TSUBASA [Haikyuu!!]

Capítulo 4

Okina Tsubasa

Si me preguntarás a mí, "¿Quién es la persona más insoportable del mundo?" te respondería sin duda alguna que esa persona sería mi hermano menor, Hae.

Liteal. Ese es su nombre que le dieron al pequeño, Okina Hae y Hae significa "mosco". En serio, primero mi nombre, Tsubasa; pero el de mi hermano superó el nivel de lo absurdo.

Ese diablillo era un gran mentiroso. Mintió a mi mamá diciendo de que tiene dolores de cabeza y ella me dijo que lo recogerla y que yo lo cuide en casa, pero por más que le dije que él estaba mintiendo mi mamá no me creyó, además le dije que estaba en plena entrenamiento para ser la mejor y poder ganar en el campeonato, pero nada. Solo me dijo que lo podía a llevar a mi entrenamiento.

Sabía que ese mocoso estaba fanfarroneando porque cuando lo recogí lo encontré jugando un partido de fútbol con sus amigos. Corriendo como un niño sano y no enfermo como me había dicho mi mamá.

Con mala gana lo llamé para irnos.

Me hizo perder mi valioso tiempo para poder practicar y estaba de camino para Karasuno a entrenar con unos pasos realmente fuertes como para que las personas que me estaban bien me miraban como un bicho raro.

—Por fin podré ver a las señoritas — lo dijo como si se tratara de un viejo verde, brincando con cada paso que daba.

Yo simplemente lo observé de reojo mientras andaba. No entendía de dónde salió esa mañosidad, de que solo le gustaban las mujeres mayores. De seguro del abuelo.

Pero no podía aguantar las ganas de ver su cara cuando vea a mi equipo. Estaba segura que se iba a llevar una sorpresa.

Cuando ya le avisé que habíamos llegado, mi hermano con un salto y con gran agilidad deslizó la puerta entrando de golpe como yo lo hice en mi primer día.

—Señoritaaaas.

Nunca me voy a cansar de recordar la cara que puso cuando se dio cuenta que todos mis compañeros eran hombres y no chicas con traje de deporte. Era digna de burla y humillación.

Este poseía una cara de horror y espanto que, de inmediatamente cerró la puerta, intentando que nada de lo vio era cierto.

Como yo en mi primer día.

—Oye, Nee-chan —me llamó Hae—. Creo que te equivocaste del ligar porque no veo a ninguna belleza aquí y estos dan asco.

—Aquí es donde practico ahora —dije por último y entre saludando a todos los presentes.

—Hinata! Kageyama! —los saludé abrazando a los dos. Puesto que ellos estaban por pelear.

En eso, Noya-san —¡Tsubasa~ ! — saltó encima mío haciendo que los cuatro cayeramos al piso con unas risas por parte de él.

—¡Tsubasaaaa! —era voz de Tanaka-san—. No es hora de jugar, es hora de entrenar. ¿Qué son estas horas de venir? -preguntó enojado.

—Es que —me paré—. Tenía que recoger a mi hermanito y se me hizo tarde. Hae, ven.