Capítulo 23

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No puede pegar un ojo en toda la noche, después de sacar a hector a patadas tras sus amenazas de averiguar quién era el causante de su nariz ensangrentada y posiblemente rota, no deje de pensar en todo lo que me había dicho y como había reaccionado al encontrarse con Hector.

 A una mujer siempre le gusta que le rueguen además como bien dice un libro que leí hace poco algún precio tienen que pagar los hombres por poder orinar parados, pero también es cierto que llega un punto que simplemente no ven fin a sus suplicas y se cansan, ahí se encontraba mi gran dilema habría sido ese el aviso de que todo acabo o un pre aviso, simplemente estaba paralizada, no cene, no dormí y no llame a nadie, quería golpearme la cabeza con algo para poder reaccionar pero simplemente no hacía nada si no repetir y repetir en mi cabeza las palabras de Santiago.

A las 10 de la mañana mi madre entro a mi cuarto, para preguntar si ya había desayunado o quería desayunar con ella, mi madre no es de pararse tarde pero como llegaron a la una de la mañana supongo que se le pegaron un poco las sabanas, acepte la invitación después de todo tenía que comer algo para poder tomar unas vitaminas que tenía recetadas

Mi madre preparo unas ricas arepas con perico * que le suben el ánimo a cualquiera, pero como  todas las madres siempre saben cuándo a uno le pasa algo lo bueno de mi madre es que también sabia cuando no preguntar.

 Faltaba un cuarto para las cuatro de la tarde, cuando Esteban llego a mi casa.

-Te he llamado como 10 veces Jenny, ¿por qué no contestas? -

-Hola, Esteban ¿cómo estás? Yo bien y tú?-

-Me preocupe Jenny, pensé que tus padres de iban a quedar en casa de sus amigos hasta más tarde eso fue lo que tu madre me dijo.-

-Bueno perdón, la verdad es que estaba ayudando a mi mama a arreglar un poco la casa y deje mi teléfono en mi habitación, pero ya que lo mencionaste, por qué demonios le dijiste a Santiago que yo estaría sola-

-Creo que eso no es importante ahora, vine por otra cosa vayamos a tu habitación para hablar mejor-

A regañadientes, subí con el pisándome los talones.

-Santiago me llamo, hace unas hora se va del país-

-como que se va del país, al más mínimo problema y huye es un cobarde-

-Jenny por dios, escúchate por un momento, ni siquiera yo sé si hubiera aguantado tanto tras una persona que me tratara como tú lo tratas-

-no me digas eso, que bastante tiempo que tardaste en que carolina te volteara a ver y no te rendiste-

- hay una gran diferencia, Carolina no tiene tu carácter sabes que te quiero muchísimo pero hay que tener agallas para poder pretenderte, el pobre hombre casi se me arrodilla para que lo ayudara y pensé que quizá tenías un poco de corazón y de una vez por todas lo perdonabas después de todo lo que ha sufrido por ti- las lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin siquiera preguntar- cuando me llamo, pensé que me diría una buena noticia pero me encuentro con que me dio las gracias pero que tú nunca lo ibas a querer como el a ti, que se iba a dar una conferencias para despejar la mente, lo perdiste-

Como buen amigo después de un buen regaño me abrazo, mientras yo lloraba a moco tendido sin consuelo, después de no sé qué tiempo me separe de su pecho fui al baño me lave la cara sin decir nada.

-sabes fue el discurso más gay que he escuchado en mi vida, con todo el respeto por los gay- dije desde la puerta del baño de mi habitación.

Como esperaba puso los ojos como platos y dijo- no tienes remedio alguno-

Cuando menos lo esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora