Amnesia. [Zayn Malik]

Capítulo 5.

—¿Algo como qué?— pregunto.

—Cualquier cosa. Lo que sea— dice Zayn, mirándome con una sonrisa de lado.

—Tengo 17 años. Soy de aquí. Este año termino el instituto. Me gusta la música, los conciertos, los animales y el boxeo. Y molestar a mi hermano. Odio las arañas y la Historia— hago una pausa. —Bueno, eso un resumen bastante concreto de mi vida en general— Zayn asiente.

—¿Y que sueles hacer? Me refiero a los días normales— dice el chico.

—Pues... me levanto pronto para ir a clase. A las dos y media de la tarde salgo, y espero al autobús para venir a casa. Después tengo la tarde libre, y suelo quedar con mis mejores amigos; ya te los presentaré si quieres— Zayn se encoge de hombros y asiente— bueno, eso cuando no tengo exámenes... Aunque hay algunas tardes en las que me paso todo el tiempo aquí arriba, sola. A mis amigos les da un poco de miedo subir por esa escalera— digo, y ambos nos reímos— aunque la verdad es que después de estar a punto de caerme supongo que los entiendo— Zayn sonríe y yo miro al suelo.

—Me gusta este sitio— dice. —Me dijiste que nunca habías hecho ningún combate de verdad— niego con la cabeza— ¿Quieres probar?— me pregunta, y yo alzo las cejas, sorprendida. —Vamos, tampoco es que sea un combate de verdad pero... si quieres...

—¡Claro que sí!— digo con una sonrisa en la cara. —Eres la primera persona que me hace esa pregunta, ¿dónde has estado toda mi vida?— Zayn se ríe ante mi entusiasmo. —Pero espera. Con esta ropa no podemos— me dirijo hacia la escalera para bajar a mi habitación, la extiendo y bajo por el agujero, haciendo una señal a Zayn para que me siga. —Ven, te dejaré un chandal de Diego— el chico me sigue mientras voy corriendo a la habitación de mi hermano, que está vacía, para robarle más ropa de su armario. Le lanzo un pantalón azul oscuro bastante ancho a Zayn, quien lo atrapa al vuelo, y cierro la puerta de mi cuarto para cambiarme yo también. Me pongo un pantalón de deporte negro ancho, un camiseta negra de tirantes y me recojo el pelo en una coleta alta; creo que he hecho esto en unos 30 segundos.

Justo cuando abro la puerta veo abrir la suya a Zayn. Se ha quitado la chaqueta de cuero que traía, se ha dejado puesta una camiseta de tirantes blanca que llevaba debajo, y el pantalón de mi hermano. Nos dirijimos a la escalera para subir al ático.

—Siento decirte que voy a darte una paliza— lo aviso.

—Eso habrá que verlo— responde, subiendo de dos en dos las escaleras.

Agarro un par de guantes de boxeo del suelo y se los lanzo; yo me pongo otros y empiezo a dar puñetazos al saco colgado del techo para calentar. Zayn hace lo mismo, y después de unos minutos me alejo del saco.

—¿Listo?— pregunto.

—Eso creo— responde. —¿Hay alguna regla en especial?

—Mmmm. Tú no puedes darme en la cara, yo a ti sí— digo sonriente.

—¿Qué? Eso es...— le doy un puñetazo suave en la mejilla con el guante— ...trampa— termina la frase.

—Venga, que ya hemos empezado— digo cubriéndo un golpe al estómago que me tira Zayn, pero no me alcanza. —Eh. Tienes que intentar darme, ¿lo sabes?

—Es que... nunca me he pegado con una chica. Creo— añade, dudando. —¿Y si te hago daño?— no lo dice con intención de ofenderme, pero yo entrecierro los ojos.

—¿Y si te lo hago yo a ti?— respondo, lanzando un puñetazo a su frente, que él esquiva haciendo una finta sin mucho esfuerzo.

—Está bien. Pero si es un combate en igualdad de condiciones, entonces yo también puedo darte en la cara— asiento complacida, esquivando un golpe con un saltito.