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Kisame no entendió a que venía ese mensaje, además reunirse cuando todo estaba oscuro, era emocionante, si, pero también peligroso, en especial después de lo que pasaron en las noticias. No le molestaba salir para estar con sus amigos, pero le parecía raro que fuera Nagato el del plan, si era para algo peligroso, siempre lo sugería él.

Intentó no pensar mucho en eso, solo se cansaría, además de que sabía que todas sus dudas serían resueltas en cuanto llegara allá. Tomó sus cosas, se vistió y salió camino al parque de la colonia.

Pensó que lo mejor sería ir en carro, por seguridad y velocidad, y, en menos de diez minutos, ya estaba en el parque. El lugar estaba muy oscuro, la única luz era la de la luna y la de los faros, aunque algunos ya estaban rotos, así que la visibilidad no era buena, pero si había alguien cerca se vería.

No tardó en divisar a sus amigos, estaban en el área de juegos, todos ellos, Kakuzo y Hidan estaban recargados en la oruga, Sasori y Deidara estaban sentados en los columpios, incluso estaban Konan y Yahiko, quienes junto a Nagato estaban recargados en el gran tobogán. Al ver a Kisame acercarse todos levantaron la vista, el trío de amigos de la infancia parecía nervioso.

—Bien, ¿para qué nos hablaron tan tarde? —preguntó Deidara con un bostezo, Kisame observó que tenía ojeras, todos parecían cansados, creyó que había sido el único.

Konan, Yahiko y Nagato se miraron entre los tres, finalmente, Yahiko se animó a hablar.

—Verán, estábamos de camino al bosque, cuando nos encontramos con unas personas y...

—Si es una disculpa, podías haberlo dejado para mañana. —se quejó Hidan.

—... nos detuvimos para ayudarlos, miren, no digo esto como excusa,  lo que quiero decir es que, eh, creo que vieron las noticias sobre ese ataque, ¿me equivoco? —todos asintieron.

—Ahora que lo pienso, tal vez debamos decir que fuimos atacados por una cosa extraña. —comentó Kakuzo, el trío miró a todos, sorprendidos.

—¿En serio? —preguntó Konan. Kisame asintió.

—Me encontré con un ninja y poco después nos atacó una especie de monstruo de luz. —explicó.

—¿Ustedes también? —preguntó Nagato, ahora los otros cinco eran los sorprendidos.

—¿Qué? ¿También los atacaron? —preguntó Sasori.

—Si, tenía una forma... extraña. —contestó Yahiko.

—Además también nos encontramos con dos ninjas, ellos fueron los que nos salvaron. —agregó Konan.

—¡Si! Fue como si nos teletransportaran a otro lado, de la nada aparecimos frente a un lago y los dos ninjas estaban con nosotros. —dijo Nagato. Todos se miraron.

—El ninja con el que estábamos prendió en llamas al monstruo. —dijo Kisame. Ninguno de los ocho sabía qué estaba pasando.

Se quedaron callados por varios segundos, pensado en lo que sucedía, pero nadie sabía nada y ese encuentro solo les trajo más preguntas que respuestas.

—¿Y dónde están los ninjas que los salvaron? —preguntó Deidara.

—Se quedaron en casa de Nagato, estaban heridos —respondió Konan—. No saben que vinimos a hablar con ustedes.

—¿Y el ninja con el que estaban ustedes? —preguntó Yahiko.

—Estaba en mi apartamento, pero hace rato me desperté y no estaba, creo que salió. —explicó Kisame.

—Genial, ¿puede ser más raro este día? —exclamó Hidan.

—Eso me pregunto yo. —contestó una voz grave. Los amigos voltearon hacia donde escucharon eso, habían dos personas sobre el tobogán, Kisame notó que tenían una banda como la de Itachi y la vestimenta era parecida.

EncounterWhere stories live. Discover now