Capítulo único

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Unos después de que Arturo asumiera sus deberes como Rey de Camelot, una joven doncella arribó al Reino. La joven Mérida, hija de uno de los caballeros más leales de Uther había llegado con la seguridad de que pronto desposaría al joven Rey.

Pocos días le faltaron a Mérida para darse cuenta que su matrimonio era imposible. El Rey estaba enamorado de otra persona y un matrimonio concertado no podría ganarle jamás a los deseos del corazón.

— Arturo no me parece que esté bien lo que estás haciendo. — dijo Mérida una tarde soleada a las afueras de la Ciudadela sentada sobre una lona roja.

— ¿Qué es lo que no te parece querida? — preguntó Arturo dirigiendo su mirada hacia ella.

— Me traes a este prado a un picnic y obligas a tu sirviente a venir con nosotros cuando todos sabemos que sienten algo el uno por el otro.

— Mérida ¿Entiendes por qué lo hago?

— Si sigues así vas a perderlo.



Algo alejado, pero lo suficientemente cerca para escuchar si el Rey solicitaba algo, Merlin cepillaba los caballos. 

Uno de los caballos relincho seguido del ruido de una rama rota cerca de uno de los arbustos a su derecha. El joven mago se puso alerta. A paso lento se acercó a ellos mientras saboreaba una gran cantidad de hechizos de defensa en la punta de su lengua. 

De repente, frente a él, Morgana apareció con las palmas de las manos expuestas en señal de paz.

— Morgana ¿Qué sucedió? — preguntó Merlín sorprendido acercándose a ella.

— Merlín. Tienes que ayudarme. — respondió la joven sujetando las manos de Merlín en busca de apoyo. — Morgause quiere destruir a Arturo. Quiere hacerse con el poder y ocupar el trono para restaurar la magia en Camelot.

— ¿Morgause? ¿Quién es ella? ¿Cómo te enteraste de esto?

— Morgause es mi hermana. Hemos estado en contacto por unos meses aunque no nos hemos visto en persona. En sus últimas cartas ha insistido para que la ayude con su plan para devolver la magia a Camelot. Quiere que yo ataque a Arturo desde adentro antes de que el ejército que ella formó arrase con Camelot. 

— Con Arturo débil, los caballeros no aguantarían mucho tiempo.

— Exacto. Tienes que ayudarme a detenerla. 

— Debemos contárselo a Arturo.

— ¿Crees que es lo correcto? — preguntó Morgana.

— Te conté una vez lo que implicaba que mi destino estuviera enlazando con el de Arturo. Este es el momento, no podemos esperar más.

— Confió en vos Merlín pero tengo miedo de que Arturo aún mantenga las ideas de su padre, de mi padre.

— ¿Tú padre?

— Uther era aún más despiadado de lo que creía.




Merlin se despidió de Morgana y corrió nuevamente hacia el prado para pedirle a Arturo que volvieran rápido hacia el castillo. Arturo viendo la urgencia de Merlin se apresuró hacia Camelot. El Rey abandonó su caballo y se precipitó hacia la sala del trono.

— Morgana ¿Dónde has estado? — preguntó Arturo acercándose a abrazarla. 

— Cómo sabes, estuve buscando información sobre mi madre. — dijo Morgana aceptando tímidamente el abrazo de su hermano. — No sólo encontré información sobre ella, si no también sobre mi padre.

— ¿Tú padre no era un caballero de Camelot?

— Yo creía lo mismo, hasta que me encontré con un druida que decía conocer a mi madre.

DestinoWhere stories live. Discover now