capítulo 8

147 13 1
                                    

 Narra Santiago

Una vez que se fue Jenny, yo no sabía que hacer pero es que esa mujer me desespera, tengo que sacarle todo si no simplemente no me dice nada y eso hace que quiera saber más de ella.

-me pare bastante cansado pero ya no podía seguir en esa cama, lo único que hacía era dar vueltas y vueltas, habiendo  conciliando el sueño tan solo por pocas horas no dejaba de pensar la manera en que le hable a Jenny.

Revise mi contestadora, que hace un par de días que no lo hacía tenía diez mensajes de voz, todos de mujeres de las  cuales solo me acordaba de una que otra, invitándome a salir o algunas un poco más directas pidiéndome un poco de sexo salvaje. Las borre todas sin ninguna compasión y fui a la playa.

Caminando por la playa me conseguí a Jenny pero no como hubiese querido, estaba corriendo muerta de la risa huyendo de un hombre que la quería agarrar, este la agarro haciéndole cosquilla por todos lados, yo simplemente no podía dejar de mirar porque simplemente ella no ríe así conmigo eso me enfureció un poco, al ratico ya estaban sentados en la arena de una manera más civilizada, el hombre se paró y Jenny le dijo algo causando que se volteara y le revolviera su cabello, como a una niña chiquita, quería sacarle sus asquerosas manos de ahí.

Ya cuando pensé que por fin se iba, le dijo algo en forma de acusación y luego le agarro los cachetes causando en ella una mueca de desagrado, hasta que por fin se fue, ella se quedó sentada en la arena un ratico y yo como estúpido aquí espiándola, de repente se paró ,se puso junto a una de las rocas y se quitó los pantalones blancos que cargaba y la camisa dejándolos encima de la piedra para luego meterse al agua.

Me quede embobado viéndola en ese bikini negro aunque no fue por mucho tiempo, no era muy flaca pero tampoco gorda, tenía un muy buen trasero y sin mencionar su busto, todo en la medida justa pero hermosa.

Decide esperarla sentado en la arena.

Narra Jenny

Nade lo más rápido que pude, no quería pensar y menos en Santiago al darme cuenta ya estaba bastante lejos de la playa y solo un poco de la típica cuerda con boyas para indicarte que no es bueno seguir mas allá, me agarre de una de las boyas viendo hacia el horizonte.

Trataba de no pensar en nada pero fue imposible, en mi mente apareció Santiago con todo lo que me había dicho y como me había pedido que lo dejara conocerme, y si le das una oportunidad Jenny, no está nada mal además es el único hombre que te ha pedido tal cosa.

Luego de un gran debate conmigo misma decidí que lo dejaría conocerme un poco, total ya no tengo nada que puedan romper, aunque para ser sincera no tenía idea de cómo hacer eso pero eso si no le voy a ir a rogar, solo espero que sea verdad lo que me dijo.

Narra Santiago

Jenny nado ,nado y nado hasta encontrarse con la línea de seguridad se quedó ahí un buen tiempo se podría decir que como una hora ya estaba a punto de entrar al agua cuando vi que se devolvía, llegando a la orilla me recibió con una sonrisa en su cara que la hacía ver radiante.

-cuanto tiempo llevas aquí- dijo saliendo del agua.

-el suficiente- dije mientras me deleitaba con su cuerpo, y pues claro que se dio cuenta de mi atrevimiento causando que sus hermosos cachetes se pusieran rojos y fue corriendo a ponerse el pantalón, pero claro como estaba mojado los pantalones se le pegaron a su cuerpo sin mencionar que eran blancos.

-creo que fue peor el remedio que la enfermedad- dije con un tono seductor.

-quítate pervertido- dijo ella mientras se alejaba de mí, pero me apresure para ir a su encuentro.

-te quería pedir disculpas por cómo te hable ayer, me desespere un poco de verdad disculpa- dije de una manera muy sincera de verdad me sentía muy mal por lo que había dicho.

