Hongos

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Ericka y yo nos adentramos al bosque, no piensen que se trata de un lugar aterrador y salvaje, no.
El bosque era una arboleda usada por muchos para caminatas o carreras, ya fuera a pie o en bicicleta.
No tenía miedo de ir cuando niña, porque siempre estaba transitado y bien cuidado, todos procuraban no dejar basura.

Las dos comenzamos a buscar en el suelo, debiamos hallar esas hojas tan peculiares que tienen las fresas silvestres.
Estuvimos un buen rato así, sólo encontramos alrededor de nueve fresas mini, unas flores y dientes de león.

—Lace mira, hallé un trébol de cuatro, te lo voy a dar para que lo uses contra tu novio Leprechaun. —La castaña agitó levemente la hoja y sonreía con triunfo.

—No digas tonterías.... Trae acá, debemos esconderlo y usarlo en el momento preciso. —La otra castaña de ojos esmeralda le seguía el juego.

Las dos estaban a punto de sentarse a almorzar, cuando vieron un círculo extraño de hongos.

—Mira esto, ¿lo habrán sembrado de esta forma?

—No lo sé, pero es bueno para una selfie, ¿qué dices?

—Claro, Eri, Campanita podría salir detrás.

—O tu novio.

Las dos se acomodaron dentro del círculo, cuando de pronto una luz las cegó y al abrir los ojos aparecieron afuera de un gran edificio. Escucharon una voz que les llamaba, algo hipnótico.

Avanzaron hasta una gran reja, donde un rubio con mechones oscuros descansaba. Al verlas se sorprendió, pero hubo algo más, él y Ericka comenzaron a brillar.
Ante el suceso, vinieron más, un tipo de pelo negro y ojos grises, otro de pelo plateado y ojos dorados y uno con orejas largas y picudas de pelo azul y ojos verdes.

Para cuando las chicas y el rubio reaccionaron, los otros tres los rodeaban.

—Leiftan, ¿qué está ocurriendo? ¿Y esa luz? —Preguntó el azabache seriamente.

—Yo... Ey Lace, esto no estaba cerca del bosque antes, ¿verdad? —Ericka estaba empezando a preocuparse por el panorama y por las extrañas apariencias de los chicos.

—Ustedes no se parecen a ningún ciudadano normal de Eldarya. —Mencionó el de pelo plateado con una cara amenazante.

—Tal vez haya un edificio nuevo y organizan fiestas de disfraces... —Lacie estaba también asustada, nada ahí parecía ser como su vecindario.

—Ellas parecen humanos. Bah, sólo dos inútiles criaturas. Deberíamos dársela al guardián del calabozo como cena. —Sugirió el de pelo azul mirándolas con asco.

—Lo mejor es llevarlas con Miiko, debemos hablar con ella... No sé cómo pero yo... —Abogó el rubio aún aturdido.

—Estás vinculado a esa chica. Leiftan, mi querido amigo, te atraparon con la guardia baja. Pero no te culpo, son lindas. Oye preciosa, tu que estás soltera, yo puedo vincularme contigo. —Con voz coqueta había tomado una mano de Lacie y se la había besado.

—Disculpe... No creo que pueda hacer eso... Lo que sea que signifique. —Lacie apartó su mano y retrocedió.

—Miren, algo aquí anda mal, lo mejor será volver a nuestros hogares. Lacie, vámonos.

Apenas y lo intentaron cuando fueron capturadas por esa bola de hombres, que dicho sea de paso eran muy atractivos. Raros, pero atractivos.

Las arrastraron dentro de aquellas raras instalaciones y las llevaron ante una mujer con orejas y cuatro colas esponjosas en color negro. La mujer las miró con asombro, desdén y luego enojo.

—¿Qué significa ésto? —Tronó su voz, algo chillona pero firme. Los cuatro hombres se tensaron.

—Miiko, hallamos a este par afuera del C.G. Sospechamos que son humanas. —Informó el de pelo negro.

—¿Humanas? Bueno, quiero saber como pudieron llegar dos humanas aquí. —Esta vez su atención fue dirigida a las dos castañas. —Hablen, ¿cómo llegaron?

Las chicas se miraron entre sí y después soltaron una carcajada. Les pareció demasiado ridícula esa situación. Gente rara, instalaciones raras...

—Nos comimos uno de esos hongos Eri, mira que ver a una zorra parlante... Pff... Jajaja!

—Oye, oye, no olvides a estos guardias ridículamente guapos pero vestidos como en el señor de los anillos y Narnia, jajaja!

—¡Guarden silencio! —Ordenó la kitsune empezando a llamaear en color azul.

—Mira, como te lo explicamos....

—Estábamos buscando fresas en el bosque, cuando encontramos un círculo de hongos.

—Nos metimos dentro para una selfie, y puff, aquí nos ves.

Hubo silencio y después tensión en el ambiente.

—Lo único coherente es que nos comimos un hongo de esos y por eso vemos tantas cosas extrañas. —Asintió Lacie, como si hubiera hallado una nueva fórmula matemática.

—¿Cuando pasará el efecto? Tengo hambre. Hay que comer los emparedados. —Sugirió Ericka zafandose del rubio y sacando dos emparedados.

—Ustedes dos, no es hora de comer y no somos los raros aquí, son ustedes. Tanto que hasta parecen vulgares. —El de melena azul parecía molesto.

—Ezarel, hay que hacer exámenes, nadie puede entrar a Eldarya si no posee mana. Mientras tanto, que Ewelyn las revise, podrían presentar problemas de rechazo y morir. —La jefa del lugar había analizado todo eso mientras pensaba en la historia de las chicas. Por el momento era preciso salir de dudas, si eran humanas sería fácil borrar su memoria y enviarlas de regreso, pero si no...

—Pero Miiko...

—Sin peros Ezarel, quiero salir de dudas, hagan lo que pido.

—Miiko... ¿Ese es tu nombre? Yo me llamo Lacie Grace y ella es mi amiga Ericka Hunt.

—No sé si los zorros coman esto pero, te daré un chocolate. —Ericka sacó una barra de chocolate de su mochila y se la dio a la kitsune. Mala idea.

El peli plata y el azabache revisaron sus mochilas, querían estar seguros de que no llevaran nada peligroso con ellas. Ezarel, que así se llama el de melena azul, tomó algunos caramelos y sonrió.

—Son nuestras pertenencias.

—Tenemos derechos.

—Estos me los quedo yo como muestras, es necesario saber de cómo los humanos crean alimentos dulces perecederos.

—Qué mala excusa....

—Si no portan nada peligroso, dejenlas llevar sus cosas. Claro, no permitan que se acerquen al cristal. Está prohibido.

La voz de la kitsune se grabó en todos mientras cumplían con sus órdenes. Las castañas seguían en negación, no era posible que existiera nada así, sólo era un sueño, por eso nada podía ir mal, ¿o si?

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⏰ Last updated: Aug 18, 2020 ⏰

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FLORACIÓNWhere stories live. Discover now