Choque y descarga

254 33 8
                                    

Karen era una niña muy buena. Siempre estaba dispuesta a ceder en muchas cosas para facilitar la vida de sus personas más amadas en el mundo... pero todo tenía un límite cuando se trataba de dulces. Kenny estaba frente a ella rogándole por un bocado del pastel que le había regalado. A pesar que su hermanito se veía como un ser patético, ella no iba a ceder. En principio, estaba enfadada con él porque se iba de viaje durante un tiempo sin ella y la única compensación era ese pastel. Estaba triste, pero era muy pequeña para entender sus sentimientos. Tampoco ayudaba que su niñera hubiese cambiado de nombre. ¡Eran muchos cambios para ella y era solo una niña! ¿qué clase de adultos la estaban criando?

De todas maneras, le ganó su parte bondadosa y le cedió un trozo pequeño de pastel a su hermano. De todas maneras lo quería muchísimo. Y la nueva Martha parecía un cachorrito triste al ver la escena desde la cocina.

-¿Cuándo volverás?- le preguntó a su hermano, mientras trataba de contener un puchero. Kenneth estaba afligido, le rompía el alma ver a su hermana tan triste.

-Solo serán como máximo dos semanas- explicó Kenny, mientras le mostraba el calendario-Viajaré mañana y volveré en dos semanas- marcando con un circulo los días de sus viajes-De todas maneras te quedarás con Martha y con los chicos ¿esta bien?-

-Bien...- respondió secamente-¿me vas a traer algo?-

-Voy por trabajo... pero si encuentro algo bonito, seguro te lo traeré ¿esta bien?-

-Bueno...-

Martha observaba la escena y se le recogía el corazón. Luego los ojos pardos de la princesa del hogar chocaron con los suyos.

-Mar... ¿me leería un cuento?- le decía con la voz quebrada.

-Yo también podría leerte uno...- dijo Kenny, tratando de recuperar a su pequeño sol. La niña negó, estirando sus brazos hacia Martha. La rubia alzó el pequeño cuerpo hacia su pecho, sosteniendo a la pequeña. Se sentía un mal por Kenny, así que le acarició el cabello rubio antes de caminar hacia la habitación de Karen.

Kenny odiaba esa parte de su trabajo. El dejar a su hermana era lo peor del mundo. Se sentía como un patán y ella era su ángel, evidentemente no quería hacerle daño alguno, pero era un mal necesario para poder obtener la información que le había solicitado Craig. El plan era simple: según la información, Tammy Valmer se encontraría de vacaciones en Cancún. En ese contexto, podría acercarse a ella para ser su "loco amor de verano" y ella podría abrirse con él, dando información de cosas altamente confidenciales en el anónimo ambiente que dan las vacaciones alejadas de Denver, distraída con la playa, alcohol y él. Según sus cálculos, tardaría como mínimo una semana para acercarse y ser una buena experiencia para ella, de manera de lograr obtener la información.

El objetivo era obtener un rastro certero de quien sería el interesado en el activo perdido. De esa manera Craig reduciría su campo de acción y podrían completar su misión... Y obtendría su deliciosa recompensa. Pese a tener eso en mente, no podía evitar sentir tristeza por su hermanita. Resignado se dirigió hacia la nevera para encontrar una cerveza bien fría y rubia... como le gustaban.

Mientras bebía, se preguntaba si sería buena idea dejar a Karen con Martha. A pesar de confiar en la muchacha, no había podido averiguar nada de ella. Ni siquiera buscando su rostro a través del sistema de personas perdidas de la policía pudo encontrar coincidencias. Y la visita con el padre Maxi no aportó información diferente a la que ya tenía.

Con eso en mente, se encontró con la persona más enigmática que casualmente había encontrado. Ella lo observaba con esos grandes ojos celestes del otro lado de la isla de la cocina, se acercó lentamente.

Bunny - Mi nombre es...Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt