Shaun puso el cronómetro, ambos chuparon la sal al mismo tiempo y el primer trago. Carly sintió que le quemó y tomó el limón. Mientras lo chupaba abrió los ojos sorprendida, Ryan iba por el segundo porque no chupaba el limón. Tiro el limón que estaba chupando en la mesa y tomó otro trago. Se dio cuenta de que perdería cuando terminaba el segundo y él iba por el cuarto. Cuando ella terminó el tercero él levantó los brazos ganador. Con una sonrisa de suficiencia tomó con dos dedos una rodaja de limón y lo chupó suavemente. 

— Declarame. — Dijo Ryan sonriente. 

— Eres el ganador. — Dijo Carly mirándolo con mala cara. 

 Se tomó su cuarto trago y le supo amargo. 

— Fue humillante Carly. — Dijo su amiga. 

— Fue una trampa. — exclamó ella tomando el quinto vaso. 

— Claro que no. Cada cual toma como quiere, yo no chupo el limón hasta terminar. — Le dijo él sirviéndose un trago más. 

— ¿Cuántas veces has jugado a esto? 

— Más veces de las que me gustaría. — Ryan se levantó tambaleante. — Vamos a traer algo para que se chupe el alcohol de la sangre. 

— Mani salado. — Dijo ella levantándose detrás de él. 

Shaun y Megan salieron al jardín mientras ellos se dirigían a la cocina. 

— ¿Quieres ir a mi casa? — Le preguntó él mientras iban caminando. 

— O puedes ir a la mía. — Le dijo ella con una sonrisa. 

 Acepto su beso y se sintió encantada cuando el placer le recorrió el cuerpo, ese hombre sí que sabía tocar, pensó excitada. 

Ryan sirvió otro trago y chocándolo con el de ella, lo tomaron de un solo trago

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Ryan sirvió otro trago y chocándolo con el de ella, lo tomaron de un solo trago. 

— Hiciste trampa. — Exclamó ella mirándolo boquiabierta. — Sirve otra.

— Espera  — Él camino haciendo eses por la casa y sacó champán de la heladera, tomó dos copas y lo sirvió junto el tequila. — Veremos si te aguantas esta. 

 Para la séptima copa ambos ya se reían de todo. 

Megan entró con Shaun riendo dentro. Se quedaron de piedra al verlos. 

— ¿Están tomando el té? — Susurro ella confusa. 

— Dudo que sea te. — Le contestó él. 

 En la mesita ratona estaba dispuesto el servicio de te, servían con la tetera en las pequeñas tacitas y chocaban las tazas en un brindis y lo tomaban. Las botellas los rodeaban y ambos se servían cosas en platitos vacíos. 

— Prueba este pastel Carly. — Murmuraba él tendiéndole un dulce imaginario. 

 Megan comenzó a reír incontrolable al verla a ella probando dicho dulce. 

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