Inclusive después de todas las primaveras, de todas las veces que rompiste mi corazón, de todas las mañanas que tuvimos, no podía evitarlo.
A pesar de todo el dolor que nos causamos, no podía evitar que la suave brisa de Octubre me recordará a tu so...
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El pequeño tritón de escamas esmeraldas se escabullía por los corales del arrecife hasta poder llegar a la anémona gigante. Intentaba ser lo más precavido y cuidadoso posible, pero no sirvió de mucho.
—¿Crees que estas son horas de llegar, Deku?—una voz escalofriante lo hizo dar un brinquillo que llevó al tritón recién llegado a esconderse detrás de una pared de coral. Saco su cabeza para ver quién lo había llamado y no se trataba nada más y nada menos que su compañero de anémona.
—¡Kacchan! Me asustaste.—respiró por un momento. No quería ser atrapado escabulléndose a esas horas de la noche. Los tritones vivían en un arrecife de coral y dormían individualmente en sus anémonas, sin embargo la amoeba del pequeño Deku era tan grande que la compartía con su mejor amigo.
—¿Donde mierdas estabas, Deku?—el niño que escondía sus pecas detrás de la amoeba comenzaba a ponerse nervioso al no querer ser atrapado en su mentira. Era muy tarde como para salir. Bakugō era tan estricto con Izuku como si fuera su padre, sólo tenían doce años y aún les faltaban seis ciclos para completar su maduración pero Bakugō sentía de por si una responsabilidad enorme sobre Izuku.
Los padres de ambos niños eran conscientes de lo maduro y protector era el rubio, así que no se resistieron mucho a la idea que vivieran en la misma anémona. Los tritones se independizaban más rápido que los humanos de todos modos, ellos aún así se habían adelantado un par de años pero sus padres no se quejaron debido a la madurez de Bakugō.
—Oh, yo salí con All Might un rato...
Mentira, ni siquiera había visto a All Might en todo el día.
—Creo que deberías intentar otra vez.—dijo el rubio apodado Kacchan haciendo que a Deku se le erizaran hasta las escamas.
—¿Ah?—sonrió nervioso.
—All Might se fue con la mitad de la flota a las tierras de Enji a batallar.—dijo Bakugō con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Ahhh, antes de que se vaya.—insistió el más pequeño con sus mentiras sin fundamento.
—¿Qué tal si paras con esto? Eres un pésimo mentiroso que hasta a mí me esta dando pena.
Yagi se había ido en la mañana, era alrededor de la media noche. Katsuki no era alguien que Deku pudiera engañar.
—Kacchan yo...
—Dime de una maldita vez dónde estabas, maldito nerd.—el tritón de escamas rojizas fue alrededor del más pequeño evaluando su mentira.
—Ah... Yo.—la voz del tritón de escamas verdes tembló como todo su cuerpo al sentir los mancebos rubíes sobre él. Bakugō nado a su alrededor en forma de espiral, envolviéndolo en un remolino.
Su mano tanteó la cintura que se tornaba piel remplazando el camino de escamas. Se ubicó detrás de su compañero de anémona y detrás de su oreja susurró..
