6.- Supernova.

59 9 7
                                    

Aquí nunca ha nevado, desde que recuerdo los inviernos son normales, hace frio pero solo eso. Cuando nos mudamos esperaba que en invierno nevara, pero no. Ahora mismo parece que nevara, hace mucho frio. El viento en el campo es bastante fuerte, pero aun así este lugar sigue teniendo su encanto. Escucho el ruido del pasto aplastado, el movimiento rápido del metal haciendo fricción, y finalmente el silencio.

— ¿Alguna vez pensaste en venir aquí en un auto?— escucho como deja la bicicleta, pero si me muevo ahora perderé el primer avistamiento de Júpiter.

— en estos días Marte es muy brillante— Ah, apareció Júpiter— no sé si este permitido traer un auto. Podríamos estar en propiedad privada— Ian sonríe, de pie a mi lado, esperando a que termine de observar. Me besa, como hace siempre desde que comenzamos a salir.

— Estás helado— pone sus manos en mis mejillas, y siento el calor de su piel.

— el viento es fuerte hoy.

— ¿no has levantado la casa de campaña?

— estaba esperando que Júpiter apareciera. Localice algo extraño, tuve que buscar en las coordenadas para saber que es una nebulosa. Y no sé hacerlo yo solo.

— no vinimos a ver Júpiter, creí que no traerías el telescopio ya que veremos una lluvia de meteoros.

— las Gemínidas. Esas no son tan espectaculares como las perseidas, serán muchísimos menos meteoros en el cielo, pero probablemente son más grandes y más visibles, porque esta lluvia de meteoros es la única causada por un asteroide y no un cometa.

— ah, sigo aprendiendo cosas cada que vengo aquí. Quien lo diría.

— no es tan difícil.

— vamos, ayúdame con esto, no es tan difícil— como la vez anterior, solo le digo las indicaciones del instructivo y le ayudo a sujetar las cosas para que no se caiga. No me fije cuando dejo las cosas, hoy la bolsa que veo en la manta tiene un logo de un restaurant de sushi.

Aun no sé cómo definir mi relación con Ian. Somos novios, hemos tenido citas y nos besamos. Pero también seguimos siendo amigos, o esa impresión tengo yo. No es algo malo. Desde que lo conocí pensé que Ian era valiente, y fuerte. Cada palabra que escuchaba me hacía darme cuenta que no era cosa de mi imaginación, él era valiente por seguir a pesar de todo, por querer defender lo que quería y aun así no querer herir a su familia. Me alegre mucho cuando las cosas mejoraron para él. Aunque todo el tiempo que pasamos juntos nunca se me ocurrió pensar que Ian sentía algo por mí, y bueno, no soy muy bueno notando esas cosas.

— tendré mi prueba de manejo el miércoles.

— eso es rápido.

— están libres estos días.

— ¿estás nervioso?

— no, aprendí bien. Conducir no es tan difícil como pensaba— Ian es bueno enseñando, creo. Víctor también me enseño un poco pero preferí las lecciones de Ian. Además era una buena excusa para pasar tiempo a solas. Así como yo sé de astronomía, Ian sabe de autos— está bueno, como siempre— siempre pedimos en el mismo local.

— tengo una duda.

— ¿Umm?

— ¿Alguna vez sentiste lastima de mí?

— ¿a qué viene eso? nunca sentí lastima, Ian. Tampoco acepte salir contigo por lastima, si lo vas a preguntar— Sonríe.

— lo sé, solo tenía curiosidad, ¿Ahora quien asume lo que dirá el otro?— le doy un codazo, que solo le hace reír— estaba recordando cuando nos conocimos. Vi a Ryan esta tarde, estaba en una cafetería. No me vio, pero me hizo recordar.

Estrellas y galaxiasWhere stories live. Discover now