CAPITULO 50

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INEVITABLE

Dallas hundió su cara en el cabello alborotado de su mujer y lloró con ella sintiendo su dolor mezclándose con el suyo y se aferró a ella. Ambos permanecieron abrazados como si no quisieran alejarse nunca uno del otro.

- Te amo.... Te amo....

La frase siguió como una plegaria mientras bajaba la cabeza hasta el delicado y pálido hombro femenino. Ella arqueó su cuello permitiéndole el acceso, los labios de Dallas tocaron la suave piel cubriéndola con pequeños besos que fueron volviéndose más y más intensos.

La sintió temblar en sus brazos. Su cuerpo reaccionó aún más al de ella y sus manos la estrecharon viajando por su delgada figura. En un momento se encontró con sus labios y se apoderó de ellos con tanta hambre que el sabor de su boca lo hizo gemir casi angustiado. Tatiana atrapó sus rubios cabellos y dejó que Dallas se apoderara de sus besos.

Tatiana estaba perdida en las sensaciones que el único hombre que había habitado en su corazón provocaba en ella con ese beso. Se aferró a él dejándose llevar a un lugar que guardó por muchos años en su más profundo interior.

Las manos acariciaban su cuerpo cubierto por la sencilla ropa deportiva. Ella lo permitió, era una necesidad que, ahora podía asimilar. Una respuesta a las palabras de Dallas al declararle su amor. 

- ¡Tatiana! - suspiró él junto a sus labios y se apartó un poco pegando su frente a la de ella.

- No, por favor, no...

Un sollozo salió de Tatiana y se aferró al cuello masculino pegando su cuerpo al muy excitado de él.

- ¡mierda! - gruñó lamiendo sus labios mientras buscaba controlar su respiración -, en unos minutos tengo que salir a buscar a nuestro hijo. Así que tengo que vestirme y apresurarme si quiero llegar a tiempo. No quiero que piense que nos hemos olvidado de él.

- Lo siento - Tatiana pasó una mano por su cabello y se apartó sonrojada de Dallas.

Sus ojos se posaron sobre los cristales del piso.

- Iré a por... - se aclaró la garganta -. Ve a vestirte, yo limpiaré esto.

Dallas miró a Tatiana por un rato y ella correspondió a su mirada.

- Volveré pronto y hablaremos.

Ella asintió, después de todo sabía que era inevitable. Conocía a Dallas y no era un hombre que dejara pasar algo como lo que acababa de ocurrir.

Lo miró entrar a la habitación y cerrar silenciosamente la puerta. Fue por los elementos de limpieza y terminó de limpiar el desastre que había hecho. Apenas termino la puerta se abrió revelando un Dallas con vaqueros y una camisa blanca. Peinaba su cabello con los dedos y para Tatiana fue como si su corazón se detuviera por unos segundos. Estaba muy atractivo, los años habían hecho maravillas con ese hombre y entonces no pudo evitar recordar que ella era mayor por algunos años y que no sentía que fuera justo que él estuviera ahí mientras podría buscar una mujer que a la larga pudiera darle otro hijo y una vida mejor...

- Volveré pronto - se inclinó rozando apenas su mejilla -. Promete que hablaras conmigo. Yo sé que es difícil después de tantos años, pero podemos arreglarlo. Te amo y sé que tú también. Quiero que volvamos a estar juntos y no voy a dejar de luchar para que sea así.

- Anda ve, llegarás tarde con Max.

Le dedicó una suave sonrisa que se desvaneció cuando Dallas salió de casa.

¡Dios! Gimió mientras se dejaba caer. ¿Por qué tenía que ser tan débil ante Dallas? Había pasado diez años manteniéndose alejada de él, inclusive dejando a su mejor amiga que seguía con Ryder King y tenía una hija. Ahora sabía que no tenía escapatoria. Dallas King no tenía intenciones de separarse de ella y ella ya estaba cansada de huir de lo que la perseguía día con día.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora