Capitulo 19

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Carly despertó y se encontró en la cama sola, se desperezó y olió el café en el aire, se pasó la mano por el pecho, sentía angustia pero no podía identificar porqué

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Carly despertó y se encontró en la cama sola, se desperezó y olió el café en el aire, se pasó la mano por el pecho, sentía angustia pero no podía identificar porqué. Había dormido mal, había soñado pero no podía recordar que exactamente, trato de hacer memoria pero lo único que podía recordar era fuego, algo que quemaba, unas manos viejas entrelazadas. Sueños sin sentido, se sentó en la cama y vio el diario de Svetlana. Eso era, seguramente había soñado con la horrible historia de amor que había leído antes de dormir. 

— No leas ni veas cosas de terror antes de dormir. — Musito poniéndose una remera grande. 

— No sabía que hablabas sola. — Dijo Ryan que entraba con una taza de café a la habitación. 

— Dormí mal, creo que fue porque termine el diario de Svetlana anoche. 

— Se que dormiste mal, no dejaste de moverte en toda la noche, después del hermoso intervalo a las tres de la mañana. — Ella le dedico una sonrisa y le dio la taza. 

—¿Preparaste el desayuno? 

— Me desperté hace un rato, pero no quería despertarte. 

— Son las nueve de la mañana, ¿No debes ir al museo? 

— Hable con Shaun, iré después del mediodía, voy bien de tiempo. ¿Qué haras tú? 

— Debo darme una ducha y preparar todo para la noche. Hoy tengo un evento. 

— Lo se. ¿Quieres cenar en casa esta noche? 

— No se si pueda, debo preparar para el sábado las cosas. 

— Está bien. ¿Qué te parece si el domingo hacemos una barbacoa? Podemos decirle a Megan y Shaun si quieren tomar unas copas en casa.

— Esa idea si me gusta. — Ella le dio un beso y tomó la taza de café. 

— De acuerdo. Debo irme después de desayunar, tengo que hacer unas compras. 

 Cuando entro a la cocina sonrió cuando vio las tostadas en el plato y todo preparado. 

— Me sorprende tu eficacia en la cocina. — Ella se sentó con una sonrisa y mordió una tostada. — Sabes cocinar, incluso lavas los platos. 

— ¿Por qué no iba a saber hacer eso? — Él la miró con cara de pocos amigos. — A veces siento que tus comentarios son un insulto velado hacia mi economía. Nunca me molestó tener dinero hasta que te conocí. 

— Sólo dije algo obvio. Has crecido con dinero y tienes empleada doméstica. 

— Que aún no has conocido porque has evitado hacerlo. — Puso los ojos en blanco. — Rose ha trabajado para mi familia desde hace años y fue ella la que me ha enseñado a cocinar y cuando iba a la universidad limpiaba mi propia casa… — El suspiro frustrado. — A pesar de que mis padres podian enviar a una persona para que se ocupe de eso, podía hacerlo. Igual que ahora, no se me van a caer las manos por hacerlo. Mi madre llevaba una vida filantrópica, y eso me enseñó mucho sobre los demás y sus necesidades. Desde que era niño íbamos a las calles y refugios con mi madre a llevar ropa y calzado a niños necesitados, algunos fines de semana íbamos a otras instituciones de ayuda. Siempre fue así, incluso lo hacemos con Harry. 

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