CAPÍTULO 30

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CAOS

Vagaba por la ciudad. No tenía un lugar a donde ir. Su cabeza estaba llena y no podía coordinar nada en absoluto, ni siquiera sus pensamientos. En un momento se podría decir que estaba enloqueciendo y que la más grande locura lo cernía manteniéndolo ahora mismo en un aspiral rumbo al infierno.

Muchos recuerdos brotaban como un manantial por toda su humanidad. Una deslumbrante sonrisa, los más bellos ojos verdes y rasgados que siempre le miraban con adoración cada vez que estaban juntos. Su pálida piel de seda, el cabello rubio que picaba su nariz en las mañanas...

Una mujer, ¡Su mujer! ¡La que pronto sería la madre de su hijo!...

¡Mierda! Pasó una mano por su cabello que en esos momentos era un desastre; apretó los labios sin apartar la mirada de la vacía avenida. Llevaba horas dando vueltas, envuelto en un caos. Reviviendo momentos que había mantenido guardados por el miedo y el dolor.

Movió el volante de forma brusca hacia la próxima salida. Regresó a la ciudad, un impulso lo llevaba hasta el único lugar que muy pocas veces llegaba cuando estaba en la ciudad. Recargó su cabeza en la mano que se sostenía de su brazo en la ventanilla y hundió el pie en el acelerador. Apenas podía controlar sus impulsos por estar ahí.

Miró de reojo la botella de whisky que yacía en el asiento del copiloto silenciosa en espera de su atención. Había sido un impulso comprarla, las noticias le dieron un pretexto para hacerlo. Ahora la miraba y sentia náuseas.

Lanzó un suspiro buscando calmar su estómago revuelto.

Al final tuvo que detenerse y volcar todo lo que tenía en el estómago. Estaba en un camino solitario, nadie se daría cuenta de lo que estaba pasando. Sólo él notaría el torbellino que giraba sin control en su cabeza.

Levantó la cara hasta el cielo. La oscuridad se cernía sobre él como una espesa manta que no le dejaba respirar lo suficiente.

Cerró los ojos. Una solitaria lágrima cayó humedeciendo su mejilla. Se estaba permitiendo desahogar por los últimos meses, los muros mal hechos que se formaron a su alrededor tenían grietas anunciando un posible derrumbe.

Ya no tenía fuerzas para seguir deteniendo aquellas murallas. Las estaba perdiendo con la cabeza llena de absurdas ideas acerca de lo que podía pasar si ella ponía punto final a su vida con él. Un grito ronco salió de su boca, era doloroso, era la realidad de entender que ella ya no seguía siendo suya y que todo era su culpa.

Fue hasta el armario y hundió su cuerpo hasta el fondo del mismo. Sacó la caja de sus botas vaqueras y la miró mientras sus manos temblaron un poco. Fue lo garganta. Llevaba unos meses negándose a caer ante los recuerdos y ahora...

Sus ojos se encontraron con las pocas pertenencias que ella dejó al irse. Un brillo labial rosa, el cepillo de pewter, unas horquillas, un par de vestidos que encontró en el fondo del armario y una zapatillas que yacía bajo la cama...

Recuerdos que no había visto desde que se fue. No quería recordar, había demasiado dolor y miedo en esa caja. Suspiró agotado dejó que su cabeza fuera hacía atrás mientras cerraba los ojos. Abrió su mente hurgando el momento en el que ella le dijo que esperaba un hijo...

Sus miedos se cerraron. El pánico se apoderó de él, en lo único que podía pensar era en todo lo que peleó por llegar hasta donde estaba y ahora se encontraba con otro obstáculo que lo detenía y no dejaría que sus sueños siguieran. Perdió por completo el control y se dejó llevar por sus miedos más profundos.

La alejó de su vida. Era mejor estar sin ella que perder su carrera. Podía superarlo, pensó mientras se hundía en el alcohol y drogas buscando no pensar, no extrañarla tanto. Dejar de sentir que había perdido una gran parte de él.

Olvidar su gran inspiración.

El amor de su vida.

Hundió las manos en la caja y llevó hasta su rostro la suave tela aspirando el suave aroma que por las noches no le dejaban dormir. Aspiró como si quisiera que se quedara impregnada en sus fosas nasales, sería maravilloso que en cada respiración su perfume fuera lo que llegara a sus pulmones hasta que cualquier aroma de pareciera al de ella.

Un jadeó se escapó de su boca cubierta por la tela. Atrapó entre sus dedos la tela y la estrujó angustiado.

¡Nunca la dejó de amar! ¡Ella era y sería la mujer de su vida! ¡Y todo se había ido a la mierda! ¡Él dejó que todo se fuera a la mierda! La apartó de su vida y ahora ella estaba continuando con su vida.

Iba a casarse. Iba a ser de otro hombre.

El tormento de imaginarla con alguien más lo hacía arder de rabia y celos.

¡Mierda! Arrojó la caja con furia mientras cubría su cara con una mano ocultando sus ojos húmedos por las lágrimas que no dejaba salir.

Jadeó como si no pudiera respirar y miró entre las sombras que la lámpara mostraba los artículos femeninos desperdigados por el piso.

Ella ya no era suya.

La apartó de su vida. Tomó una decisión y tenía que vivir con ello. Dobló la pierna hasta que la rodilla pegó a su pecho recargó el brazo y permaneció en esa posición durante horas mientras los recuerdos con ella fueron tan abrumadores que las lágrimas fluyeron sin que pudiera detenerlas.

Golpes en la puerta junto con el estridente timbre sonaron por toda la casa. Dallas parpadeó buscando salir del sueño de pesadillas. Miró la semi oscuridad de la habitación. Los miembros de su cuerpo estaban entumidos y le fue difícil levantarse.

Se sentía un anciano ahora. Movió su cuerpo buscando relajar sus huesos y caminó con lentitud por el pasillo hasta la sala mientras los golpes y el chirriante timbre que lo ensordecía.

- ¡Mierda!

Miró hacia la puerta y no hizo el intento de abrir. No quería ver a nadie, no tenía fuerzas para enfrentarse a su familia, estaba seguro de que iba a desmoronarse. Se recargó en la pared y poco a poco se fue deslizando hasta quedar sentado en el suelo. Sus ojos se clavaron en la pintura gris del pasillo hasta que sus ojos se fueron cerrando...

Un suspiro salió de su boca y sintió una parte de su cuerpo levantarse y abrir la puerta...

*

Este capítulo es muy corto, empieza la segunda parte de los Kings. Nuevas sorpresas, una historia inconclusa, inesperados cambios. Nuevas noticias acerca del resto de los integrantes de la familia King.

Un cambio muy brusco que se mantiene en una gran duda. ¿Será real o un sueño?

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora