-¡No puedes continuar ignorando las cosas!.- dijo y en su voz era notorio el reproche por mis acciones.

Yo me encogí de hombros, crucé mis brazos y giré el rostro para ignorar lo que sea que quisiera seguir diciendo.

Aún más molesto por mi actitud, lo observé de soslayo acercarse hasta el lugar vacío sobre la cama hasta quedar arrodillado a un costado mío, y sorpresivamente me tomó por los hombros, agitándome un poco.

De esa forma fue que consiguió que lo mirara de nuevo, y ahora también me encontraba molesta.

-¡Suéltame, idiota!.- dije intentando quitar sus manos de mis hombros.

-¡No!, es que acaso piensas evadir todo lo que la gente dice, ¿hasta que no tengas nada más que dar?.- dijo con un tono más alto.

Nos observamos, ambos con semblantes furiosos.

-¿Y si así fuera que?, no tienes derecho a opinar sobre mis decisiones, si quiero permanecer despierta por días puedo hacerlo, si esos mismos días quiero concentrarme únicamente en mis investigaciones e ignorar la comida es mi problema, no tienes porque hacerte cargo de mi, somos compañeros... más bien amigos, pero eso no te da derecho a entrometerte en mi vida.- dije sacudiéndome intentando zafarme de su agarre.

Decir que estaba por enloquecer y hacer que todo se saliera de control era una mera suposición, podía sentir el enojo superarme, era tal mi molestia que comencé a soltar golpes de forma aleatoria con la esperanza de poder darle en su feo rostro para que así aprendiera a no meterse conmigo.

Mi cambio de actitud, así como mis palabras parecieron calar en Levi, por lo que continuo sujetando mis hombros e intentando esquivar los puñetazos que le lanzaba de forma ocasional.

Eran pocas las ocasiones en las que las cosas escalaban así de rápido y terminábamos peleando, así tal cual, como si estuviéramos en un entrenamiento, con el afán de hacernos daño, bueno en este caso yo quería hacerle daño para poder sacar toda mi frustración.

-¡SUÉLTAME!.- volví a gritar, mientras podía sentir mi puño dar de lleno contra su costado derecho.

Aquel había sido un buen golpe, ya que se quedó sin aliento un instante, pero aún así no me soltó.

Estuve a segundos de comenzar a utilizar mis piernas, una clara ventaja para mi cuando él sorpresivamente soltó mis hombros y me empujó hasta que mi pecho chocó con su torso.

El movimiento me tomó desprevenida y únicamente me vi obligada a bajar mis brazos, dejándolos descansar a los costados de mi cuerpo mientras sentía a Levi abrazarme con fuerza, sus brazos rodeando mi espalda mientras respiraba con dificultad.

-Dame un momento quieres.- dijo.

Yo no sabía que hacer, miraba en todas direcciones intentando comprender que había pasado, y como es que ahora estaba siendo abrazada por mi compañero.

-¿¡Qué!?.- pregunte confundida al sentir su mentón descansar sobre mi hombro derecho.

-Sabes que me encanta pelear contigo, es divertido... pero no así.- dijo en voz baja.

De inmediato el enojo que había acumulado comenzó a esfumarse, notando lo que intentaba decirme.

Hice una mueca al caer en cuenta lo que le había hecho, por primera vez en mucho tiempo no estaba orgullosa de mis acciones, pelear con él y golpearlo era divertido, justo como él mencionó, pero no cuando lo hacía con el afán de lastimarlo y que no fuera con fines de capacitación para los soldados.

-Ese golpe tuyo casi me rompe algo.- volvió a repetir ahora con su tono de voz regular.

Se alejó de mi, terminando con aquel abrazo improvisado y de esta forma quedando frente a frente.

-Levihan- First Experiences Where stories live. Discover now