-Ya se durmió- le dijo-¿esta bien con que yo me encargue de ella?-

Se sorprendió con la tranquilidad con que expresó su preocupación, ¿acaso se había vuelto predecible? Eso no sería bueno para su trabajo... Kenneth contrajo las cejas.

-¡No es que no quiera encargarme de ella, no lo digo por eso!- aclaró rápidamente la chica-¡Ella me encanta, es muy linda! Pero... también entiendo que puede ser extraño dejar a una niña pequeña con una extraña sin... mmmhhh... antecedentes...-

Ese rubor avergonzado, sus nudillos frotándose y la inclinación de cabeza. Velozmente Kenneth afirmó una de sus manos. Pese a trabajar mucho y mantener la limpieza con productos abrasivos, sus manos eran sorprendentemente suaves al tacto.

-No estoy preocupado por eso...-contesto acariciando su mano-Es obvio que quieres mucho a Karen. Lo que me preocupa es dejarlas solas... Por tu condición, si hubiese un accidente o alguna circunstancia peligrosa... ¿cómo podrías pedir ayuda?-

Martha no había pensado en esa posibilidad. Por supuesto que pueden pasar accidentes, pero Kenny siempre estaba disponible y el horario de Karen estaba bien acotado... Pero el tema de imprevistos era serio. Repentinamente se le iluminó la mirada.

-¡Podría llevar un papel con tus datos!- dijo contenta-Así, si pasa algo, te contactaría de inmediato. También podrías agregar los números de los chicos-

-También pensé en eso... Pero si se pierde ese papel, cualquiera podría hacer bromas o extorsionarme- contestó Kenneth mientras daba un trago a su bebida.

-¿Extorsionarte?- consultó Martha, ocasionando que Kenny se atragantara, empezando a toser-¿Esta... estarás bien, cierto? ¿tu trabajo... es tan... ?-

Kenneth la interrumpió presionando su dedo índice en los rosados labios de la chica, mientras guiñaba su ojo.

-Es un secreto, sólo debes confiar en mi, ¿si?- La chica solo asintió, no muy convencida. El chico luego bebió otro trago de su cerveza. Como si esa interrupción no hubiese pasado, le entregó un celular a la rubia-Lo pensé y creo que lo mejor para estos casos es un celular-

-Pero... yo nunca he tenido uno. No sé cómo ocuparlo- dijo la chica. Esa era su clase posición de no querer aceptar los regalos que le entregaba su señor.

-Viene con instrucciones de uso. Si es muy difícil, puedes hablar con Eric. Ese ser es un adicto-

-¿Adicción!- consultó la chica observando de reojo el artilugio.

-Es solo una expresión- aclaró entre risas el rubio-Yo ingresé los contactos relevantes de una manera que fuera simple para ti contactarte, en caso de que pase algo-

Kenny tomó el teléfono, mostrándole el directorio. Todos los contactos tenían una foto y el "nombre de contacto" tenías las características más obvias de sus amigos.

"Pelirrojo irritado -Kyle", "Gordo HDP-Eric", "Moreno loquero-Stan", "Guardería Karen", "SPATZ cafetería-Tweek", "Hermoso y sensual Kenny". En este último la joven se rió de buena gana. Así podría saber a quién estaba llamando, aunque no pudiese reconocer sus nombres.

-¡Gracias!- sonrió contenta.

-Ahora que ya resolvimos este tema que nos agobiaba, estaba pensando en que... tu y yo podríamos hacer algo interesante...- dijo el chico de manera lujuriosa.

-¡Claro que sí!- le dijo contenta la chica, lo cuál sorprendió al rubio-¿me mostrarás cómo utilizar esto, si?-

A esa carita de felicidad no podría negarle nada. Por lo cual suspiró derrotado por la incapacidad de Martha de leer dobles intensiones. Se acomodaron en el sillón, mientras él chico le mostraba como utilizar el nuevo artilugio.

Bunny - Mi nombre es...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora