lo sabías? ¿Cómo podríamos continuar sin ella, sin su guía, sin su amor? No quiero imaginarlo, ¿y tú?

La sonrisa de Loki se desvaneció poco a poco, mientras Thor hablaba y su semblante reflejó una seriedad inusitada.

—Necesito salir de Asgard, llevarme lejos el Aether, para proteger lo que amo, Loki. Para proteger Jane y a mamá. Acompáñame, derrotemos a Malekith y mantengámoslas a salvo. Protege a mamá como ella te ha protegido, hermano.

Loki le miró por unos segundos, como ponderando sus opciones.

—Después volverás aquí —apuntó Thor y Loki finalmente recuperó la sonrisa.

—De verdad que eres ingenuo —dijo en voz baja y luego añadió en voz alta —. ¿Acaso puedes confiar en mí?

—No —respondió Thor tajantemente —. Pero esto no es por mí ni por ti... mamá confía en ti, así que espero que correspondas a ello. Además, ya no espero nada de ti, si me traicionas acabaré contigo.

Loki ahogo una risa.

—¿Y bien? —apuró Thor.

—De acuerdo, te ayudaré.

***

Tony permaneció donde Thor lo había dejado, semi oculto, esperando que volviera. De pronto, a lo lejos, creyó escuchar la voz de Steve y frunció el ceño. ¿Es que se había levantado? Era un necio, un verdadero necio. Salió de su escondite y caminó hacia dónde provenía la voz. Vio a Thor caminando con Steve a su lado, un Steve con su uniforme de Capitán América y su escudo, muy feliz caminando y hablando con Thor como si nada.

—¡Oye tú! —dijo Tony acercándose, dirigiéndose a Steve—. Quedamos en que te quedarías a descansar, no estás en condiciones de...

—Oh, pero si aquí está otro de tus amiguitos nuevos —dijo Steve... aunque no era Steve.