†❝Demon ❞†

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Capítulo extra.

El céfiro viento torcía las ramas viejas del enorme árbol grande junto a mi recamara, algunas ramitas rozaban el vidrio opaco de la ventana dejando un suave arrullo que poco a poco se perdía entre el silencio. La tetera rugía mientras trataba a duras penas de meter todo en mi mochila, siendo las dos menos cuatro ya me encontraba lista y a punto de partir, de seguro las chicas estarían quejándose de mi falta de puntualidad mientras soplaba mi café y en realidad, no las culpaba.

Alisé mi falda sintiendo la palma de mis manos húmedas, traté de ignorar el hecho y me dispuse a salir de una vez por todas de mi casa, mientras bajaba las escaleras de la planta alta con cierto miedo de caer, una punzaba habitual reaparecía en mi pecho deteniendo mi paso, no era la primera vez que experimentaba aquella sensación pero ahora resultaba más frecuente. Extrañamente me había estado sintiendo perdida, como si estuviese buscando algo entre las horas y los días de la semana. Toqué mi pecho sin intención alguna para luego proseguir a llegar al último escalón, creía tener todo en el momento exacto que me disponía a abrir la puerta, pero rápidamente caí en cuenta de una cosa: —Mierda, mi carnet universitario. —dejé a un lado mi bolso que caía al suelo provocando un sonido mudo, mis ojos brincaron en la mesa, luego el sofá hasta detenerse en la pequeña mesa del televisor.

Alejándome de la entrada salté en busca de que mis manos lo alcanzaran para luego erguirme como si nada y volver nuevamente por mi bolso y llaves, pero mucho antes de abrir la puerta, la madera de esta tembló, dejando al aire un sonido hueco que palpitaba tres veces seguidas.

Joder, pero ¿Qué le pasa a mi corazón? —las palpitaciones bailaron al compás de los suaves golpes sobre mi puerta, por un momento sentí una oleada de miedo que invadió cada rincón de mi cuerpo. —De seguro debe ser alguna de las chicas ya hartas de esperarme...—me tranquilicé o eso intenté mientras daba paso a abrir mi puerta.

Sus ojos curiosos chocaron con mi semblante levemente sereno, llevaba una camiseta blancuzca a juego con unos pantalones negros dejando por último sus zapatos marrones, parecía emocionado a juzgar por sus rasgos si dejábamos a un lado sus ojos, era un chico.

Su cabello negro caía sobre sus cejas dejando a la vista la mitad de su cara, colocó su mano sobre el marco marrón de la puerta quizás creyendo que la cerraría, y de seguro lo habría hecho sin pensármelo mucho, pero extrañamente en este caso me resultaba imposible. Parecían minutos los que transcurrían mientras nos hallábamos ahí solo observándonos, pero en realidad solo habían pasado unos cuantos segundos de más. Traté de incorporarme a la vez que intentaba sonar no tan perdida—Disculpa, pero ¿Quién eres? —su expresión curiosa cambio, dando paso a una sonrisa un tanto torcida, parecía aliviado y juguetón.

—No has cambiado en nada, ¿eh?

Otra palpitación fuerte brincaba sobre mi pecho...

—Hola, Sorah. —su voz resultaba familiar pero aun así era un tanto difícil detectar el detalle, sin olvidar el vano hecho de que conocía mi nombre, bueno, si sabía dónde quedaba mi casa al menos debía tener una idea de la propietaria —Soy Kim Taehyung...

Esta vez el golpe en mi pecho fue más fuerte al punto de consumirme, di un paso atrás en busca de no caerme, mi pecho dolía como si con cada segundo que pasaba una grieta que hasta ahora era inexistente se abría paso por mis entrañas, deje de pensar para luego caer sobre un baúl que ahora estaba abierto.

"Cuando escuches mi nombre, te acordarás de mí, así en el momento exacto de nuestra unión todo cambiará"

Mis labios esbozaron una sonrisa al tiempo en que acortaba nuestro espacio con un enorme abrazo. Lloraba sin darme cuenta mientras él tomaba mi cabeza entre sus manos calientes buscando que mirase su rostro iluminado, era como si ya no hubiese una enorme cortina gris cubriendo su semblante, ahora parecía lleno de vida. Todos mis recuerdos llegaron de golpe, cada cosa que viví en el pasado me hizo darme cuenta de que el presente era un obsequio. Su obsequio.

Recordaba a mi madre, a mis amigos en la iglesia y por supuesto recordaba a Jungkook.

Ya no existían, ya eran nada y sin saber por qué, me gustó.

— Me disculpo por haber tardado tanto. — sus labios rozaron los míos dejando un cálido aliento sobre ellos. — He pasado por tantas vidas que vivir en la de un humano me ha costado más de lo que esperaba. Pero ahora estoy aquí, dejé toda mi vida eterna para vivir unos años contigo.

— No puedo creer que esté sucediendo esto. Mi vida anterior ahora es nada teniéndote aquí junto con los recuerdos. — sus ojos eran cálidos, serenos. Sus labios llegaron a los míos dejando la sensación más satisfactoria que había sentido, él estaba aquí conmigo, juntos en una página en blanco. Juntó su frente con la mía mientras sonreía eufórico. Ya no era mi demonio, era mi chico. Había dado todo de él por mí, atándose a mi vida frágil con la vana idea de que en el futuro nos volveríamos a ver.

— Te prometí una vida conmigo, mi Sorah. Y estoy aquí para reclamarla.

Y este es el final de todo. Wao, sé que tarde un año en darles un final pero simplemente no me hallaba. Pero ya estoy aquí y prometo no perderme tanto y darles lo que se merecen. Muchas  gracias por todo el apoyo y el amor que le han dado a esta historia. Se merecen el mundo entero 💕💕

Esto se termina aquí ya que no hay necesidad de tener otro final. Aún no he terminado con estas temáticas así que esperen otra historia con esta temática. L @s amo, besos en el yoyo~💕💕

「incubus」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora