Sensaciones Cálidas

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Los de primero llegaron juntos a la preparatoria de Karasuno, sin olvidar su práctica de volleyball de después de las clases. Yachi acostumbraba a llegar más temprano, costumbres de una chica inteligente y prodigiosa, Yamaguchi llegaba a horas mixtas, pero siempre junto a Tsukishima.

En clases estaba más centrado en cómo mejorar su saque flotante que en la materia, más le convenía poner atención para no tener un día olvidable como aquella vuelta a casa, lo bueno es que la situación del día siguiente cuando se fue con Yachi bloqueó sus recuerdos, y sin querer le sacaban una sonrisa tonta, de esas que no te das cuenta que tienes.

Durante los recreos caminaba junto a Tsukishima hacia las expendedoras, ambos pagaron su propia gaseosa y la sacaron de la máquina. Kageyama estaba seguramente sacando otro cartón de leche, no esperarían encontrarselo en el pasillo. Estaban pasando cerca de la clase 1-5, Yamaguchi se detuvo a ver si estaba Yachi adentro, y efectivamente, estaba en la sala.

No quería parecer un espía, un mirón o un acosador, solo quería saludar a Yachi, esperaba que notara su existencia, la rubia volteó de reojo y vió al pecoso en la puerta saludándola, ella lo saludó de vuelta con una sonrisa, realmente no esperaba ver a Yamaguchi, o que algún miembro del equipo fuera a saludarla. Hinata y Kageyama entraban a su salón a pedirles ayuda mediante sus exámenes, porque son así de burros.

La campana sonó, era hora de entrar a la última clase, Yamaguchi se despidió con un ademán y un saludo militar con dos dedos y se fue. Yachi se sonrojó levemente ante el gesto y siguió a lo suyo con una sonrisa, mientras tanto el pecoso se dirigió hacia su sala. Llegó hasta su banquito junto a Tsukishima se sentó sonriendo.

- ¿Y tú dónde estabas?- Dijo Tsukishima.

- Oh, solo saludaba a Yachi- Dijo Yamaguchi.

- Ah ya- Dijo Tsukishima.

Las clases transcurrieron tan normal como lo imagina un estudiante promedio, aburrido e insustancial, Karasuno era un buen colegio pero la lata era levantarse temprano, no era problema para el pecoso porque no vivía demasiado lejos, pero tampoco demasiado cerca, aún tenía que tomar el autobús. Yachi y Kiyoko fueron al gimnasio con las llaves, al ser las managers, llegar temprano era algo primordial, esto mismo se aplicaba a los capitanas.

Yachi se encargó de sacar el carro de balones, no se dió cuenta pero su sonrisa seguía estática desde el receso, se sentía muy contenta y no sabía por qué, tal vez la leche que compró su mamá tenía un estupefaciente de efecto retardado, no podía ser eso porque sinó estaría enfocada en ver cómo eso la terminaría matando de manera paulatina.

- Hitoka, ¿Por qué tan feliz?- Dijo Kiyoko curiosa.

- Jeje, no lo sé, solo que desde hace un rato me he estado sintiendo contenta- Dijo Yachi.

- ¿Algo que te haya pasado en el día?- Dijo Kiyoko

- Bueno, solamente las clases pasaron normalmente, pero... Bueno, lo único destacable de mi día es que Yamaguchi me pasó a saludar- Dijo Yachi con brillos saliendo a su alrededor.

- Ohhh, ya veo- Dijo Kiyoko ya deduciendo ya la felicidad de su compañera.

Kiyoko sabía lo que se sentía que le pasaran a saludar constantemente, pasaba con Nishinoya, Tanaka, Sugawara, Asahi y Daichi, lo de Yamaguchi saludando a Yachi no era coincidencia, ya había tenido interacciones con Kageyama y Hinata pero siempre era para pedirles ayuda, lo del pecoso fue un cambio y Yachi no era experta en ocultar sus sentimientos.

- AAAAAAAHHHHHHHH- Se escuchó el agudo grito de Hinata entrando al gimnasio de un salto y cayendo en medio de la cancha.

- ¡Te gané Kageyama, entré primero!- Dijo Hinata apuntando a Kageyama.

El Mismo Camino (YamaYachi)[Haikyuu!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora