Las 12 hijas del Rey de Persse han descubierto un mágico mundo, en el cual podrán escapar de los males que amenazan a su reino.
Pero no serán las únicas en ese mágico mundo.
Ellas, junto con un grupo de desconocidos, tendrán que salvar a Persse de l...
Scor vio a su hermana Aria regresar del lago con un rastro de perturbación en su rostro. La chica rápidamente caminó hacia la mesa de madera que había llegado al centro de la isla gracias a la magia de las flores, y comenzó a organizar la comida recién aparecida. La rubia notó que su hermana se comportaba de manera extraña y decidió acercarse a ella.
–Hey, Ari, ¿te encuentras bien?– Scor la tomó del brazo.
–Leo se intentó propasar conmigo– respondió ella al instante. Su tono de voz denotaba cierto nerviosismo.
–¿Hizo qué?– Scor vio a Leo llegar al lugar por el mismo camino por el que había visto pasar a Aria–.Lo voy a enterrar vivo– y si bien tenía toda la intención de hacerlo, Aria se lo impidió.
–¡Cálmate! No me hizo nada, si hubiese hecho algo más ya lo hubiera matado– Aria intentó contener a Scor. Leo pasó junto a ellas y sólo le dio una mirada apenada a la chica con la que había estado hace unos momentos.
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–De acuerdo, pero si te llega a hacer algo me dices y le rompo la nariz–Scor miró seriamente a su hermana.
–Scor, yo me puedo cuidar sola– Aria se veía fastidiada por la plática–. Ahora ve y ayuda a alguien más, por favor.
–Está bien, me voy pero no porque tú lo digas, sino porque yo quiero– la chica se dio la media vuelta y fue hasta dónde estaba Lea. Su hermana estaba parada enfrente de una mesa y encima de ella había una montaña de cosméticos esperando a ser usados.
–¡Scor! ¿Quieres que te maquille?– Leah preguntó emocionada.
–Leah, todos estamos ayudando con la comida y decoraciones, ¿Y tú te estás maquillando?– Scor quería aventarle algo a la cara a su hermana.
–Acua me puso a cargo del vestuario, pero supuse que los vestidos que tenemos puestos serán suficiente, mientras que con tantas luces necesitaremos bastante maquillaje– Leah agarró uno de los miles de delineadores que ahí habían y lo llevó a su ojo.
–No logro comprender cómo funciona tu cerebro– Scor rio y por accidente su codo chocó contra el brazo de su hermana, quien se metió el delineador al ojo. La queja no tardó en escucharse y Leah ya se estaba tapando el ojo con su mano.
–¡Me quedé ciega!– gritó la pelirroja. Algunos de los que estaban cerca, tales como Cáncer y Pi, quiénes platicaban mientras decoraban los arbustos, la voltearon a ver asustados.
–Ve al mar y límpiate la cara con agua– sugirió Scor.
–Es agua salada, estúpida. Me arderá más– chilló Leah, pero el dolor era más fuerte que su voluntad. Salió corriendo en dirección al mar para limpiar el maquillaje de su ojo.
–Pobrecita– Capricornio apareció a un lado de Scor, haciendo que esta diera un pequeño salto.
–Eso se gana por maquillarse en vez de ayudar en algo– Scor rodó los ojos.
