𝐌𝐘 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐆𝐈𝐑𝐋 | 𝘣𝘳𝘺𝘤𝘦 𝘩𝘢𝘭𝘭.

03| Primer día

Después de comer en aquel restaurante donde la comida estaba riquísima, fuimos a dar un paseo.

Estábamos por terminar cuando se acercó una señora a nosotros.

—¡¿Celia?!—preguntó aquella señora.

—¡¿Lisa?!—preguntó mi madre. Después se dieron un súper abrazo y empezaron a hablar.

La mujer esa me sonaba demasiado, pero como estaba hablando todo el rato con mi madre me alejé un poco y me puse a apreciar la vista.
Me encontraba en un parque, con muchos árboles y arbustos. Tenía una pequeña "plaza" con bancos, y un pequeño jardín en el centro de esta con muchas flores de colores. En la izquierda un pequeño puesto donde venden palomitas y chucherías, y en la derecha un parque de niños.

—¿Lucía?—preguntó la señora—Dios que grande y guapa estás, la última vez que te vi estabas empezando a desarrollarte—dijo—. Estás hermosa.

—Gracias—contesté un poco avergonzada.

—¿Y tú hijo? Seguramente está gigante—dijo mi madre.

—Sí...—la señora iba a seguir hablando, pero le llegó una llamada—¿Diga?... Vale... No hay problema... Adiós...—terminó la llamada—. Perdón Celia, pero me tengo que ir, ¿te parece si mañana vamos a cenar a algún restaurante?

—Claro, no hay problema, mándame un mensaje y elegimos el restaurante y la hora—dijo mi madre.

—Vale, pues hasta mañana—dijo despidiéndose.

—¡Hasta mañana!—dijimos nosotros a coro.

(...)

Llegamos a casa, no sabía qué hacer por lo que pensé en ir a la piscina. Busqué en el armario los bikinis, porque no me acordaba en dónde los había metido, y saqué todos los que tenía. Cuando estaba escogiendo uno de ellos me encontré con uno de color rosa fosforito, el cuál me había regalado Mia, y corriendo cogí el móvil y la llamé.

Tras unos minutos de espera no me cogía la llamada, igual estaría ocupada o sin el móvil, entonces le llamé por Instagram desde mi Tablet, a ver si me lo cogía.

—Hola Lucía—dijo muy sonriente.

—Hola Mia, tengo que decirte algo...—dije un poco nerviosa, no sabía si se lo tomaría mal, y esperaba que no fuera así.

—Dime, ¿pasó algo?—dijo, pero sin antes dejarme tiempo de hablar continuó—¿Y ese cuarto? ¿Dónde estás?—me preguntó.

Debería haber quitado la cámara desde un principio—pensé.

—A ver... yo estoy en Estados Unidos—dije.

—¿En Estados Unidos?—preguntó—¿Cuánto tiempo te quedarás de vacaciones allí?—añadió.

—Esto... no me voy a quedar de vacaciones—dije encogiendo los hombros. Su cara cambió totalmente: Antes estaba ilusionada, ahora me miraba con una especie de asco—¿Mia?

—Ahhh vale—dijo seca—Mi madre me está llamando, tengo que irme. Adiós—dijo y me colgó. Yo no había oído a su madre en ningún momento, y conociendo a su madre se hubiese puesto a saludarme y preguntarme por mil cosas, pero no pasó.

(...)

Estaba en la piscina, tranquilamente, mientras que miraba el móvil cogiendo sol. Me preguntaba por qué Mia me había mentido, por qué no se lo había tomado bien, por qué no me había apoyado. Saqué esas preguntas de mi cabeza, al fin de al cabo este es mi verano, y lo voy a disfrutar si o si. Me metí dentro de la piscina, y disfruté del agua, que refrescaba todo mi cuerpo y mi cabello. Me hacía sentir como si estuviera en otro lugar, relajado y sin preocupaciones. Ya había encontrado mi lugar de relajación, y de diversión, porque tenía por seguro que haría alguna guerra de agua o a saber el qué. De repente, mi madre apareció por la puerta de la casa yendo dirección a la piscina.

—Hija, vete a ducharte, vamos a cenar pronto porque mañana por la mañana iremos a hacer la compra y a comprarte algo formal para la cena—dijo esperando al borde de la piscina.

—Si mamá, ya voy, déjame disfrutar de esta piscina hermosa—dije mirándola con ojos de cachorrito.

—Tienes esta piscina hermosa durante este verano y mucho más, por favor, dúchate ya—dijo mi madre un poco más seria que antes, por lo que salí y cogí la toalla que mi madre mantenía en sus manos. Fui dirección a la casa y entré.

Cogí el pijama y me entré al baño. Me duché y bajé abajo a cenar. Mis padres se encontraban en el despacho, mi madre con el ordenador y mi padre firmando unos papeles. Yo me guíe a la cocina para prepararme la cena.

Esto fue lo que me comí.

La verdad es que no sabía cómo hacerlo, y lo que hice fue buscar un tutorial en Youtube.

Después de cenar (no es por presumir, pero la cena estaba riquísima) me dispuse a ver la televisión, me metí en Netflix y me puse a ver mi serie favorita: Stranger Things

Tras ver unos 3 capítulos me subí a la habitación y me acosté en la cama. Iba a empezar a dormirme, pero aquella mujer que nos encontramos en el parque vino a mi cabeza. Me sonaba un montón, sabía que la había visto en algún momento, además, ella me conocía, pero yo no sabía quién era.

Dejé de pensar y me puse a dormir.

¡Hola hermos@s!
Aquí otro capítulo, espero que os haya gustado.
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