-tranquilo la verdad es que todo lo que me dijiste es cierto- dijo mientras se detenía frente al balconcito donde se estaba quedando.

-me puedes esperar 15 min, me pondré algo seco y saldré-

-si tranquila te espero aquí-

Pensé que esos 15 min se volverían 30 minutos como ya era costumbre en las mujeres, pero en realidad se convirtieron en 13 ya que había visto la hora cuando salió.

-me sorprendes, tardaste menos de lo que dijiste-

-no quería hacerte esperar- se puso unos shorts de jean y una blusita como con flequillos azul oscura que hacía realzar su tez blanca aunque bueno estaba bastante rojita por el sol.

-yo te podría esperar todo lo que quieras- dije con mucha sinceridad.

- será que podemos desayunar, me muero de hambre y necesito café-

-si vamos-

Desayunamos de una manera muy amena, pero sin hablar nada importante, no pude evitar ver que me veía mi barba muy a menudo y la verdad es que no la culpo hace 5 días que no me la rasuro.

Decidí llevarla a dar un paseo en yate, ella quedo un poco sorprendida y dijo que prefería quedarse en tierra, pero la convencí esperamos un poco a que los muchachos pusieran todo en orden y lo abastecieran un poco de comida, la verdad es que fue una buena inversión la que hice con la herencia de mi madre, no era muy grande pero era perfecto.

Una vez adentro me dispuse a salir del puerto.

-tú vas a conducir - dijo Jenny un poco asustada

-Si tranquila, aunque no lo creas soy muy bueno lo hago desde niño-

No quedo muy convencida pero se quedó tranquila admirando el paisaje

Pare el yate en un lugar donde solo se podría apreciar el mar y nada mas era realmente hermoso.

-ya vengo, voy a bajar a afeitarme la barba no quiero seguir perturbándote-

-perturbándome, si me encanta tu barba- dijo muy rápido haciéndome saber que se le había salido, causándome un poco de risa.

-así que te gusta mi barba- dije mientras me la tocaba como un mafioso causando que ella se sonrojara y se volteara a ver el mar, me senté a su lado para empezar a admirar el mar.

-pero si lo deseas te puedes ir a quitar la barba- dijo un poco avergonzada.

-no, la verdad es que a mí también me gusta mi barba me gustó mucho que me lo dijera, por lo menos ya sé que no te soy tan indiferente-

-sabes, he pensado mucho en lo que me dijiste ayer-

No deje que siguiera hablando y le dije- si sobre eso yo te quería pedir disculpa, prometo que voy a tener mucha paciencia contigo.

-déjame terminar por favor- dijo ella como una súplica.

-yo creo que lo que me dijiste ayer, es totalmente cierto y por una muy extraña razón que simplemente no se decirte que es, siento que puedo confiar en ti- hizo un pausa y volvió a decir- tratare de ser lo más amena y menos cortante posible; de verdad espero no equivocarme contigo- esto último siento que lo dijo más para ella que para mí.

-no te preocupes, no te daré motivos para que desconfíes-

Nos quedamos un buen rato callados viendo el mar, me gire para verla es realmente bella esos hermosos labios rosaditos, sus ojos que antes eran marrón oscuro ahora gracias al sol se veían color caramelo, no tenía ni una gota de maquillaje y eso la hacía ver aún más sexy para mí.

-sabes, aun me sigue perturbando que me veas de esa manera- eso me tomo desprevenido.

-lo siento, pero es que por una muy extraña razón que tampoco puedo explicar el porqué me encanta estar contigo, me fascina ver tus ojos, me vuelve loco cuando te sonrojas-dije mientras me acercaba a ella , puse mis manos en su nuca y con el pulgar rozaba sus hermosos cachetes que se estaban empezando a colorar- tus labios me hacen delirar dije a unos escasos milímetros de su boca, todo lo dije de la manera más sincera que podía realmente me moría ganas por saborear esos labios.

Cuando menos lo esperasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora