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Era extraño lo rápido que pasaba el tiempo, parece que fue ayer cuando Adam se unió a los Ducks y de eso ya han pasado unos cuantos años, no cabe duda de que juntos hemos pasado por muchas cosas, ganamos los juegos de la buena voluntad y tiempo después comenzamos el instituto en Eden Hall, la vida nos ha puesto pruebas pero fuimos capaces de resolver cada una de ellas y era increíble que Adam y yo estuviésemos por cumplir tres años juntos.
Mi única meta en mi último año de instituto era disfrutar el tiempo que me quedaba con mis amigos, todos ya teníamos varias ofertas para universidades a lo largo de todo el país y ni siquiera podía imaginarme que para el próximo año cada quien tomaría un camino diferente, era la última temporada que los Ducks jugaban juntos.
A todos comenzó a afectarnos la idea cuando termino el verano e incluso el coach Orión se veía decaído por dejarnos ir. Lo que más me preocupaba era Adam, había estado tan estresado por la idea de los caza talentos desde que ambos teníamos trece que para la temporada pasada temía que mi novio tuviera un ataque de pánico antes de cada partido importante. Por suerte y gracias a su talento varias universidades no se lo pensaron dos veces y le ofrecieron un lugar. Ambos habíamos hablado sobre asistir a una universidad que estuviera en la misma ciudad e incluso en una de nuestras citas me propuso la idea de vivir juntos, yo amaba a Adam y sabía que él me amaba a mí. Era un paso grande pero ambos estábamos listos para tomarlo.
(...)
-Si vuelvo a escuchar algo más sobre calculo, te juro que voy a quedarme calva- me reí del comentario de Connie –Estoy agradecida de que tomemos esta clase juntas-.
-Solo estas contenta porque sabes que cuando no hagas los deberes podrás copiar los míos- le dije mientras entrelazaba nuestros brazos, -Estas en lo correcto-.
-¡Chicas! ¿Qué tal calculo?- la voz de Julie se escuchó a través de los pasillos, rápidamente nos alcanzó y entrelazo su brazo con el de Connie –Fue una pesadilla- dijo mi amiga castaña con dramatismo
-Connie, ha sido solo la introducción a la clase- dije entre risas. –Vamos a mi casillero- dijo Julie y la seguimos, estaba feliz de que ya fuera hora del almuerzo, moría de hambre-.
-Mi nuevo profesor de Biología es pesadísimo, apenas y hemos entrado al laboratorio y ya nos ha pedido un ensayo- dijo Julie con pesar, -Te dije que tomaras calculo con nosotras- le reproche, era el primer año que no teníamos ninguna clase con Julie y extrañaba tenerla a mi lado.
-¡Hollie!- escuche el grito de mi novio desde el otro lado del pasillo, Connie rodo los ojos –Le he dicho a Adam que respete el horario, eres nuestra hasta que lleguemos al comedor-.
Adam se veía guapísimo con su cabello despeinado y sus jeans oscuros con su chaqueta del titular, ya no éramos más los novatos. Le sonreí y corrió a abrazarme -¿Qué tal tus clases?- me dijo mientras se colgaba mi mochila al hombro –Bastante bien, Connie está emocionada por calculo- mi amiga gruño con molestia y Adam soltó una carcajada –Me imagino que si-.
-Necesito hablar contigo- me dijo al oído y tomo mi mano –las veo en el comedor, chicas- me despedí de mis amigas y cuando íbamos al final del pasillo escuche el grito de Connie -¡Respeta el horario, Banks!-
Caminamos hasta uno de las jardineras de la escuela y nos sentamos -¿Y bien? ¿Qué sucede?- le dije. -¿tienes planes para el viernes?- me pregunto mientras jugueteaba con mi mano. –uhh, no lo sé, necesitaría checar agenda- le dije a modo de broma.
-estoy bastante seguro que si la revisas dirá que ese día tendrás una cita con tu maravilloso novio- le sonreí con cariño, sabia a lo que se refería -¿Alguna motivo especial?-.
-¡oh no!, solo el tercer aniversario con la chica más preciosa- me acerque a besarlo –Puedes pasar por mí a las 7:00-.
(...)
El viernes llego más rápido de lo que imaginaba y ya estaba casi lista para mi cita con Adam, mis amigas habían escogido un adorable vestido blanco para la cita y había rizado mi cabello y gracias a las clases de maquillaje de Julie, había logrado hacerme un lindo look. Me sentía muy guapa.
A las 7:00 escuche la puerta y corrí a abrirla, para cuando llegue mi mamá ya estaba abrazando a Adam y diciéndole lo guapo que se veía, sonreí, era increíble que Adam se llevara tan bien con mi familia.
El restaurante que Adam había elegido era precioso, nuestra mesa estaba en el jardín y me encantaban todas las clases de flores que tenían.
La cena fue maravillosa y después fuimos a tomar un paseo a nuestro parque favorito, caminábamos de la mano hasta que Adam me dirigió a uno de los columpios que había -¿recuerdas todo el tiempo que solíamos pasar aquí?- me pregunto mientras entrelazaba nuestras manos, antes, cuando teníamos once años, solíamos pasar tardes enteras en este lugar.
-A veces quisiera volver atrás- le dije recordando todas nuestras aventuras con nuestros amigos, -Aunque no estemos en la misma ciudad, seguiremos siendo los Ducks, lo sabes ¿verdad?- mire a mi novio –No quiero dejarlos ir- le dije con tristeza, esos chicos habían sido mis mejores amigos desde que tenía ocho años.
-Charlie ira a Vancouver con Guy, Julie planea regresar a Maine, Connie a New York y la lista sigue ¿Cómo vamos a mantenernos unidos?- le pregunte en un susurro sintiendo las ganas de llorar. –Hollie, no importa que tan lejos estemos, ni cuantos años pasen, siempre vamos a ser un equipo-.
-¿y qué hay de nosotros?- dije con miedo y le mire a los ojos, pero Adam no se veía nervioso, ni siquiera asustado –bueno, he pensado mucho en eso- me dijo mientras buscaba algo en los bolsillos de su chaqueta, cuando lo encontró, lo extendió en mi dirección.
-La universidad estatal de - leí en alto –Tienen un programa de Hockey impresionante, la facultad de Medicina no queda tan lejos de la de ingeniería-.
Mire el panfleto una vez más y sonreí –Tenemos un trato, Banks-.
