-Si, ahora estas preocupada por tu apariencia y sonríes más fácilmente- contestó Tweek, mientras servía frente a la chica rubia tres tazas de café pequeñas. Martha no dijo nada, sentía su corazón sobrecogido porque la única diferencia que notaba en eso era Kenny, quien la había obligado a tener un nuevo ropero y se preocupaba por su bienestar, a pesar de que ella no tenía nada que ofrecer. Tweek continuó señalando las tazas-Estoy probando nuevos granos de américa central y del sur. Las que te servía son todos arábicos tostados, pero cambia su origen: Perú, Brasil y Honduras-
Martha acerco su nariz a la primera taza. Luego observó curiosa al chico de cabello alborotado
-¿Por qué origen peruano?- consultó.
-¿Qué tiene?- consultó Tweek ruborizándose, mientras limpiaba frenéticamente una mesada que ya estaba limpia-¿No te gusta, o qué?-
-Es qué de los países cafeteros reconocidos de Colombia, no Perú-mencionó mientras daba un sorbo a la bebida. Lamentablemente era muy amargo para su gusto. Tweek lo notó de inmediato, ofreciéndole un vaso grande de soda-Es muy amargo para mi gusto-
-¡Lo siento! Pensé que lo había rebajado lo suficiente-
La rubia de ojos celestes continuo con los otros dos vasos, teniendo la mejor reacción con el café brasilero. De todos era el menos fuerte.
-Realmente no soy la mejor catadora, siento que hayas desperdiciado su talento y producto conmigo...-
-No digas eso...-la consoló Tweek, acariciando su cabello-No es tu culpa no tolerar el amargor. De hecho la mayoría de los clientes vienen acá por mezclas de café con algo más. El buen café, bien preparado y auténtico es muy poco apreciado-
-Esa exactamente ese el problema, todos debieran entrenar su paladar para disfrutar de las bebidas de calidad- contestó una voz monótona, profunda y grave. Martha estaba observando a Tweek en ese momento, por ello supo bien lo que vio. El brillo en los ojos multicolor de su querido amigo, sus mejillas sonrojadas que se apresuró a esconder simulando que iba por algo a la cocina. Como la mano que acariciaba su cabeza se contrajo con la interrupción del extraño. Ella observó al lado al ver a un hombre que tranquilamente alzó su mano para saludarla. Ella respondió inclinando su cabeza suavemente. Sin disimulo observo que era un hombre guapo. Cabello caoba y ojos azules oscuros. Si los mirabas mucho daba la sensación qué ibas a hundirte en ellos. Perfil perfectamente definido y piel morena. Realmente un chico apuesto.
-¿Tengo algo en la cara?-consultó el hombre, mientras tocaba su rostro buscando lo que miraba la chica con tanto interés.
-¿ah?... ¿ah!... no, no es nada...- respondió tímidamente mirando hacia las tazas de café que tenía al frente. Volvió a sentirse mal por el fútil esfuerzo de su amigo.
-Disculpa, ¿eres catadora?- consultó el hombre guapo.
-No, soy... amiga del dueño... me estaba mostrando los nuevos cafés con los que quieres trabajar...- respondió. Con vergüenza agregó-Lamentablemente no soy buena para las bebidas amargas...-
-¿Entonces no vas a beberte todo eso, verdad?- consultó con su tono monótono. La chica negó-¿te molesta que los beba yo?- la chica acercó las tras tazas al hombre, quien la miró curioso. Martha sintió sus mejillas arder por la atención.
-¿De verdad esta bien que yo las beba?- rectificó el chico. Una vez la mujer asintiera, él probó la primera taza. Dejo la bebida reposar un rato antes de tragarla. Luego bebió agua. Y siguió probando las otras tazas. En ese transcurso volvió a salir Tweek, con el cabello húmedo y unos trozos de pastel.
-Hey Tweek- saludó casual el hombre.
-Buenos días, Craig- respondió el saludo Tweek, ofreciéndole un trozo de tarta a la chica-Como disculpa por hacerte pasar un mal momento...-
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Bunny - Mi nombre es...
FanfictionUn extraño chico provoca la ira de una grupo de cuatro adinerados magnates de Denver. Este incidente sin importancia desatará la curiosidad pero... hay secretos que no deben aclarase.
Cuentos y pollito frito
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