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Lali se alzó y pulsó sus labios contra los de Peter. Al fin. Peter puso sus manos en las húmedas mejillas de Lali y abrió su boca, dando paso a la dulce lengua de ella, entrelazándola con la suya, explorando aquellas bocas ajenas… o no tan ajenas. Peter bajó una de las manos hasta la espalda de Lali y la apretó contra su cuerpo. Suya, suya como siempre. Lali se separó apoyando su frente contra la barbilla de Peter. ¿Qué pasaba? Se volvía a sentir bien, se sentía feliz de nuevo. ¿No tendría que estar resentida por lo de Erik? No, para nada… miró a Peter, con los ojos brillantes de orgullo, por debajo de las pestañas. Él sonrió, y esa sonrisa le transmitió la misma felicidad que ella sentía en esos instantes. Volvió a alzarse, y esta vez fue él, quien no pudo contener otro deseable beso. Los labios terminaron hinchados, rosados, impregnados de la saliva del otro, deseosos por más, mucho más.
-Lali… -dijo jugueteando con su pelo- ¿Estás bien? –fue lo único que se le ocurrió preguntar, a centímetros de su boca, sin quitar la mirada de esos labios que lo volvían loco.
-Mejor que nunca… -sonrió ella mordiéndose el labio inferior, haciendo que Peter la deseara más– Sigo enamorada.
Peter agachó la mirada. Lali supo lo que eso significaba.
-De vos, tonto –dijo acariciándole la cara y alzándosela para que la mirara justo a los ojos– Mi corazón no dejo de latir por vos.
Peter se ruborizó ante el comentario.
-Solo digo la verdad –negó con la cabeza– Nunca estuve enamorada de Erik. Nunca. Era verte a vos, lo que me ponía feliz, sos vos el que hace que me ponga nerviosa.
Él se pasó la mano por el pelo, sin palabras.
-Lali… yo… no sé qué decir… -pero ella pudo ver el destello en sus ojos, el mismo destello de orgullo.
-No digas nada, solo sentí. Dejalo ser –atrapó la cara con las manos y este fue el tercer beso. Y a la tercera va la vencida. Cojonudo. Peter sintió como Lali le entregaba toda su dulzura por allí, como le daba hasta su última gota de sinceridad.

TERCER DIA:

Peter estaba acostado en la hamaca de su patio. El cielo estaba completamente despejado, se veía cada y una de las miles de estrellas. Algo parpadeó. Sonrió. Recordó la noche de hace un par de años, donde besó a Lali por primera vez, cuando empezaron a salir. ¿Y ahora? De nuevo. Pero la historia se volvería a repetir, ella se iría.
Y esta vez para siempre. Los ojos se le humedecieron. Mierda, lloraba cuando era niño…¿Por qué ahora de vuelta? Parpadeó para hacer desaparecer las gotas saladas, pero el pensamiento no sació. No quería perder a Lali, no quería… no quería que ella muriera. Porque si ella moría, él también. En ese momento le taparon los ojos.
-¿Quién soy? –dijo una voz algo de falsete.

Holaaaa, volviii! Anduve media perdida porque tuve muchos cumples de 15, el 2, el 5 y el 7 :) Pero volví (?

¿Cómo arrancaron el año? Yo bien :)

Los quiero mucho, Maga. (@HumorDeLalita)

16 Días {Laliter}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora