Ardiendo En El Infierno

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El resto del día fue construido a base de miradas de soslayo y escapadas incómodas el uno del otro. No cruzamos la palabra en el resto del día, pero nos seguimos mirando mutuamente, pensando, anhelando, deseando saber que pasaba por la cabeza del otro.

-"Tienen la sutileza de una ametralladora, si siguen así todos se darán cuenta" dijo Sora mientras saliamos en dirección a su auto.

-"¿De que hablas?" pregunté con la mente en otro lado.

-"Oh del conflicto en el medio Oriente, por supuesto... ¡DE TI Y RIVER DE QUÉ MÁS!" gritó una vez dentro del vehículo.

-"No es nada... Es el primer día que nos vemos desde el lago... Es solo cosa de olvidarlo" respondí.

-"Más te vale" dijo encendiendo la radio.

Hablamos de nimiedades durante el resto del camino y me despedí de ella en la puerta de mi casa.

Los gemelos aún no llegaban, papá iría por ellos, así que subí a mi habitación con la hipócrita idea de terminar mi trabajo de psicología... Que vamos, honestamente con todo lo que estaba pasando, era ridículo esperar que me concentrara en eso.

Me senté en el suelo de la habitación con la espalda en la pared, mientras jugueteaba con mi cabello una y otra vez de manera ansiosa.

No podía dejar de pensar en lo que había pasado con River, me sentía mal por lo que le había dicho, aunque sabía que no tenía por qué, debía odiarlo, debía detestarlo con cada fibra de mi ser, pero simplemente no podía... ¿Por qué demonios no podía?

Luego de horas de pensar y escuchar música observándolo el techo, finalmente bajé a cenar con papá y los gemelos.

-"El hijo de los Miles va a entrar a tu escuela esta semana Dor, pensé que quizás podría ir contigo en su primer día... Ya sabes para tener a alguien que lo guíe"

-"Oh por favor no" respondí pensando en mis pocos dotes sociales.

-"Vamos, los Miles se han portado bien con nosotros, además tú sabes lo que es ser nuevo sin nadie que te ayude"

-"Agh bien" dije resignado.

Athos y Aramis se miraron y rieron.

-"¿Que?" pregunté sin entender.

-"Nada" respondieron al unísono sonriendo.

-"No les creo nada" dije lanzandoles un frijol a cada uno.

-"Vendrá por ti en la mañana en su vehículo" dijo Papá evitando que comenzaramos una guerra de comida.

-"Como sea" respondí encogiéndome de hombros.

-"Vayan a terminar sus deberes, yo voy a levantar y lavar todo esto" dijo papá.

Subí sin mucho ánimo y encendí el computador para comenzar con mi trabajo de psicología.

Llevaba unas 5 páginas escritas cuando un mensaje de texto de un número que no tenía registrado llegó a mi teléfono.

<<¿Podemos hablar?
Estoy afuera de tu casa... Vengo en son de paz>>

Me asomé por la ventana sin saber quién era.

Cuando lo vi parado fuera de mi ventana apoyado en su auto no lo podía creer.

Todo comenzó a dar vueltas, mi corazón se aceleró a mil por horas, casi me fui de espaldas.

Me quedé parado en la ventana mirándolo, sin poder moverme, sin creer lo que estaba pasando.

Movió su mano en señal de saludo. Abrí la ventana.

-"¿Que haces aquí?"

-"Quiero hablar contigo... Solo eso..."

Shooting Stars Where stories live. Discover now