Muchas personas matarían por estar en mi lugar, tenía una casa de ensueño, la ropa más bella de la temporada, un auto último modelo pero la realidad es que yo no quiero nada de eso, lo único que deseaba era que mis padres no trabajaran tanto y pasaran un poco más de tiempo conmigo.
Estaban tan obsesionados con sus respectivos trabajos que me sentía afortunada si podía verles un par de minutos durante la semana, por eso era que estaba tan agradecida de tener a Charlie junto a mí.
Conocí a Charlie Conway en nuestro primer año en Eden Hall, él había entrado por una beca completa deportiva y yo porque mis padres querían que tuviera la mejor educación.
Empezamos compartiendo lugar en la clase de literatura, pasaron un par de meses antes de que pudiéramos considerarnos amigos pero para el baile de san Valentín yo ya estaba segura que Charlie me gustaba mucho.
-¿Cuáles son tus planes para navidad?- me pregunto mi novio mientras me tomaba de la mano para acompañarme a mi próxima clase, me encogí de hombros, desanimada. –Mis padres me han dicho que tienen que viajar de emergencia a Washington, tendré suerte si los veo antes de año nuevo-.
-Siento escuchar eso- le sonreí con tristeza, cada navidad, cumpleaños y fecha importante en general mis padres estaban ausentes y eso apestaba.
-¿Qué tal si vienes a mi casa por navidad?- le pregunte a Charlie –Estoy segura que mamá se encargara de dejarme un gran banquete solo para mí, podemos ver películas o ir a patinar, lo que tú quieras- le propuse.
Las mejillas de mi novio se pusieron rojas y bajo la cara avergonzada –Me encantaría pero mi madre tendrá el día libre y hace mucho que no pasamos una navidad completa juntos-.
Mi sonrisa cayo un poco, había sido estúpida por pensar que mi novio no tendría planes, el en realidad, si tenía con quien pasar esta fecha tan importante. Charlie me miraba con pena y yo estaba por asegurarle que no pasaba nada.
El me tomo de la mano y se la llevo a sus labios, depositando un dulce beso -¿Y si vienes a mi casa?- me pregunto –Siempre somos sólo mi madre, Jans y yo en navidad, estoy seguro que les encantara tenerte cerca- está de más decir que acepte entre risas y con un sentimiento cálido en el pecho.
Después de clases nos reunimos con el resto de los Ducks, estaban todos en círculo mirando algo que Guy sostenía entre las manos, en cuanto se dieron cuenta de la presencia de Charlie, Averman le arranco de las manos lo que sea que tenía Guy y corrió a enseñárselo a su capitán.
-¡Mira esto, Charlie!- le dijo emocionado, parecía ser un panfleto con un dibujo de unos patines. –Connie lo ha visto en la tienda de Jans esta mañana, la NHL ha asegurado que son los mejores patines de la historia ¡Solo míralos! Son impresionantes- por un momento pensé que Averman estaba exagerando pero cuando voltee a ver a mi novio, este veía el panfleto hipnotizado. -¿Qué es lo que tienen de especial?- les pregunte confundida, no era un secreto que mis conocimientos sobre el hockey se basaban en que el equipo favorito de Charlie eran los Anaheim Ducks.
El equipo entero volteo a verme como si hubiera dicho la cosa más horrible del mundo y soltaron jadeos de sorpresa. Charlie por su parte soltó una risa mientras me pasaba el brazo por los hombros.
-Estos patines no son cualquier tipo de patines- me explico mientras me extendía el panfleto –La bota esta reforzada para que no te dañen los patines de otras personas en el hielo, la cuchilla es más delgada lo cual te permite mayor velocidad y ¡por dios! ¿Has visto ese diseño? Son los mismos patines que van a usar los equipos en la NHL la próxima temporada-
El equipo entero me miraba esperando mi respuesta -¡Vaya!- fue lo único que atine a decir, -si ¡Vaya!- contesto Guy.
-¿Jans va a tenerlos en su tienda?- pregunto Adam, Connie negó, aun no estan disponibles en estados unidos, solo se pueden conseguir en Canadá o robándoselos a un jugador profesional, me ha dicho que si tenemos suerte llegaran a Minnesota para mediados del próximo año-.
