Atrápame Si Puedes. √

1. Otra vez.

Me encantaría poder decir que desperté por el alegre sonido de los pájaros cómo en los cuentos de hadas o con los rayos de sol rozando delicadamente mi cara, cómo en las películas.

Pero esto, señores y señoras es San Francisco y cómo mi vida no es normal, (corrección) cómo mi familia no es normal, decidieron que tirarse encima de mi y empezar a gritar mientras yo me asfixiaba debajo de ellos era hna mejor idea.

Mi padre fue el primero en levantarse mientras decía, —Por lo que veo, todavía no estás lista para tu primer día en la residencia Chears.

—¡No me lo recuerdes! —,exclamé cuando ya todos los anormales de esta familia se alejaron de mi espacio personal —Mamá, ¿Por qué no nos mudamos? Investigué sobre un pequeño pueblo, 'Oaks-End' está escondido y no aparece en mapas es perfecto para irnos por un tiempo.

—Cariño, no exageres, tampoco es el fin del mundo.

—Ja, fin del mundo —,rió papá tontamente recordando algo y Aaron y yo lo vemos raro —Olvídenlo.

—¿No es el fin del mundo? —,protesté ignorando a mi padre —Mamá, estamos hablando del equipo de fútbol.

—Aaron estará ahí —, dijo mi madre encongiendose de hombros.

—¿Y sabes quién más va a estar? —,Aaron levantó una ceja en mi dirección.

—¿Quién?

—Manuel —,sin darme cuenta me sonrojé, por lo que caminé lejos de esa bola de locos hasta la cocina.

—Sam, tu hija salió idéntica a ti —,habló mi padre entrando también a la cocina mientras mi madre le seguía.

—Y Aaron a ti; Daisy, entiende que no es tan malo, la residencia Chears es grande y no tendrás que hablarle a nadie si no quieres.

—Mamá, ¿no entiendes? Day está enamorada de Manuel y obviamente no quiere que él esté en esa casa pero para desgracia de mi hermanita, Manuel es parte escencial del equipo.

—Aaron, cariño ¿por qué no vas y te cambias de ropa? No creo que quieras ir en pijamas al instituto —,yo le sonreí mientras él me sacó la lengua —Y Daisy, tú deberías hacer lo mismo.

—Pero, Sam...

—Créeme, no es tan malo, sólo intenta no meterte en muchos problemas —,contestó con su tono de madre amorosa.

—O en ninguno.

—Tampoco podemos pedirle milagros.

Yo solo suspiré y caminé a mi habitación a prepararme para el primer día de un año de pesadillas.

Unas horas después.

—Este lugar es... interesante —,dije en un susurro para mí misma —Un poco sucio, sí, pero interesante.

Allí estaba, enfrente de la residencia Chears la cuál era un total desastre había basura por todo lado y parecía que no habían limpiado en meses.

Pero eso no era lo peor, en portal de la casa yacía un chico, el cuál, esperé, todavía estuviera respirando.

Me arrodillé un momento, puse mi mano cerca de su nariz y una onda de alivio me recorrió el cuerpo al verificar que sí, todavía estaba vivo.

Al ponerme de pie me di cuenta de que acababan de abrir la puerta y me sorprendí de ver a Stephan allí.

¿Él también era parte del equipo?

Estuve a punto de hablar pero él, sólo bufó cerrando la puerta en mi cara, dejándome con la palabra en la boca.

—Así que así se siente —,susurré, ya que siempre quise saber cómo se sentía eso y déjenme decirles que no es muy agradable.

Suspiré antes de volver a tocar la puerta, Stephan, volvió a abrirla y cuando estaba a punto de cerrarme la puerta en la cara de nuevo yo estiré mi pie bloqueando y evitando que lo hiciera.

Él pareció desconcertado por un momento pero igual empujó la puerta haciendo fuerza para intentar cerrarla.

Yo lo empujé y entré sin decir nada, Stephan enojado, cerró la puerta y cuando se devolvió a darme la cara apareció Aaron.

—Stephan, ¿qué haces aquí? —,preguntó Aaron al furioso chico atrás de mi.

—Eso mismo le quería preguntar a la hija de Annabel —,contestó cruzando los brazos sobre su pecho.

¿Cómo supo quién es mi madre?

—Así qué ¿El entrenador no les contó?

—¿Contarnos qué? —,preguntó Bradley mientras Iker y los gemelos gambién se hacían presentes en la habitación.

—¿Daisy? ¿Qué estás haciendo aquí? —,preguntó la voz de Manuel a mis espaldas causando que mi corazón diera un brinco de alegría.

—Relaja tus hormonas Day, es sólo un chico, además es un patán —, susurró Brad a mi lado.

—Chicos, el entrenador se irá por unos meses —,explicó mi hermano.

Todos asintieron con la cabeza, dudosos.

—Y yo seré su entrenadora por ese tiempo —,todos quedaron en silencio.

En menos de lo que canta un gallo todos en la sala, incluyendo a mi hermano estallaron en carcajadas.

—¿Tú? ¿Entrenadora? —,dijo Stephan y sus risas aumentaron.

Momentos despues las carcajadas cesaron y me dispuse a hablar —Pues, aunque no quieran creerlo, yo soy muy buena entrenadora.

—Day no te ofendas pero no te creemos —,dijo Iker evitando volver a reir.

—¿Que les pasa? Puedo ser la entrenadora perfecta —,noté cómo estaban a punto de reírse y agregué —Y créanme que si se ríen de nuevo, quedarán sin descendencia —,todos quedaron serios —Les voy a demostrar que puedo ser la mejor entrenadora suplente que Lincoln High haya tenido.

...

—¿Y cómo planeas hacerlo? ¿Encerrandonos a todos en la prisión? —,preguntó Stephan con su usal tono escéptico mientras todas las miradas de odio cayeron sobre mí.

—No me miren a mí, ella tuvo más culpa que yo —,apunté a mi progenitora.

—Cariño yo soy tu madre, tu eres mi responsabilidad no ellos.

Ok alto aquí.

Tal vez se preguntarán ¿por qué los chicos del equipo, mi madre y yo estamos encerrados en la cárcel?

Bueno...

Es una larga historia.

Así que empecemos por el principio.

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