“Viviendo mi mejor vida”, quiso añadir, pero no lo hizo. Se lo pensaba demostrar.

- Pues que se note. Dame lo que estoy buscando y acabemos con esto, Natalia. Haz como tus compañeras.

La morena se tomó sus palabras al pie de la letra y concentró todos sus esfuerzos en pensar en Alba como una voz cualquiera y una fotógrafa cualquiera. Escuchaba sus órdenes en la lejanía y se entremezclaba con sus dos compañeras como si fueran cómplices, amigas de toda la vida, las populares, las protagonistas de la fiesta, las más divas.

Tocando, rozando, acariciando, mordiéndose el labio. Entrando al jueguecito sexy de sus compañeras, especialmente al de la brasileña que parecía con más ganas de corresponderle.

De vez en cuando miraba a la cámara como si le costara un esfuerzo titánico apartar los ojos de esos dos monumentos.

Es que encima estoy tratando de darle celos. Soy ridícula.

Alba tuvo que tragar saliva varias veces. La interacción que estaba teniendo lugar frente a su objetivo era un despliegue de sensualidad y poderío que no dejaba indiferente a nadie.

- Hemos terminado - anunció, un rato después.

Natalia ya se retiraba del lugar, cuando la fotógrafa la tomó del brazo para frenarla en su camino.

- Espera, Natalia, falta la sesión individual.

- ¿Qué sesión individual? - alzó una ceja la modelo, atando el nudo del batín que cubría su cuerpo, más allá de la lencería negra.

- Con cada una de vosotras, a parte de las fotos en grupo, nos han pedido algunas por separado.

- Mi mánager no me ha dicho nada - se cruzó de brazos.

No quiero estar a solas contigo, Alba Reche.

- Pues es parte del contrato. Te retocan maquillaje y peluquería y nos vamos a otro set - la apremió.

Parte del contrato. Maldita Sabela, la voy a matar.

Natalia suspiró y caminó tras ella cuando estuvo lista. Cuando entraron a la pequeña sala, solo se escuchaban los tacones de la modelo repiqueteando en el suelo, porque no se podía estar quieta.

Otra vez el eco, otra vez la expectación, otra vez Alba Reche.

La rubia empezó a sacarle fotos a traición, como la primera vez, dando vueltas a su alrededor como si fuera una mariposa.

- Te queda muy bien ese conjunto. El negro es tu color.

La fotógrafa lo soltó como si fuera un dato objetivo e irrefutable, tras hacerle un escáner completo. Como si no llevara tres horas haciéndole fotos.

Natalia tragó saliva y miró al suelo para mentalizarse.

Yo también puedo ser profesional.

Solo son unas fotos.

Y solo es una fotógrafa especialita.

Alba ajustó los focos y se subió a una tarima, ya que la altura de la modelo y los tacones de aguja, no se lo ponían demasiado fácil.

- Vamos a empezar, ¿vale? Ya sabes, siéntete como lo que eres, una diosa, un ángel de Victoria’s Secret, y las fotos saldrán espectaculares.

El piropo le dio un chute de motivación a Natalia que se metió en el papel en segundos. Hipnotizada por las órdenes de la rubia, fue cambiando de pose tal y como le indicaba.

desnudArte | AlbaliaWhere stories live. Discover now