Inclusive después de todas las primaveras, de todas las veces que rompiste mi corazón, de todas las mañanas que tuvimos, no podía evitarlo.
A pesar de todo el dolor que nos causamos, no podía evitar que la suave brisa de Octubre me recordará a tu so...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un día cualquiera en una mañana cualquiera, un joven escritor se paseaba por las calles de la pequeña ciudad donde se había escondido buscando un poco de paz.
Pues, sufría desde hace ya más de dos años, un bloqueo de escritor.
Las razones por las que sufría de esta condición se podrían considerar severas, pues había sido diagnosticado con una enfermedad terminal.
Y por más que fuera una situación preocuparte y deprimente para algunos, lo que no lo dejaba dormir por las noches era su bloqueo de escritor más allá de su enfermedad. Los bloqueos de escritos los había tenido a lo largo de toda su carrera, pero nunca uno tan severo como este.
Era un escritor de una saga de fantasía, increíblemente reconocida y aclamada por la crítica. Había escrito por años, enfrentando inconvenientes parecidos, pero nunca uno tan severo como lo era este. Sus libros eran una obra maestra, sin embargo temía que esta se volviera una obra maestra incompleta por culpa de su enfermedad terminal.
A mitad de la saga, donde la historia llegaba a su climax, sufrió un fuerte brote y las palabras dejaron de fluirle.
Había estado dos años fuera de redes y sin publicar ni un solo libro.
Agradecía enormemente mantener su verdadero nombre en secreto, el revuelo que causaba en redes la misteriosa desaparición de "Lord Explosion" había sido toda una noticia, ese era el pseudonimo que utilizaba el autor al querer mantener su nombre tanto como privacidad intactas.
Pensó que alejarse de la ruidosa y molesta ciudad e irse a un lugar "mágico" le ayudaría a desenvolverse. Se decía mucho del pueblo donde residía en la actualidad, se le daba mérito de hazañas casi mágicas, ya que cualquiera que llegará encontraba algo que necesitaban con todo su corazón. Para algunos era una revelación, para otros era el amor, muy pocos decían encontrar amistad, algunos decían que era paz interior, mientras que otros afirmaban encontrar respuestas.
Y eso era lo que Katsuki quería. Respuestas.
Tal vez sonaba ridículo, pero tenía algo de fe en ese pueblo. Esperaba que pudiera darle lo que su corazón deseaba. Curar su bloqueo de escritor antes que falleciera.
El joven escritor llevaba más de tres meses en aquella linda villa y aún así no encontraba sus respuestas, estaba desesperándose. Un día se decidió a entrar a una cafetería que le quedaba por su zona para despejar su mente, eso era justo lo que necesitaba. El sonido de la campana le indicó al personal de la cafetería que alguien había llegado.
—Buenos días.—un hombre de cardigán rosado pastel le dio la bienvenida al recién llegado con una cálida sonrisa
—Un café, negro sin azúcar. Sin datos.—dijo el árido artista mientras se sentaba en la barra. Pusó el dinero en la mesa al ver en las tabletas del local cuanto costaba.
