𝐒𝐈𝐑𝐄𝐍, twilight.

i. the alien girl

• ( 🧜🏼‍♀️ . . . Siren ) •

Me costaba abrir los ojos por lo que tenía una luz que me molestaba y descansaba sobre estos, mi boca estaba seca. Me tallé los ojos para después abrirlos, parpadee un par de veces.

Me quedé extrañada con todas la cosas presentes, desde una cosa cuadrada hasta unas máquinas conectadas a mí.

Esperen, ¿máquinas conectadas a mí?

¡Santo Poseidón! Van a estudiarme para después comerme. Estoy segura que no soy muy rica.

Intenté desconectar de mí todas esas cosas, aunque me dolió un poquito pero me dolerá aún más cuando me coman; al intentar levantarme mis piernas fallaron y caí, causando que me llevara conmigo la cosa donde me encontraba acostada.

En segundos ya se encontraban en la habitación unas personas, entre ellos el hombre que me atropelló —por suerte me habían puesto una camiseta que me quedaba grande—. Quien me miraba fijamente y yo a él, pero rompí la conexión para ponerla en el bosque. Así que no dude ni un segundo y corrí hacia allá, escuchando más atrás un «¡cuidado!» ¿pero con qué?

Sentí un gran impacto chocar contra mí, causando que cayera nuevamente al suelo. Me dolía como nunca mi rostro, mi precioso rostro; aquellas personas me rodearon mientras el hombre que me atropelló me ayudó a levantarme.

—¿Cómo es que no vió la ventana? —preguntó otro chico, parecía un oso. Todos tenían en común es que portaban orbes dorados y piel pálida.

¿Qué es una ventana?

Me volvieron a sentar en aquella cosa donde me desperté. Otro hombre, de cabello rubio, intentó conectarme nuevamente a las máquinas, cosas que intenté empujarlo y él salió volando hacia el otro extremo de la habitación, por lo que puse al resto de los humanos en alerta.

—¿Quién eres? ¿Cuál es tu nombre? —me pregunta otra chica rubia, que incluso yo pudiese dudar de que es una sirena por su belleza.

Pero, ¿qué es un nombre? Simplemente no contesté.

—Está bien, cariño. Puedes confiar en nosotros. —me dijo una mujer con cabello marrón, su voz era como la de una sirena mayor. Melodiosa y dulce —. Soy Esme Cullen, y esta es mi familia: Rosalie.

me señaló a la chica que recientemente me habló

—« Emmett, su esposo. —me señaló al que parecía un oso—. Alice y su novio, Luke. —Alice me sonrió sinceramente, era chica muy hermosa, tenía el cabello negro y corto. Luke era rubio y tenía una cicatriz que pasaba desde su orbe derecho hasta su mejilla—. Y Jasper, él que sin querer te atropelló. Finalmente, mi esposo Carlisle.

Sonrio, no era capaz de hablar. Ni siquiera sabía el significado de sus palabras, por ello no quería hacerlo.

—¿No hablas? ¿Eres muda? —me preguntó Emmett, a lo que Esme le regaña. Tampoco contesté —. A de ser un alíen, estoy segurísimo de que lo es.

Le dice Emmett a Jasper a lo que este último choca suavemente su mano con su frente para después negar.

—¿Podemos quedárnosla? Ay, digan que sí. —le ruega Alice a Esme y Carlisle. ¿Me ve cara de un objeto?

—Ella no es un objeto, Alice. —le dice Carlisle.

—Pero ella no tiene a dónde ir, ¿cierto? —me preguntó, a lo que yo lo pienso por segundos y era cierto. No tengo hogar sobre la tierra; así que negué ante su pregunta —. ¡Lo ven!

—Bien, se puede quedar siempre y cuando ella esté de acuerdo. —comenta Carlisle, a lo que yo asiento y Alice chilla de alegría —. Por suerte tenemos una habitación extra, puede quedarse allí. Bien, tengo que revisarla.

Todos asintieron para después salir uno a uno de la habitación. Carlisle comenzó a hacerme unos chequeos, pero al resultado se sorprendió.

—Habias llegado con una fractura de fémur. Es sorprendente, ya está bien. —murmura sorprendido, a lo que yo me encogo de hombros haciendo la que no sabía nada.

Es normal cuando es una sirena. Podemos sanar en minutos cualquier clase de herida menos las más graves.