Vas a despertar a la galaxia con tus gritos

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Toma. — Me tendió la infusión y no esperó respuesta de mi parte, caminó hasta los barrotes de la terraza, descansando su cuerpo contra los mismos.

Marcha todo lo que quieras. — Luego de darme el lujo de recrear mi vista a la altura de su cintura una vez más, caminé a su lado haciendo algo de malabares con las tres cosas que tenía tenia en las manos.

Hice uso de uno de los pilares que separaban los barrotes, coloqué sobre él la caja de chocolates y la descubrí inhalando con fuerza en cuanto ese delicioso aroma llegó hasta mí.

En una de mis manos coloqué con delicadeza el café y dos chocolates entre los dedos, con la otra sostuve el ramo de flores de papel. Caminé hasta colocarme a su lado y rompí su conexión con el horizonte cuando ubiqué frente a su mirada mi mano con la infusión y los chocolates.

Toma uno. 

Sonrió de lado, cogió el que se encontraba más cerca suyo y le dedicó un mordisco bajo mi mirada expectante.

El efecto de una cámara lenta que ya había tenido la oportunidad de apreciar con ella volvía a lentificar sus movimientos, sus dientes trozaban el chocolate con suma delicadeza y mi bajo vientre comenzaba a arder.

Ladee la cabeza borrando esos pensamientos, ubiqué mi mirada en el horizonte y le dediqué un mordisco al chocolate para luego beber un sorbo de la infusión. Deliciosa combinación, chocolate y café, casi tan deliciosa como ella.

Esperé en silencio que diera el paso, si estábamos nuevamente solas en ese lugar gracias a su repentina conexión con mi amiga, debía ser ella quien explicara el motivo.

Pero su silencio resultaba tan persistente como el mío, cuando la observé de reojo mantenía el chocolate casi intacto en su mano, su mirada se veía realmente perdida en algún punto del cielo y la tensión en su mentón se mantenía firme.

Gracias. — Rompí con el silencio que ya comenzaba a fastidiar.

De nada. — Cuando pensaba que además de centímetros nos separaría un profundo silencio se dignó en volver a hablar — Diría que lo siento, pero creo no equivocarme al decir que no es lo que esperas oír. — Moví mi cuerpo buscando sus ojos y los encontré con el miedo formando parte de su mirada.

No pude evitar que mis facciones mostraran algo de desinterés ante sus palabras, había dañado mi orgullo y lo sabía muy bien, tanto que pensaba que pidiendo disculpas no haría nada; estuve a punto de responder cuan acertado resultaba su comentario, pero mi forma de mirarla indiferente pareció afectarle y cuando sus ojos se inundaron el arrepentimiento me ganó la pulseada.

Una disculpa si es sincera no puede recibir a cambio un rechazo. — Respondí, y cuando sus labios dejaron escapar un suspiro supe que realmente estaba sufriendo con toda esta situación.

La pude oír sorber por la nariz, mis ojos buscaron sus manos al notar que hacían a un lado el café y el chocolate, temblaban como un cuerpo vistiendo pocas prendas en una noche de invierno y fingiendo una firmeza que no tenían se sostuvieron de los barrotes.

No he sido sincera, yo no quería que esto sucediera, yo no... _

¿Qué es lo que no querías que sucediera? — Pregunté, con mi corazón alistándose para afrontar la respuesta que vendría.

Sus manos temblorosas abandonaron aquel trozo de metal y siguieron el movimiento de su cuerpo que buscó colocarse frente a mi, en cuanto la suavidad de su tacto llegó a mis manos, estas respondieron de inmediato, sudando, hormigueando, necesitando.

Hablarán De Ti Y De Mi [CLEXA AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora