15. Un invierno a tu lado (Borrador)

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En toda la habitación, hacía eco el sonido del reloj, que mostraba el correr del tiempo. Y se oía claramente la voz de un chico, que, temblorosa, describía un montón de situaciones y sentimientos.

Su mirada seguía el dedo índice de la persona que le daba terapia. Se movía en un vaivén de izquierda a derecha, tanto su mirada, como el dedo de Koco.

—Entonces él me pidió que escogiera una carta y se veía como mi salvación porque... parecía tomarse muy en serio lo que las cartas decían. Yo estaba tan desesperado por encontrar una carta buena, pero no tenía idea de nada, por eso no quería escoger ninguna carta. Entonces la escogí y él dijo que era una carta afirmativa...— su voz se quebró al final. Vio la cara de Tarot en su mente y sintió mucho terror de ese recuerdo, pero de inmediato volvió a dirigir su concentración en seguir el dedo índice de Koco y visualizar a Tarot al mismo tiempo. —Yo... yo... mojé mis pantalones. Él iba a matarme, pero los subordinados de Vólkov me salvaron. Y cuando me encontré con Guadalupe y Kondo, me sentí tan patético. Otra vez sentí que era repugnante, como me dijo Nara, la amiga de Ryuichi. Era como si reafirmara lo débil, inútil y asqueroso que soy. Otra vez me odié a mí mismo con todas mis fuerzas, pero Guadalupe me dijo que es normal estar asustado.

—¿Qué sucedió después?— preguntó, sin parar el movimiento de su dedo.

—Yo lloré mucho y Guadalupe me abrazó. Él me dijo que a él también le había pasado, también a Kondo y hasta le pasó algo parecido a alguien tan fuerte e intimidante como Vólkov. Y así terminó. Ellos me salvaron.

—De acuerdo. — Koco detuvo el vaivén ladeante, por lo que Kanzaki también dejó de seguir su dedo.
Volvió a mirar hacia el frente y se sentía un poco mareado y alterado. —Respira. Toma aire y déjalo salir. Cálmate. — El pecoso obedeció sus instrucciones y empezó a buscar una forma de relajarse. —Muy bien. Lo hiciste muy bien, Shinomiya.

Kanzaki exhaló profundamente y bajó la mirada para tocarse la frente con la mano.

—Fue más fácil que lo de... los baños.

—Es porque has progresado mucho.

—Eso espero...— después se limpió las lágrimas. Eran pocas y a penas comenzaban a brotar, pero lo hizo aún así.

—Yo sé que sí. Ya has dejado atrás varias cosas, las has aceptado y has continuado. Y más importante, puedes reconocer cómo impactaron en ti y en tu forma de verte a ti mismo, y has intentado corregirlas. Te has esforzado mucho y vas avanzando a pasos agigantados.

"Me gusta pensar que Koco siempre me dice que lo hago bien porque de verdad voy avanzando, y no porque se sienta con la obligación de hacerme cumplidos"

—¿Qué piensas ahora sobre lo que te dijo Guadalupe?, sobre qué está bien tener miedo.

—Pues, si alguien tan fuerte como él también siente miedo en esas situaciones... me hace pensar qué tal vez yo no soy un fracasado por estar asustado y llorar constantemente. Sé que todos se sienten asustados y perdidos alguna vez, pero también sé todos los demás son cien veces más fuertes que yo, porque sí pueden superar su dolor y yo todavía no puedo.

—Cada quien afronta el dolor a su manera y que tú te tardes mucho en superarlo no es malo, ni significa que seas débil. Pero incluso así, ser débil no tiene nada de malo.

—Ya es la cuarta vez que me dice algo como eso, Koco. Pero aunque me lo diga... no puedo estar de acuerdo.

—No te preocupes. Aún hay muchas cosas en las que tienes que trabajar. Es un proceso muy largo pero te darás cuenta de que ser débil no está mal.

Soy inocente  (Yaoi/Gay) PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora