Las 12 hijas del Rey de Persse han descubierto un mágico mundo, en el cual podrán escapar de los males que amenazan a su reino.
Pero no serán las únicas en ese mágico mundo.
Ellas, junto con un grupo de desconocidos, tendrán que salvar a Persse de l...
Luego del reencuentro con Fulano Vaporup, las princesas optaron por salir al jardín a tomar un poco de aire fresco, mientras su padre discutía ciertas nociones con el Conde y su hijo.
–Sigo sin entender quién es ese sujeto, es decir, ya sé que es Fulano de Reginsen pero, ¿de dónde salió?– preguntó Aria, quien se encontraba sentada en el tronco del árbol más grande y viejo del jardín.
–Lo único que me acuerdo es que papá era muy amigo del papá de Vaporup, quien ahora sabemos es un Conde, y yo solía jugar con él cuando venían de visita— le respondió Capri.
–No te olvides mencionar que era un demonio asesino de perritos— añadió Leah desde el kiosko en donde estaba dando pequeñas vueltas.
El jardín del palacio de Persse era pequeño, sí, pero sin duda alguna era bellísimo. Habían árboles rodeando toda el área, cuyas ramas estaban llenas de hojas y flores de todos los colores. También se encontraba una gran fuente en el centro del jardín, y junto a ella, un pequeño kiosko en donde solía bailar la reina Merideth. El kiosko era la parte favorita del jardín de las princesas, ya que estaba fabricado del más precioso mármol, y a su alrededor crecían enredaderas llenas de jazmines.
A lo largo del jardín estaban colocadas pequeñas bancas, las cuales habían sido pintadas a mano por la misma reina, quien ilustró pequeñas estrellas en ellas. En general, en ese lugar se podía sentir el espíritu de la difunta reina.
–¿Y qué sucedió? ¿Dejó de venir o por qué ya no lo volvieron a ver?– preguntó Can, quitando la vista por un momento de la trenza que le estaba haciendo a Pi.
–Recuerdo que se mudaron a Runnaka, o algún lugar del sur. Supongo que esa fue la razón por la que dejaron de visitar– Scor se encogió de hombros.
—Entonces, esto es algo así como la secuela de Vaporup, el asesino de perros o algo por el estilo, ¿no?– se burló Sagi.
–No lo sabemos, tal vez haya cambiado– Liv intentó ser un poco positiva.
–Bueno, ya fueron muchas teorías conspirativas sobre Fulano, ¿podemos concentrarnos en el baile?– Acua apareció dando vueltas alrededor de la fuente.
–Acua tiene razón, faltan cinco días para el baile y tenemos que preparar todo para esa noche– Tara intentaba animar a sus hermanas.
–Mañana viene Madame McShoe a tomarnos las medidas para los vestidos, y los estilistas vendrán un día antes para hacernos la prueba de maquillaje y peinado, no creo que tengamos mucho qué hacer por ahora– señaló Pi.
–Mejor así, porque Acua y yo queremos enseñarles la rutina de baile que armamos– chilló Sagi.
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