7| Todo por información

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-Mi hermano odiaría tenerme de competencia

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-Mi hermano odiaría tenerme de competencia... -comento alejándome cada vez más de los trajes de stripper que se encuentran exhibidos en la vitrina, también me alejo de Lukyan, el que me observa con unos ojos brillantes y una sonrisa que inspira a la locura. -¿Por qué no vamos a otro lado? -le pregunto tragando en seco, su sonrisa no desaparece por alguna extraña razón.

Díganle a mi mamá que la quiero, ¿sí?

-Solo cámbiate y sígueme la corriente -dice castaño quitándome la mirada de encima y fijándola en un punto cualquiera.

Doy un suspiro y camino hacia el traje que parece de mi talla. Está compuesto por una especie de corsé antiguo y unos shorts negros y ajustados -mucho para mi gusto-.

Lo único que me gusta del traje es que es completamente negro, como toda la ropa que suelo llevar. Además, no está tan mal, por lo menos no tengo que mostrar el pecho.

Después de examinar el traje durante unos minutos me quito la falda y la camisa de colegiala, junto a los zapatos. Hago un bulto con todo para ponerlo en el suelo.

Miro de reojo a Lukyan y me sorprende verlo doblando perfectamente su camiseta, miro con vergüenza el bulto que hice con el disfraz y lo tomo del suelo, imitando lo que él hizo.

La risa del extraterrestre llega a mis oídos.

Creo que se dio cuenta.

Decido ignorarla y seguir con mío.

Las manos me empiezan a sudar mientras me pongo los shorts negros, tanto así que tengo que secarme las palmas con la prenda recién puesta. Casi nadie me ha visto sin camisa desde lo que pasó hace años y pocas son las personas que me instan a quitármela, por lo que me pone nervioso que alguien entre a mi cuarto cuando me estoy cambiando o que me hagan preguntas sobre lo que tengo.

Mis músculos se tensan cuando noto que Lukyan fija la mirada en mi espalda, es como un taladro haciendo agujeros en mi piel y duele, duele mucho.

Me muerdo el labio y tomo el corsé.

-Hazme el favor... -le pido al castaño, mi mirada está por el suelo, así que no veo su reacción al escucharme pedirle algo. Mis manos sujetan el corsé, estas siguen sudando, ya no sé si es porque mi pecho está desnudo o porque Lukyan está cerca.

-E-está bien -accede Lukyan con un poco de nerviosismo en la voz, él nunca se muestra de esa forma, ¿qué pasó?

Mis marcas acaban de asustarlo, eso pasó, soy...

H O R R I B L E.

Asiento con la cabeza a la vez que se acerca a mí.

El favor que le pedí lo realiza de forma suave y gentil, sus dedos enhebran las cintas en los aros con rapidez y cuando tiene que apretar las cintas para que se me ajuste el corsé al cuerpo lo hace con delicadeza, lo que me deja maravillado, ya que no le importa pasar los dedos por mi mayor vergüenza.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora