Capítulo 4

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-saldremos después de desayunar- dije de forma autoritaria.

-necesito ir a mi habitación a cambiarme y darme un baño- dijo ella un poco confundida

Y sin pensarlo mucho me acerque a ella y con voz sexy le dije- yo también me tengo que bañar, nos podemos bañar juntos y con respecto a la ropa, no me molesta que no tengas puesta ni una prenda- abrió los ojos como platos y me empujo lejos de ella.

-pero que te pasa te has vuelto loco, ni en tus mejores sueños me acostaría contigo- dijo furiosa, lo cual causo que se pusiera roja.

- como salgo de aquí- dijo con un tono más frio aun, pero que jodidos le pasa a esta chica, nadie se resiste a mi voz sexy y esta no va a ser la excepción, la conquistare y la hare mía no pasara de hoy no es más que una de esas que se las da de dura.

-discúlpame, no quería decir eso que te parece si comemos, vas a tu habitación te cambias y nos vamos para que veas tu sorpresa.

-vete a la mierda, no te quiero ver- pero que jodidos le pasa.

- vete entonces- y la lleve hasta la puerta- aquí esta ve

Abrió la puerta y se fue sin decir nada.

Pero que carrizo le pasa a esa mujer podrá ser muy linda pero hay muchas mejores que ella y sin saber porque ya estaba corriendo atrás de ella.

Una vez a su lado, le dije- por favor, perdóname fui un idiota pero de verdad quiero que vengas conmigo a ver los delfines.

-los delfines- dijo con un brillo en los ojos, genial le encantan los delfines.

-si los delfines va hacer una experiencia única-

-aquí no hay delfines, ya busque y no hay ningún lugar cerca para verlos-

- eso es cierto, pero si hay solo que no los tienes como un espectáculo como en muchos lados, es un centro para ayudar a las personas con problemas especiales a través de los delfines, conozco al dueño del lugar y no habrá problema con que los vayamos a ver-

-como sé que no me mientes-

-confía en mi- esta vez lo dije en un tono serio y con toda sinceridad.

Lo tengo que pensar, ni siquiera te conozco no sé si eres un psicópata- soltó ella de sopetón

- no te parece suficiente con que hayas dormido en mi cama y ni siquiera te toque, creo que eso dice mucho te busco en tu habitación en 2 horas- le dije en forma de autoritaria y me fui antes que le diera tiempo de decir que no.

Al llegar a mi apartamento, me acorde de llamar a José, para preguntarle si podría ir hasta allá, y como era de esperar José no dijo que no, más bien estaba encantado de verme, no nos habíamos hablado desde la muerte de mi madre.

Al pasar el tiempo estipulado, fui en busca de Jenny y en pocos minutos ya íbamos en camino.

En el camino, solo podía acordarme de mi madre que pasaría cuando volviera a estar en ese lugar que a ella tanto le fascinaba y al cual le había dedicado tanto tiempo de su vida.

-¿En qué piensas?, te estas arrepintiendo de ir.- dijo Jenny al ver mi expresión bastante distraída.

-no nada de eso, ¿estas lista para ver a los Delfines?-

- sí créeme que por ellos estoy aquí, solo espero que la tercera sea la vencida-

-La tercera- le espete

-Sí, es que he intentado ir a ver a los delfines, ya dos veces pero siempre pasa algo-

-esta vez si vas a poder verlos-

-eso espero, no te estoy soportando por gusto precisamente- dijo, quería parecer mala pero se veía bastante cuchi lo cual me hizo reír.

- no me causa risa, hablo enserio- dijo

Al llegar nos encontramos con José, que nos esperaba en la puerta.

-Santiago, tanto tiempo sin saber de ti eres todo un hombre- dijo mientras me daba un buen abrazo.

Al soltarme le presente a Jenny, y se dispuso a mostrarnos todo el lugar, bueno más bien a Jenny que estaba realmente encantada e impaciente con todo lo que se hacía en el lugar.

Al llegar al área donde se encontraban los delfines, se encontraban un par de niños especiales, los cuales estaban realmente felices.

-puedo ver más de cerca-dijo Jenny, con una cara de súplica.

-claro, cuando termine el tiempo de Alejandro y Víctor pueden entrar ustedes, si quieren se pueden ir a cambiar-dijo José

La expresión de Jenny fue tal que me hizo sentir que estaba con una niña chiquita era tan bella y cuchi, ahora sí que no se podrá resistir a mí.

Al salir de los vestidores ya se habían ido los niños; José estaba vestido igual que nosotros, así que supuse que entraría con nosotros al agua y dirigiéndose a Jenny le dijo- aquí están kuni y Roni- El nombre se kuni me retumbo en los odios, mi madre amaba a ese delfín decía que era uno de los delfines más inteligentes y según ella sabia cuando estaba con personas de corazón puro, nunca supe como ella podía saber eso, José noto mi presencia divagante, por lo cual me puso una mano el hombro y me dio una mirada tranquilizadora.

Al entrar al agua Jenny se aferró a mi brazo, los delfines se acercaron a nosotros haciendo que Jenny se asustara un poco.

-tranquila, tócalo- le dije mientras agarraba su mano y la pasaba sobre kuni, lo cual me hizo acordar como mi madre lo hacía conmigo, de alguna manera kuni era lo único que me quedaba de mi madre.

Kuni empezó a saltar fuera del agua parecía emocionada, en cierto modo; al cabo de unos minutos estaba devuelta, dando vueltas alrededor de Jenny, ella la volvió a tocar e hizo exactamente lo mismo que hace un par de minutos.

-creo que le agradas- dijo José

-usted cree, quizás esta solo emocionada no lo sé no creo que sea por mí-

- ¿Por qué no?, por lo visto eres una chica muy especial y kuni sabe mucho de eso créeme-

Jenny no pareció estar muy convencida, pero sí que se notaba felicidad en su cara al estar ahí.

Después de unos minutos, no podía dejar de sentirme melancólico y los recuerdos de mi madre iban y venían en mi cabeza.

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Narra Jenny

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Es tan emocionante; los delfines estaban como locos saltaban por todos lados, parecían realmente felices, y sin mencionar a kuni por alguna extraña razón me hacía sentir muy bien, me veía como si supiera quien soy, se sentía tan extraño y tan bien al mismo tiempo.

Al voltear para ver a Santiago, definitivamente no estaba ahí, tenía la mirada en el infinito y una expresión de tristeza en su rostro decidí acercarme para ver que le pasaba.

-¿te encuentras bien?-

-no, será que nos podemos ir- dijo saliendo del agua, sin permitirme ver sus ojos.

Cuando me di cuenta José estaba a mi lado- pobre chico, creo que le ha pegado bastante volver a este lugar le debe recordar mucho a su madre-

-¿A su madre?- pregunte con interés

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les deje una fotito de Amber espero les guste.

Cuando menos lo esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora