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–¿Y bien? Estoy esperando una respuesta– su padre seguía parado en medio de la habitación, mirándolas a todas detenidamente.

–Aquí estuvimos todo el tiempo– los nervios de Liv se notaban en su voz.

–¡No me mientan!– el rey levantó la voz. Las cosas se estaban empezando a salir de control–. Fulano vino a su habitación hace unas horas y no las encontró.

–¿Y eso quiere decir que nos escapamos?– Tara dio un paso al frente–. Tal vez sólo estábamos en el baño o en algún lado del castillo.

–Si ese fuera el caso, no estarían todas despiertas a las cinco de la mañana– en el tono de voz del rey ya se podía sentir la furia y tensión que sentía

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–Si ese fuera el caso, no estarían todas despiertas a las cinco de la mañana– en el tono de voz del rey ya se podía sentir la furia y tensión que sentía.

Todas se quedaron calladas. No había excusa posible. Las camas seguían hechas, ellas traían vestidos de día y apestaban a comida.

–De acuerdo– su padre se pasó la mano por el cabello–. Hasta que no me digan en dónde estaban no saldrán de esta habitación. – las miró con severidad y parecía dispuesto a irse–. Ah, y ni siquiera intenten escapar, habrán guardias en la puerta y vigilando su ventana– se dio la media vuelta y salió de la habitación junto con Fulano. Después de que la puerta se cerrará se escuchó el seguro.

–¡No nos puede hacer esto!–Aria pateó la mesita de noche que estaba a un lado de ella. Una mueca de dolor se apoderó de su rostro.

–Hay algo que no está bien aquí– Virgy se sentó en su cama–. Papá nunca había actuado de esa forma.

–No mentía, hay guardias en el jardín vigilándonos–Sagi se acercó a una de las ventanas y corrió la cortina.  Al estar su habitación en el tercer piso del castillo, podían ver desde ahí gran parte del jardín. Había alrededor de diez guardias con la mirada fija en la habitación de las princesas.

–Yo creo que Fulano y el Duque le están llenando la cabeza en contra nuestra– Can se tiró en el suelo. Su cuerpo parecía una estrella marina.

–Necesitamos un plan– Capri estaba apoyada en la puerta.

–¿Un plan para matarnos colectivamente?– Gemma rió– Estoy de acuerdo.

–Un plan para quitarnos a papá de encima– Capri comenzó a caminar por toda la habitación. Casi pisa la cabeza de Can.

–¿Para qué?– Leah se estaba cambiando a su bata para dormir–. Todo nos sale mal.

–Porque si desconfía de nosotras y nos mantiene vigiladas, no podremos ir a la isla hoy, y tampoco podremos idear un plan para escapar del compromiso con Fulano– Scor se quejaba desde su cama.

–Si quieren mañana planeamos algo– Pi ya se encontraba en su cama acostada–. Ahora no puedo pensar en nada más que en dormir– un gran bostezo salió de su boca.

12 princesas bailarinas {zodiaco}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora