Capítulo 8: Me siento acosado

3.8K 428 117
                                    




Narra Kamitani:

Yaguchi insiste, volviendo a besarme. Maldito mocoso salido, ya le he dicho que estoy muy cansado y que quiero dormir, pero no se rinde. ¿Tan necesitado está? Por Dios, yo no era tan hormonal a su edad. No me apetece una mierda hacer nada, y mucho menos cascársela para luego tener que terminar yo solo en el baño.

—Estoy cansado por el entrenamiento, no tengo ganas de hacerte una paja ahora—

—Pero tengo muchas ganas de hacerlo—se queja, con el ceño fruncido

—Llevamos un mes entero haciendo lo mismo todos los días, te masturbo, tú apenas me tocas y luego tengo que tocarme solo en el baño—

—¿Y?—

—Solo tú disfrutas, mocoso—acaricio su mejilla—No es que no me guste tocarte, pero me gustaría avanzar un poco más. No quiero asustarte y no estoy molesto, estoy cansado de verdad—

¿Qué te gustaría hacer?—pregunta Yaguchi—La penetración no es una opción todavía, pero puedo soportar algo más—

—¿Confías en mí?—

—Sí, al menos de momento—

Resoplo, negando con la cabeza, pero divertido por su forma de ser y me giro en la cama para dejarlo bajo mi cuerpo y besarlo. A la mierda el cansancio. Sigue el beso, poniendo sus manos en mis mejillas y arqueando la espalda, su erección choca con mi muslo.

—Vale, pequeño salido, vamos a quitarnos la ropa—

Me aparto un poco y levanto mi camiseta con ambas manos, dejándola en el suelo, hago lo mismo con los boxer negros que llevo. Yaguchi mira mi cuerpo bastante interesado, aunque estoy seguro de que no lo reconocería porque al mocoso le gusta autoengañarse, y empieza a quitarse los pantalones.

—Esos calzoncillos no son tuyos—comento al ver unos calzoncillos azul bebé con estampado de pingüinos

—Ahora sí lo son, antes eran de mi compañero de clase Toono—responde, quitándoselos y quedando desnudo

—Ya veo—

¿Por qué tiene los calzoncillos de otra persona? Compartir la ropa interior es algo íntimo, al menos desde mi punto de vista, pero bueno, quien sabe, quizás para Yaguchi y su compañero no. Realmente no importa.

—¿Qué vas a hacer?—pregunta

Me divierte ver que está nervioso, a pesar de que intenta disimularlo y hacerse el duro. Vuelvo a colocarme entre sus piernas y me agacho un poco para que nuestros estómagos se rocen. Yaguchi se sonroja al sentir mi erección contra la suya y ladea la cabeza, cerrando los ojos. Es adorable y hermoso.

—Ya te dije que era grande—me burlo, besando su cuello

—Eso no es grande, es monstruoso—gruñe

No puedo evitar reírme, pegando mi mejilla a la suya. Nunca pensé que iba a divertirme tanto estando con Yaguchi, ni que me iba a sentir tan cómodo, pero me alegro de que sea así.

—Entrará entera, no te preocupes, con un poco de vaselina todo entra—

—¡C-cállate!—exclama, avergonzado

—No tienes ni idea de cuantas ganas tengo de hacerlo contigo, pequeño. Pero seré paciente, solo porque eres virgen y lindo—susurro contra su cuello

Levanto la cadera para simular una embestida, haciendo que Yaguchi emita un pequeño gemido y empiece a temblar. Me gusta lo sensible que es al tacto, eso lo hace todo mucho más divertido y placentero. No detengo los movimientos, haciendo que ambos disfrutemos de la fricción.

—Mierda, eso es agradable—

—Lo sé—respondo

Llevo mis manos a su trasero, empujándolo más hacia mí para aumentar el roce y eso mejora considerablemente el placer. Yaguchi está muy húmedo, el movimiento es más fluido gracias a eso. La desesperación que veo en su mirada me divierte, pero también me da una pista de que no le falta mucho para llegar, por lo que detengo el movimiento.

