Decisiones Costosas

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     ~Volkov POV~

    Abrí los ojos rápidamente en cuanto sentí que había pasado bastante tiempo desde que habíamos mantenido relaciones. Miré a Horacio de reojo para ver si seguía dormido. En efecto seguía dormido en mi pecho, con su mano sobre el mismo. Pude notar al mirarlo que tenía marcas leves de quemadura en la espalda, marcas que supongo habían sido de la explosión en la iglesia. Le acaricié con suavidad el cabello para que no lo notara. Le había fallado nuevamente, como la vez pasada que le fallé, cuando Emilio le disparó.

    Aquí, a mí lado durmiendo se veía tan frágil que lo único que quería hacer por el resto de mi vida era cuidarlo, como no había podido cuidar de las demás personas que llegué a amar. Decidí tomar su mano con un poco más de fuerza, quería sentirla una última vez antes de irme. La decisión de dejarlo era difícil, pero no me podía encariñar. Todo lo que yo tocaba terminaba mal; todo lo que yo amaba moría tarde o temprano. No podía dejar que eso le pasara a Horacio.

    Iba a levantarme e irme sin más, pero tenía que dejar las cosas claras, portarme firme. Si me iba sin más tal vez Horacio pensaría que había tenido alguna emergencia y me había ido, lo cual levantaría esperanzas. También había otra opción, y esa tampoco quería que pasara. No quería que Horacio pensara que lo había utilizado para mis placeres y me había ido sin más para nunca volverle a hablar. En parte pasaría algo así, era la única manera, pero mínimo merecía una plática.

    –Horacio. –Pronuncié con calma para no alarmarlo. Irme me costaría trabajo, tendría que ser más duro–. Horacio despierte que necesito ponerme mi ropa.

    Horacio miraba como desconcertado a la pared, ¿había olvidado lo que había sucedido entre nosotros? O tal vez esto no había significado nada para él. Si era eso me dolería, pero a la vez estaría feliz por saber que no podría lastimarlo con lo que haría a continuación. Miró al reloj, yo también lo miré. Eran las 4 A.M., aún tenía tiempo para ir a mi penthouse y bañarme y después irme a trabajar. Horacio se incorporó con calma y elegancia en el sofá. Me levanté con rapidez y empecé a vestirme, si hacía rápido las cosas no me costaría tanto irme. Me subí los boxers, luego los pantalones y me empecé a ajustar el cinturón hasta que sentí que unos brazos me rodeaban la cintura.

    –Horacio, ¿qué hace? –Después de decirlo me di cuenta que mi tono sonaba a enfado.

    –¿Te tienes que ir ya? –Me preguntó tiernamente. Quería voltearme y abrazarlo y decirle que no, que me quedaría a su lado, pero eso era justo lo que tenía que evitar hacer en este momento. Ahora más que nunca debía apresurarme, Conway, o Michelle, o Gustabo, o algún otro agente del FBI podrían llegar en cualquier momento.

    –Por supuesto que me tengo que ir ya, no queremos que alguien nos vea juntos.

    –¿Queremos? –Su pregunta me hizo pensar que lo tomó de una manera diferente a lo que quería referirme–. Volkov qué más da lo que la gente diga, somos adultos y podemos follar cuantas veces queramos. Y si queremos follar en mi oficina, en mi sillón, es nuestro problema.

    Y, a pesar de que era algo que se supone no debía suceder en un ambiente laboral porque situaciones así no se deberían de dar, en parte tenía razón. Pero ese no era el problema, el problema aquí era que en realidad no quería ser responsable de otra persona que yo quería. Quería a Horacio desde hace tiempo, me di cuenta de eso cuando lo había seguido como un cachorro al ver que algo no andaba bien, aquel día que casi... De cualquier manera eso había pasado ya y me hizo darme cuenta de lo que sentía.

    Miré al suelo pensando. Tendría que ser más duro, decirle que esto no debía ocurrir nuevamente y tal vez incluso le diría otras cosas para hacer que dejara de pensar en mí de esa manera, porque jamás podríamos estar juntos. Abrí la boca mientras ideaba algo, tal vez comenzaría con su nombre.

Recuerdos De Un Infinito || Volkacio AU || +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora