Capítulo 11

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No podía creer que estuviera tocando la hierba con sus propias manos. Le hubiese encantando poder quitarse aquella ropa incómoda y revolcarse por el barro como en los viejos de tiempos.

–Leah.– la llamó Thomas al verla tan absorta. La imagen era incluso cómica, Leah sentada en el suelo olisqueando las hierbas que arrancaba.– ¿Estás lista?

Estaba más que lista. Llevaba tanto tiempo deseando tener un poco de libertad que hubiera dado lo que fuera por ella. Ahora estaba allí, observando el llano que terminaba en el bosque. En su bosque.

–¿Me estás escuchando?

Leah asintió sin mirarlo. Estaba enbobada mirando el paisaje a su alrededor. Paisaje que tanto había echado de menos. No podía esperar más.

–El dron te estará siguiendo.– señaló Luke.– Intenta no perderlo de vista...

–O que no me pierda el.– añadió divertida levantándose del suelo.

Nora soltó un gemido de la emoción y la abrazó hasta el punto que Leah notó la falta de aire.

–¡Estoy tan orgullosa de ti! ¡Mira lo rápido que aprendes!– exclamó eufórica.– Demuéstrales a esos estirados lo que eres capaz de hacer.

–¿Bromeas? Es uno de los dispositivos más avanzados. Proviene de los mejores laboratorios tecnológicos que hay en Guiza.

–Nos aburres, Luke...– le dijo Nora para molestarlo un poco.

–Ya veréis con lo que estáis tratando.

–¿Te crees que Leah no podría con esa... cosa?

–Se llama Rudolph, un respeto.

–Rudolph es una caja de hojalata que solo sirve para...

–Detente señorita.– la cortó.

–Me apuesto lo que sea a que Leah sería capaz de tumbar a tu ''amigo''.

–¿Ah, sí? ¿Qué te parece tres favores?

–Me parece perfecto, don rarito.– contestó con orgullo.

–Serás...

–Parad los dos. Ahora mismo.– ordenó Thomas con voz grave y recta. A Leah le entró escalofríos.– Ayúdame con esto.

Sacaron del maletero una caja con dos fusiles y tres pistolas pequeñas. Leah lo miró confusa.

–Por si nos atacan rebeldes.– le explicó al ver su expresión.

Luke hizo volar el dron, lo suficientemente lejos de Leah para no ser un obstáculo. Volvió su mirada al frente y calculó que no tardaría demasiado en llegar al bosque.

–El dron proyectará mi voz para indicarte que vuelvas. Ven un segundo.– susurró y con un movimiento de mano ordenó a Luke apartar el dron.– Viktor te estará observando... Leah, no huyas o mandará todo un ejercito a buscarte.

–Es raro.

–¿El qué?

–¿Por qué le importo tanto?– preguntó dubitativa.

–Esconde algo, lo conozco demasiado. Lo averiguaré.– dijo zanjando el tema.– Ahora céntrate.

La voz de Thomas sonó a sus espaldas comenzando una cuenta atrás de cinco segundos. Su respiración estaba agitada. Se ordenó a sí misma controlarla o de lo contrario se cansaría nada más salir. Nada más escuchar el ''uno'' sus pies se movieron solos. Un paso, dos pasos... Y automáticamente estaba corriendo tan rápido que Luke, que manejaba el dron, tuvo que hacerlo volar más rápido para no quedarse atrás.

Más allá de la muralla.Where stories live. Discover now