8.

65 6 0
                                    

— ¡Ya llegó su razón de existir! ¿Para qué soy buena? Obviamente para muchas cosas, entre eso el hacerles alegrar su miserable vida, pero ya, en serio ¿Para qué me necesitan? — Se escuchaban los gritos de Charlotte desde el primer piso, ya que era excelente en ser escandalosa — ¿Qué ocurre con esta casa tan silenciosa? ¿Por qué me traen a un lugar sin música? ¿Están conscientes que es lo único que necesito para vivir? ¡Kian! ¿En dónde se encuentra tu control para prender el equipo? No sé cómo ustedes pueden estar en paz aquí—.
Kian y yo decidimos no prestarle mucha atención, ya que erróneamente pensábamos que si decidíamos ignorarla, lo más probable era que se cansaría de buscar el control y subiría para averiguar el porqué de la llamada tan repentina.

Al no escuchar nada por 3 minutos, pensamos que ya se cansó de buscar y que ahora iba a subir a reprocharnos, pero cuando nos convencimos de eso, la escuchamos nuevamente decir: — ¡Kiaaaaan! ¡Puedes bajar y decirme dónde está el maldito control?! ¡Si no lo haces en este momento, empezaré a gritar como niña chiquita. ¡Y si! ¡Si es una amenaza!—.

Nos vimos a los ojos y le dije — Creo que ambos sabemos qué pasará si no decides bajar en este momento, así que anda pronto y súbeme un vaso de agua, por favor—. Al inicio me miró con confusión, pero al no escuchar palabras salir de mi boca, asintió con su cabeza, se puso de pie y lo escuché bajar las escaleras. Tardó unos 2 minutos en bajar, y los gritos empezaron a escucharse— ¿Por qué tienes que ser así de intensa? ¡Deja de gritar o los vecinos pensarán otra cosa! —Dijo Kian. — Si esta fuera mi casa, o si supiera en donde está ubicado cada objeto de la misma, no te gritaría, así que en vez de reprocharme, busca el control y déjame a cargo de la música. — Respondió Charlotte.

A veces tengo la duda de que hay algo, pero ninguno de los 2 es lo suficientemente valiente para confesarle de sus sentimientos al otro. << Solo podrás resolver esa duda si decides preguntarle a Charlotte, o indirectamente te puedes dar cuenta de sus comportamientos cuando están juntos, aunque si no sienten lo que tú piensas, simplemente quedarás mal. >> Pensé.

Salí de mi mundo cuando escuché pasos, obviamente provenientes de ellos... Escuchaba a Charlotte cantar a todo volumen y me la imaginaba bailando, cuando quiere puede ser muy risueña, del mismo modo imaginaba a Kian intentando pararla para que se comporte como una adolescente y a ella encapricharse, si de algo estaba segura, es que ellos dos estaban destinados a estar juntos, pero no por ahora...

— Pero niña... ¿Qué te ha ocurrido? Bueno si sé lo que te ocurrió, pero bueno ya sabes...A veces soy un poco olvidadiza, y por otro lado no hay que perder la costumbre de preguntar. — Sonrió, alzó su pulgar y dobló su mano, indicando que el tema quedaba atrás.

Eso ocasionó que soltara una risa y alce mi vista hacia ella... No pudo disimular su cara de confusión cuando me miró de esa manera, así que tuvo que desviar su mirada hacia Kian y este solo alzó sus hombros, mientras lamía sus labios.

A simple vista se daba a notar que Charlotte no tenía palabras en la boca, es un poco comprensible porque jamás me había visto con mis ojos demasiado hinchados y rojos, pero por otro lado me causaba inseguridad el que me haya visto así, eso quiere decir que estoy demasiado acabada y esta noche será un fracaso.

Se acercó a mí y acariciaba mi cabello con suavidad. << Excelente, ahora sentirá pena por ti y empezará con sus sermones, pero si no quieres que ocurra eso, debes hablar ¡Ahora! >> . — Ya está todo bien, Kian y yo ya tenemos todo bajo control, por el momento no quiero seguir hablando de esto y si quieres saber a detalle todo lo ocurrido, te lo diré, pero no puede ser hoy, en caso de hacerlo, la probabilidad de llorar es muy grande, a parte que las mínimas ganas que tengo de salir a distraerme se convertirán en cero, y eso créeme que no traerá nada bueno.

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora