Su piel blanca, perfecta y sin manchas que no sean sus pecas -porque sí, cuando se sentó a su lado pudo notar unas cuantas pecas-.

Sus bellos ojos ámbar, eran como dos gemas, diamantes, eran... eran bellísimos.

Y Yoongi ahora tenía un nuevo problema.

No podía dejar de pensar en el chico nuevo.

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Cuando Leo vio por primera vez a Yoongi no pudo ignorar a su corazón latiendo como loco.

Su lindo cabello, se veía tan sedoso y aquel color blanco resultaba sus ojos.

Sus ojos café, eran tan bellos, eran hermosos.

Y su piel pálida, parecía un pequeño fantasma.

Un fantasma muy lindo.

Negó lentamente, observando de reojo al lindo chico pálido a su lado.

Éste escribía en su libreta lo que estaba en la pizarra, aunque constantemente parecía equivocarse y borraba algo para nuevamente seguir escribiendo.

Se le era tierno verlo tan frustrado al borrar, porque le estaba pasando demasiado y comenzaba a hartarse.

Sonrió, volvió su vista a la pizarra y tomando su bolígrafo comenzó a anotar él también.

Ahora había un problema.

El lindo fantasma le estaba viendo.

Comenzaba a sentirse nervioso, por lo que no pudo evitar equivocarse algunas veces, repitiendo la misma oración, escribiendo mal la palabra.

Ya se estaba cansando de tanto borrar y escribir. Y no fue, hasta que el pálido desvió su vista, que el pudo respirar tranquilo y escribir bien.

¿Acaso el lindo chico había notado su mirada?

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— Escuché que hay un nuevo alumno en tu salón, Suga.

La voz de su hyung le hizo parar de comer, para luego asentir lentamente.

Esperaba que su mayor no estuviera pensando en lo que siempre piensa.

Sexo.

Kim SeokJin era conocido por ser una máquina de sexo. Habían rumores de que se cogía hasta los profesores, pero claro, sólo lo que eran guapos y jóvenes.

Pero, el que Jin quisiera saber de Xhang le daba un mal sabor de boca.

— Sí, llegó hoy —respondió, sin querer, un poco cortante.

— ¿Cómo se llama?

Tal vez SeokJin no había notado lo amargo que había contestado Yoongi, pero los demás sí, y se estaban preparando para cualquier pelea en pleno comedor.

— ¿Para qué quieres saber? —respondió con otra pregunta, haciendo contacto visual con el castaño.

— Ya sabes para qué Yoongi, un poco de divers-...

— Ni se te ocurra —le cortó de inmediato, frunciendo su ceño y chasqueando su lengua—. No te metas con ese chico, Jin... te lo pido.

La mesa quedó en un silencio sepulcral. Todos estaban atentos a la respuesta de Jin, quien observaba al más pálido con seriedad.

Observó que la mirada de Yoongi se desviaba hasta cierto lugar, y la siguió hasta una mesa. Ésta estaría vacía si no fuera porque un chico la ocupaba.

Stop Sleep, Please. [Min YoonGixMale!reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora