Pequeños Médicos

9.5K 906 640
                                    

Alexander

— ¿Estás enojada? — Le preguntó por decima vez en la noche — No deberías enojarte, no le hagas caso a esas mujeres ¿Crees que yo quiero una amante? Pero si tu me dejas cansado cariño —

Vanessa entrecerro los ojos y lo fulminó con la mirada, como si hubiera dicho un comentario absurdo, aunque no sabe que parte no le agradó, puede que sea porque esas mujeres siempre la molestan, o quizá fue cuando menciono que lo deja cansado. ¡Pero es la verdad! ¿Para qué quiere una amante si Vanessa es tan activa como diez mujeres juntas?

Alexander adora tener sexo, en cualquier momento y a cualquier hora, pero Vanessa es una mujer muy pasional, decir que lo deja cansado es poco, lo deja tan agotado que después de tener sexo ya no quiere hacer nada, pero es él rey y siempre tiene que volver con sus obligaciones, pero sino se lo lleva para tener sexo, lo obliga a besarla hasta que el aire les hace falta.

Alexander sonrió de lado, puede que ya entiende ese malestar y es que esa doctora sentada a su lado en la camioneta, que se ve tan inocente con esos rizos rubios embelleciendo su rostro y con los pequeños niños abrazados, odia que piensen que ella es la pervertida, él sabe que lo es, pero esa mujer odia que el mundo sepa que no es una inocente doctora, lo bueno es que él es perfecto guardando secretos.

— No, no estoy enojada — dijo secamente jugando con las pequeñas manos de Maximilian y él pequeño, bebé, Alex.

— Yo creo que si lo están y no solo eso, estas muy celosa. Ven doctora ¿Quieres que te de unos besos para confirmarte que solo te quiero a ti? —

Pero Andre habló de inmediato. Miro a sus hijos sentados en la parte trasera con rostro de molestia porque no quieren verlos besándose de nuevo.

— ¡No! Ya no se den besos — Andre negó con terror en el rostro — Porque luego se van por horas a darse besos y mami regresa llorando porque esta embarazada —

Vanessa lo golpeó levemente en el hombro mientras mantiene aferrados a sus hijos, esos dos pequeños bebés de cabello rubio y pequeña boca rosada, le gustaría que también las pelirrojas estuvieran aquí y no en el asiento trasero junto a sus hermanos, pero abrazar a cuatro bebés es imposible.

— Por tu culpa están traumados, te digo solo un beso y te darás horas —

Alexander soltó una carcajada y aferró sus manos al volante miestras maneja por las iluminadas calles de Londres.

— ¿Yo me tardo horas besandote? — Preguntó llenó de burla, le encanta hacerle preguntas para ponerla en aprietos delante de los niños —  Pero si eres tu la que quiere seguir a más, siempre me dices, ay Alex también puedes besarme ahí —

Vanessa le cubrió la boca para que ya no siguiera hablando y le sonrió a los niños cómo si nada estuviera pasando, pero el movimiento que ella hizo sólo fue para casi ponerle los senos en la cara, esos que casi se salen por culpa de la pequeña blusa rosada, tan blancos, redondos, tan llamativos por culpa de ese collar brillante en medio de ellos, tan besables... pero lamentablemente tiene muchos hijos pequeños y ya ese par de niños reclaman lo que es suyo, porqué ponen sus pequeñas manos sobre esos senos y buscan con su boquita la punta del pezon mientras lo fulminan con la mirada o eso cree Alexander.

— ¡Shsh! Eso es secreto — Vanessa volvió a recargarse en el asiento después de ayudar a las gemelas a sentarse y de calmar los llantos de Bella, después se bajó la blusa y sacó su seno para pegar a uno de los niños, al final cuando sintió su mirada pervertida sobre ella, lo fulminó con la mirada y se cubrio con una manta — ¿Porqué me ves así? Pervertido —

Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]Where stories live. Discover now