—¿Qué haces? No pares—se queja, frustrado

—Pídeme amablemente que siga y tal vez me lo piense—

—Que te jodan, capullo—gruñe

—¿Acaso no quieres que te haga terminar?—dejo un pequeño mordisco en su hombro, para luego subir por su cuello dejando besos húmedos—¿Estás seguro de ello?—

Yaguchi ahoga un gemido y se muerde el labio, mirándome con un odio que me hace sentir increíblemente bien. Vamos, suplícame que continúe, que te haga terminar...

—Atsushi, quiero correrme—dice, enfurruñado

—Suplícame—sonrío—Y te haré sentir increíblemente bien—

—Púdrete, gilipollas—

—Ese comportamiento no me gusta nada, parece que voy a tener que castigarte—me aparto, dejando un buen espacio entre nuestros cuerpos

—¿Qué haces?—se queja, poniéndose de rodillas sobre la cama

—Castigar tú comportamiento, Yaguchi—

—No, no puede ser. Ven aquí—

Me zafo de su agarre y retrocedo hasta levantarme de la cama. Yaguchi me mira con el ceño fruncido, pero veo que titubea, por lo que es probable que me salga con la mía. Por fin, después de tanta espera, Yaguchi va a suplicarme.

—Cabrón...—masculla—Atsushi, por favor, haz que termine, esto duele—

Bueno, no es una súplica en sí, pero me lo ha pedido por favor, así que no creo poder decir que no, además, está muy lindo sonrojado y avergonzado. Yaguchi es tan lindo que quiero devorarlo completamente.

—Por esta vez lo tomaré como una petición válida, la próxima vez seré más duro—respondo—Ponte boca arriba como antes—

—Vale—

Me pongo entre sus piernas y vuelvo a simular embestidas, sintiendo su piel caliente y un poco húmeda por el sudor. Yaguchi rodea mi cadera con sus piernas, pegándose todo lo posible a mí para aumentar la fricción, Mañana por la mañana va a ser tan divertida su reacción avergonzada.

—Si esto lo disfrutas tanto, verás que divertido cuando empiece a prepararte analmente—murmuro contra su cuello

—Que asco—

—Todavía me pregunto cuando me la vas a chupar, sueño con ello—respondo, ignorando sus palabras

Gimo de dolor cuando clava sus uñas en mis costillas y contraataco mordiéndolo en el hombro. Yaguchi gime y aprieta más las piernas, dejándome ver que le falta poco para correrse. Decido ser generoso y aumento el ritmo de mis movimientos para hacerlo llegar, no es muy complicado. Siento su semen caliente sobre nuestros vientres y doy un par de embestidas más para terminar, manchándonos a ambos.

—Está caliente—murmura

—Como el tuyo—respondo dejando un beso en su mejilla

Doy unos golpecitos en su muslo derecho, para que me permita levantarme y busco en mi mesilla un par de pañuelos de papel. Me arrodillo en la cama para limpiar bien al mocoso y luego me limpio a mi mismo. Me habría gustado sacar una foto del cuerpo desnudo de Yaguchi, con nuestra esencia sobre su vientre, pero tendrá que ser en otra ocasión. Estoy muerto del cansancio.

—Me ducharé mañana y lavaré las sábanas. Puedes ducharte ahora si quieres—digo, acomodándome a su lado

—Lo haré mañana también—responde

Me doy cuenta de que parece un poco incómodo, así que paso mi brazo por encima de su cintura y lo acerco a mi cuerpo. Eso parece tranquilizarlo, puesto que su cuerpo se relaja.

—Buenas noches, pequeño niño idiota y bonito—beso su nuca

—Buenas noches, estúpido gilipollas prepotente—responde, agarrando mi mano

Morbo -Yaguchi Kyosuke/Yacchan-Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora